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Salud 31 de marzo de 2023

Estudian un tratamiento que bloquea el crecimiento del cáncer colorrectal

El procedimiento podría utilizarse en el 85% de los pacientes que no mejoran con las terapias actuales.

Gabriel Rabinovich está a cargo de la investigación. Foto: Conicet | Verónica Tello.

Por Eurídice Ferrara

Un nuevo tratamiento en etapa preclínica para combatir el cáncer colorrectal, que bloquea una proteína llamada Galectina 1 y detiene el crecimiento del tumor, podría utilizarse en el 85% de los pacientes en estadios avanzados de la enfermedad que no mejoran con las terapias actuales, indicaron investigadores del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IByME) del Conicet y la fundación Sales.

Los investigadores del IByME Alejandro Cagnoni, Laura Garibaldi y Karina Marino, quienes estudian hace cuatro años el papel de la proteína Galectina-1 (Gal-1) en el microambiente tumoral del colon, trabajan junto con el programa Cáncer con Ciencia de la Fundación Sales en un nuevo tratamiento que resulta prometedor, en el marco del Día Mundial del Cáncer Colorrectal, que se estableció el 31 de marzo.

El trabajo está a cargo del bioquímico y doctor en Ciencias Químicas, Gabriel Rabinovich, director del Laboratorio de Glicomedicina del IByME y cofundador de la empresa Galtec Life.

El cáncer colorrectal es el segundo en incidencia y en letalidad; cada año hay más de 15.000 nuevos casos en el país y en 2020 murieron 7.225 personas a causa de esta enfermedad que si se detecta a tiempo puede curarse en el 90% de los casos, según datos del Instituto Nacional del Cáncer (INC).

En diálogo con Télam, Cagnoni remarcó la urgencia de encontrar un tratamiento efectivo para combatir este tumor y explicó que la inmunoterapia solo se puede administrar a menos del 15% de los pacientes.

– ¿Cómo funcionan los tratamientos para el cáncer de colon?

– La inmunoterapia generó una revolución hace diez o quince años en tratamientos de cáncer, con resultados muy positivos en tumores de alta carga mutacional, como el de pulmón, renal o melanoma. En cambio, en otros tumores sólidos, como los gastrointestinales incluyendo al colorrectal, los resultados con inmunoterapia fueron muy limitados, menor al 15%.

El tratamiento tradicional es la resección quirúrgica, acompañada de quimio o radioterapia, luego están las terapias dirigidas que buscan bloquear el crecimiento tumoral, y más recientemente se desarrollaron las inmunoterapias.

– ¿Qué avances hay en la investigación de nuevas terapias para este tipo de cáncer?

– Hace más de 20 años centramos nuestras investigaciones en las actividades de la proteína Gal-1, que se encuentra normalmente en el cuerpo. Se descubrió que tiene afinidad por azúcares específicos de las células y presenta una capacidad inmunosupresora que favorece la progresión tumoral y la angiogénesis, que es la formación de nuevos vasos sanguíneos porque el tumor necesita de nutrientes y oxígeno y genera esos vasos para aprovisionarse.

Dado que más del 85 por ciento de pacientes de colorrectal no responden a las inmunoterapias, resulta muy urgente conseguir nuevos tratamientos para esos grupos, que son la mayoría.

Entonces, evaluamos el papel de la Gal-1 con tipo tumoral, usando modelos experimentales y análisis bioinformáticos de bases de datos de muestras de pacientes, y pudimos ver que esa proteína favorece el crecimiento tumoral en el cáncer colorrectal a través de una población de linfocitos T regulatorios, CD8+.

– ¿Y hay un fármaco para bloquear a la proteína Gal-1 que mantenga su efecto a largo plazo?

– Si, recientemente iniciamos una potencial estrategia terapéutica basada en anticuerpos monoclonales anti-Galectina 1; es decir, una droga que se une a esta proteína y la bloquea, evitando su actividad protumoral. Probamos en un estudio pre clínico que ese anticuerpo es capaz de bloquear el crecimiento tumoral y se sostiene a largo plazo.

– ¿Cuáles son los tiempos de espera hasta la fase clínica y su aprobación?

– Estamos realizando estudios preclínicos. Luego, pasaríamos a los ensayos de la fase clínica 1, 2 y 3, los cuales requieren de aprobaciones de las agencias regulatorias, mucho tiempo para reclutar pacientes y evaluar respuestas, que se miden de 6 a 12 meses. Pero hay dos desafíos para afrontar, uno es el financiamiento y el segundo es el regulatorio, ya que se requiere la aprobación de Anmat u otras agencias internacionales regulatorias. Y con todo a favor, puede llevar al menos ocho años.

– ¿Qué ventajas tendría este nuevo tratamiento?

– En los ensayos preclínicos no observamos ningún tipo de toxicidad, incluso en altas dosis. Y la gran ventaja es que no estaría restringido a ese 15% de pacientes con cáncer colorrectal y sería aplicable para todos los que tengan ese tumor, que es el segundo en incidencia y el que más muertes genera en ambos sexos.

Un paper publicado recientemente en la revista Science indicó que la prevalencia de este tumor está aumentando en personas jóvenes, y que cada año hay entre 1 y 2% más de personas de entre 18 y 49 años diagnosticadas con cáncer colorrectal, además de los casos entre 40 y 50 años, edad en la que los médicos recomiendan realizar los controles preventivos.

Los datos del 2020 del INC, dependiente del ministerio de Salud, indicaron que la tasa de mortalidad en varones a causa de este tumor representa el 13,2% cada 100.000 habitantes, y del 8,4% en mujeres.

En tanto, el cáncer de pulmón es el tumor que más muertes causa en varones, con una tasa del 19,3% mientras el de mama continúa siendo el más letal en mujeres, con 15,9%.

Sin embargo, el médico oncólogo Carlos Alberto Silva, de la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (Lalcec), señaló que “el cáncer colorrectal es uno de los pocos tumores que detectados en forma temprana tiene un altísimo nivel de curación, cercano al 90%”.

Los estudios ambulatorios de rutina son una colonoscopía o un examen de sangre oculta en materia fecal a partir de los 50 años, o incluso antes cuando hay antecedentes familiares de esta enfermedad.

Otros de los factores de riesgo que favorecen el desarrollo de esta enfermedad son padecer alguna enfermedad inflamatoria intestinal, llevar una mala alimentación excedida en grasas y pobre en frutas y verduras, no realizar actividad física, tener sobrepeso u obesidad y fumar.

Télam.