Estuvo al borde de la muerte y hoy viaja para animar a otros
Pepe con otras viajeras venezolanas en América Latina.
Pepe Aranda Mora nació en Venezuela, y tenía una vida normal. Esposa, tres hijos y un trabajo estable como conductor de micros de larga distancia. Un día, sin embargo, las cosas cambiaron para siempre. Mientras iba en ruta en el ómnibus con pasajeros y con su hija mayor Paola, un camión descarriló y se estrelló de frente contra ellos, quedando aprisionados. Para cuando fueron rescatados, las consecuencias eran bastante graves. En el caso de Paola, le desarticularon la pierna derecha, mientras que la izquierda también quedó lesionada, por lo que está en silla de ruedas.
Pepe también perdió una pierna. Pero además, estuvo al borde de la muerte. “Tuve dos paros cardiorrespiratorios, el último fue de tres minutos y literalmente estuve muerto. Un médico tiempo después me dijo ‘de donde lo trajeron a usted pocos vuelven’”. Desde entonces, siente que tiene una misión, aunque llevó muchos años hacerla realidad.
Sostén, caminatas y una promesa
Cuando Pepe logró salir de su convalecencia, descubrió la desalentadora situación de su hija. Después del accidente se encontraba muy deprimida, y Pepe sintió que necesitaba sostenerla como diera lugar. “Para mi hija fue muy fuerte, porque apenas tenía 23 años cuando quedó en silla de ruedas, y tuve la necesidad de sacarla. En esos momentos sacas fuerzas de donde no tienes, y solo me quedó recoger los pedazos y ayudarla a salir adelante”, relata el venezolano.
En esa etapa, mientras buscaba darle fuerzas a su hija, el mismo Pepe empezó a trabajar para recuperarse a sí mismo, y encontró una motivación en recorrer cerros y hacer caminatas. Aunque también había perdido su pierna, en ese momento tenía una prótesis que lo ayudaba, aunque muchas veces prefería hacer las caminatas con muletas porque la prótesis con la que contaba no era la más adecuada para ese tipo de actividad.
Después de entrenar varios meses, Pepe hizo una peregrinación que le cambiaría la vida: visitó al Santo Cristo de La Grita, emblemático lugar de devoción cristiana en Venezuela. La caminata es de 80 km., y Pepe la hizo acompañado de su mujer. Pero además, sintió fuertemente el apoyo de todos a su alrededor, que lo sostuvieron y lo ayudaron a llegar. Ese encuentro con otros y esa solidaridad mutua fue lo que le llevó a hacerle al Cristo una promesa: algún día, recorrería todo Sudamérica llevando un mensaje de esperanza.
El viaje y una prótesis nueva
Después de cuatro años de prepararse y de peregrinar cada año al Cristo de La Grita, Pepe comenzó a sentirse seguro de que el momento de cumplir su travesía había llegado. También porque su hija Paola, cuatro años después del accidente, se encontraba mucho mejor: retomó sus estudios en la Universidad, juega al básquet en silla de ruedas, también al tenis de mesa y hace todo tipo de actividades. Para Pepe, el verse reflejado uno en el otro fue algo que les dio mucha fuerza, y por eso sintió la necesidad de seguir contagiando esas ganas y ese mensaje de que se puede salir adelante de la dificultad por todo el continente. Así que en la última peregrinación miró al Cristo y le dijo “el año que viene no voy a poder venir”.
Así surgió su proyecto “toda Suramérica en una pierna”, con el que pretende unir a Venezuela con Ushuaia. Pero una empresa de prótesis que conoció su proyecto le preguntó por qué en una pierna. “Les expliqué que porque mi prótesis no era muy funcional, y a veces me rendía más andar en muletas que con prótesis… y entonces me dijeron, ‘¿Y si nosotros te hacemos una?’. Gracias a eso, la posibilidad de viajar fue mucho más real y hoy, de visita en Mar del Plata, ya lleva más de medio camino recorrido.
“Yo a todo el que me escucha le digo que persiga sus sueños, que siempre se puede salir adelante. Y tengo también tres reglas que me ayudan en el camino: que nada borre su sonrisa, por sobre todas las cosas mantengan su fe, y todas las mañanas den las gracias a Dios por el dia que les da”.
Para saber más sobre su viaje, se lo puede seguir en Facebook en “Toda Suramérica en una Pierna y una prótesis Zona Biónica”.