Evangelina Aguilera: “Mar del Plata es un semillero de talentos literarios”
La poeta y docente marplatense, incansable escritora y formadora de escritores, ha sido nuevamente reconocida con el premio "Álvaro de Tarife" de Áperion Ediciones (Madrid). Oportunidad que LA CAPITAL aprovecha para esta entrevista exclusiva donde despliega todo su fervor por la literatura.
Evangelina Aguilera.
Por Dante Galdona
Con su obra “Ciego al mundo” resultó recientemente ganadora del premio “Álvaro de Tarife” de Áperion Ediciones (Madrid). Una obra de “engañosa sencillez”, según el mismo jurado. La poeta marplatense multipremiada asegura, a contrario de la idea que parece haberse instalado, que los chicos leen muchísimo, de una forma distinta, pero ágil y que asombra la capacidad que tienen de encontrar sentido de forma fragmentada. En esta charla, entre otras cosas, un repaso por su inclinación temprana por la literatura, su opinión acerca de la poesía, sus primeros pasos como alumna de Juan Gelman y su agradecimiento a docentes y mentores de la ciudad.
– Una gran noticia haber recibido este premio, aunque hay muchos más. ¿Lo considerás el más importante?
– Fue una sorpresa. Faltaban diez minutos para comenzar la clase del Taller de Poesía cuando recibí la noticia. Temblé de alegría. No lo esperaba. Para mí es muy importante que una editorial española elija un libro mío. Es un premio que me honra y que me permite cumplir un sueño, que es hacer llegar mi poesía a muchos lugares. Todos los premios, todas las distinciones que he recibido significan distintas cosas por eso las valoro y las agradezco por igual. Por ejemplo, cuando recibí el Premio Alfonsina a la creación literaria para mí significó el reconocimiento de mi ciudad y eso, sentir que tus pares y tu gente te distingue, es un abrazo y es un empujón amoroso para delante.
– ¿Qué considerás que encontró en tu poesía el jurado de este premio en particular y los demás jurados que te han premiado?
– El fallo del jurado hizo una descripción clara del libro. Destacaron la “engañosa sencillez” en la que está escrito y el recorrido que Ciego al mundo propone. Me refiero a las tres partes de la obra: el campo, la ciudad y la literatura, que están presentadas como territorios de significación de un mismo ser. Me sorprendió mucho que el libro sea premiado porque es un poemario que tiene un comienzo muy argentino, con numerosas referencias a nuestro campo, a nuestros paisanos, al trabajo con las cosechas y con los animales. De hecho, el título del libro se desprende de un verso del Martín Fierro (“Viene el hombre ciego al mundo/ cuartiándolo la esperanza/y a poco andar ya lo alcanzan/ las desgracias a empujones/ ¡La pucha, que trae liciones/ el tiempo con sus mudanzas!”- Canto II, Primera parte). Inicialmente, el libro se llamó “Cuartiándolo la esperanza” pero fue un título que cambié en la segunda reescritura del libro porque pensé que Ciego al mundo abarcaba mejor las tres partes del libro. Esto es, al cambiar el título intenté que la territorialidad campo/ciudad/literatura sea pareja, que no impere una sobre otra. Porque, de alguna manera, es como vivo esos espacios en mi vida.
– ¿Cómo fue tu formación como poeta? Más allá de los estudios formales.
– Creo que la mejor formación como poeta es leer a grandes poetas, estudiar mucho, investigar. Eso lo hice siempre, leí mucho cuando era chica e iba al colegio, leía por mi cuenta, desordenadamente y cuantiosamente. Iba a la biblioteca Leopoldo Marechal, la biblioteca del Puerto, y me volvía a mi casa con tres libros. Así, todas las semanas. Un libro me llevaba a otro, un escritor mencionaba a otro y ahí iba a buscarlo. Pensá que esto pasaba en un tiempo donde no existía el internet, donde todavía se iba a buscar información a una biblioteca…, donde si tenías suerte y plata podías sacar fotocopias.
Tuve la suerte, también, de conocer al poeta Osvaldo Picardo cuando recién comenzaba a estudiar Letras. Es un gran poeta y es alguien que siempre, siempre enseña algo valioso. En aquella época él hacía unos encuentros en el Centro Médico. Allí recuerdo haber presenciado lecturas exquisitas de poetas que venían de todo el país. En esos encuentros tuve la oportunidad de leer junto a Jorge Boccanera y Luis Tedesco, por ejemplo.
También para mí fue fundamental haber sido alumna de Juan Gelman. Fueron meses que nunca voy a olvidar porque escribíamos y él nos hacía devoluciones. Y una corrección de Gelman era una clase de escritura hecha con respeto y amor. Un maestro enorme.
Pero no quiero ser ingrata con mi querida Universidad porque ahí conocí docentes que me formaron con rigurosidad, excelencia académica y con pasión por la poesía: la doctora Marcela Romano, la doctora Laura Scarano, la doctora Martha Ferrari, la doctora Aymará del Llano…y muchos profesores más que admiro profundamente y con los que me siento siempre en deuda y agradecida.
– Además de madre, docente, formadora de escritores… poeta ¿Cómo se hace para combinar tantas aristas y no relegar calidad?
– Me ayuda mucho ser disciplinada, organizar los tiempos de cada actividad de mi familia y los de mi trabajo. Soy un poco estructurada por eso llevo la agenda a todos lados. Debo confesar que, a veces, le quito algunas horas al descanso para lograr terminar de corregir o de estudiar. Y escribir… escribo en todos lados, cuando voy en el taxi de un colegio al otro, en la fila del mercado, mientras espero que mis hijos salgan de hacer deporte, siempre escribo. Tengo un grupo en el celular donde estoy yo sola. Y ahí escribo, me hablo, me mando ideas. Luego rearmo todo en casa cuando dispongo de tiempo y de silencio. Creo que tengo mucha energía y tengo mucha fe. Siempre hablo con Dios y cuando siento que no doy más, le pido fuerza y sabiduría.
– ¿Qué notás que ha cambiado entre la literatura que leyó nuestra generación y la actual? ¿La poesía sigue teniendo el mismo lugar?
– Ha cambiado todo y es genial que sea así. Los chicos ahora leen en pantallas y leen muchísimo. Es mentira que los jóvenes no leen, esa es una frase que se ha grabado en el imaginario y se repite. Es como una zoncera de Jauretche. Leen y mucho, pero leen distinto. Creo que lo que uno lee no depende tanto de la generación sino de los contextos y de los intereses que promueven esos contextos. Conozco jóvenes que están en la secundaria y leen a Dostoievsky y conozco a gente de mi edad que lee el horóscopo y se agota. Quiero decir, han cambiado los formatos, ha cambiado el ritmo de lectura, hay muchísima oferta y me parece que está bien. Lo que más me gusta de la generación actual es la agilidad y la facilidad que tienen para hallar sentido en las lecturas fragmentarias.
En cuanto a la poesía, considero que siempre ha ocupado un espacio outsider dentro de la literatura, un lugar en el margen.
– Tu faceta de formadora de escritores está dando grandes textos en Mar del Plata. ¿Cuál es la fórmula?
– Me comprometo con los procesos de escritura del otro con el mismo amor como si fuera mi propia escritura. Cuando se forma a un escritor hay que ser generoso, no quedarse con nada, enseñar todo lo que uno sabe que al otro le va a venir bien para que su texto sea el mejor. También corregir con respeto y siempre fundamentar todo consejo. Interesarse por el autor porque, en definitiva, esa persona te confía algo muy personal, muy preciado e íntimo: su escritura es, a la vez, su pensamiento, su sentimiento, sus sueños, lo que le duele del mundo. No se puede tratar groseramente a un ser que confía así.
– ¿Hay una literatura marplatense a tu criterio?
– Hay una literatura muy propia de la ciudad. Contamos con narradores y poetas extraordinarios. Mar del Plata es un semillero de talento y lo sé porque tengo el gusto de conocer a muchos, muchos de ellos. Tenemos escritores de todas las edades, que provienen de diferentes ámbitos formativos. Tenemos grupos muy valiosos en la ciudad, cada uno con su identidad y con sus actividades, pero todos buenos porque enriquecen el espacio. Siempre insisto en que la diversidad nos hace bien.
– Tu hija también escribe y ha editado su libro. ¿Es nuevo el perfil niño escritor? Seguramente has trabajado en la edición de su libro. ¿Cómo fue esa experiencia? ¿Hay algún texto más a futuro?
– Ana Violeta escribió con ocho años La niña anciana (Niña Pez ediciones) y lo presentó este año, en el mes de enero en Villa Mitre. Es un libro de cuentos hermoso que hizo de a poco, en sus ratos libres. Para ella escribir es jugar, tiene esa dimensión. Un día me preguntó qué hacía con todos esos cuentos y yo le propuse pasarlos a la computadora para que no se pierdan pero en verdad mi principal objetivo era aprovechar ese momento para enseñarle puntuación básica. Mientras los pasábamos le propuse mandarlos a una editorial. Todo era un juego. Los mandamos y se convirtió en realidad porque los aceptaron…
Ahora Ana está escribiendo cuentos de terror y ya me dijo que cuando llegue a dieciocho cuentos me los va a pasar para que los vea y le consiga editorial. No sé por qué tienen que ser exactamente dieciocho, pero debe tener algún sentido para ella. Soy su admiradora y su secretaria, claramente.
– ¿Qué recomendás a quienes escriben pero no se animan a presentar a concursos o publicar? ¿Es posible que la poesía quede en el plano de la intimidad? ¿Es posible escribir sólo para uno mismo?
– Que se diviertan escribiendo, que si les gusta escribir lo hagan con felicidad, con la fuerza que tienen las acciones que elegimos. No es una obligación publicar ni concursar. Esas instancias pueden ser frustrantes porque a veces uno cree que no lo eligen porque el texto no es bueno. Y suele no ser así, hay cientos de factores que intervienen en los concursos y no ser elegido no debería desmoralizarnos. Como tampoco debe envanecernos ganar algo. El camino de la escritura es eso, un camino, un proceso de cambios, de altos y bajos pero de conocimiento siempre.
Me preguntás si es posible que la poesía quede en el plano de la intimidad y si es posible escribir para uno mismo. Como posible es posible… No sé si es esperable. Es decir, creo que todo autor desea comunicar algo y él mismo espera en su fuero interno ser escuchado por alguien.
– Tus próximos proyectos…
– Actualmente me encuentro cursando una Diplomatura en Escritura Creativa en la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF). Está dirigida por la poeta María Negroni y tiene profesores increíbles como Iosi Havilio. Mi proyecto más cercano es darle forma a un proyecto de escritura que surge de este contexto de estudio y formación. Me refiero a un libro muy extraño que tengo en mente. Lo he comenzado y sé que llevará un año de escritura intensa para darle forma. También sueño con crear una escuela de escritores en mi ciudad. Pero es un sueño, claro…
Extracto del poemario “Ciego al mundo”
La patrona
“Ni los mirones salvaron
de esa arriada de mi flor;
fue acoyarao el cantor
con el gringo de la mona;
A uno solo, por favor,
logró salvar la patrona”
Martín Fierro, Canto III
I
Yo, criada entre orfandades,
malparida y acaso acostumbrada
estoy aquí sirviendo
la grapa y mi silencio
en dos mitades juntas
para que se oiga solo
lo que debe escucharse:
acá el punteo de tres cuerdas tirantes
allá un relincho
y alguien que arrastra el pie cuando camina.
¿Cómo anda la patrona?
viva ando, pienso
pero digo ¿y usté?,
y cuando dicen bien yo miro al piso
como buscando algo y veo hormigas
huellas, tierra, a veces algún yuyo.
Vino me piden.
También miro mis manos anchas,
secas como la Pampa.
II
Vieron tus ojos la libertad del campo abierto
y a perderte te fuiste, nos contaron
que dejaste a tus hijos y que a Fierro
no lo esperaste más, dicen algunos.
Yo a veces imagino
que paso la tranquera y que camino
para donde el sol se cae anaranjado
y me imagino que me suelto la trenza
al filo de la noche y que me río
(¡cómo me río cuando me voy tan lejos…!)
Y aunque no sé ni dónde estoy
camino
doy pasos firmes entre los cardos
como si no lastimara la espina de estar viva.
Me pasa que también a veces pienso
que vos andás mejor y no me creo
el cuento de tu muerte
y aunque ni el nombre tuyo se menciona
yo sé que donde estés respirás hondo
y se te llenan de aire los pulmones
fresco como el agüita de la lluvia.
III
Plena en la noche negra habías llegado
con tu pelo lavado y tu vestido blanco
y el collar que te dieron cuando fue tu cumpleaños.
Plena en la noche oscura
con el moreno al baile habías llegado
prendida la alegría a su ojal iba
y vos también prendida a sus encantos
como esas nomeolvides,
negra azabache y canto.
Tu piel y tus caderas,
tus tobillos hinchados
de andar tanto fregando
fueron la risa
y ahí nomás el fandango
y tu grito de perra
y tu quebrado llanto
y la sangre ensuciando
ese vestido blanco.
Ay, negra,
qué peso ser mujer
entre hombres de barro
ser nervadura infértil
en una tierra yerma
donde no hay más que gauchos.
IV
Tu corazón iba al galope
para llegar al vértice preciso
del otro territorio,
esa conquista postergada,
fuego que prende
cuanto más seca encuentra la espesura.
Para arder descubriste
que habías venido al mundo
y cabalgaste plena en tu íntima certeza
de que el placer era lo único que te pertenecía,
un animal atado y manso.
(A Cruz no le costó entender
que no debía quedarse).
V
Pulpera soy, presa del tiempo
voz de las que no fui.
Mujer, madeja de palabras
soy la ceniza última,
el vino derramado,
el eco de guitarra, ese fantasma
de música indivisa que queda acá
hablándome despacio
hasta que por ahí se abren los postigos
y otra vez es el día
con insolencia de gallo y sol y viento
y ¿Cómo anda la patrona?
Viva ando, pienso de vuelta
para que pidan vino
y yo lo sirva
y pase el trapo de la angustia
sucio y gastado
sobre la mancha negra de las uvas.
Pulpera soy, arcilla seca,
esta vasija soy, quebrada.
Breve biografía de Evangelina Aguilera
Poeta, Profesora en Letras y correctora. Dicta clases en escuelas de enseñanza secundaria. Dicta talleres de escritura creativa y talleres de poesía.
Ha publicado Fuga (Ediciones Gogol, 2009), Una casa no arde sola (Editorial El Suri Porfiado, 2018) y, recientemente, En la enorme presencia de lo nimio (2020, Vinciguerra), Mercado chino (2021, Editorial Pandero cultural) y Boccaccio para recitar (2022, Editorial Gogol). En el año 2013 recibió el Primer Premio “Luis Alberto Spinetta” otorgado por la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata. En el año 2010 recibió la Segunda Mención en el concurso provincial de poesía para docentes “Ginés García”. En el 2011 recibió el Tercer Premio en el concurso “Osvaldo Soriano” y en el
año 2017 recibió la Segunda Mención de la Fundación Argentina de Poesía en el “Premio estímulo a la poesía joven de Argentina”. Ha sido distinguida con la Faja de
Honor al mejor libro de poesía del año 2018 por Una casa no arde sola por la Sociedad de Escritores de la Provincia de Buenos Aires.
Ha ganado el Primer Premio en el Concurso Anual de Poesía Inédita 2020 “Alfonsina Storni”, otorgado por la Fundación Argentina para la Poesía. En el año 2021 ha sido distinguida por la Secretaría de Cultura del Partido de General Pueyrredon con el premio Municipal Alfonsina Storni a la Creación Literaria.
Ha participado del IX Festival de Poesía de Lima con el videopoema “Hormigas” (2021). Ha sido convocada por la Universidad Nacional de Mar del Plata para participar en la
mesa de lectura de poetas argentinas y españolas. Jornada “La loca de los versos”: Autorrepresentación y rol social de los poetas en España. Estas Jornadas están organizadas por el Grupo Semiótica del Discurso y pertenece al Seminario del área de Literatura Española.
En el año 2022 recibió el Premio “Lobo de Mar a la Literatura”, otorgado por la Fundación Toledo y el Círculo de Periodistas Deportivos. Actualmente cursa la Diplomatura en Escritura Creativa, dictada por la Universidad Nacional de Tres de febrero (Untref), bajo la dirección de la poeta María Negroni.
Recientemente ha ganado el Primer Premio “Álvaro de Tarife” de Áperion Ediciones (Madrid).