“Atma”, una obra que incluye danza, acrobacias, música en vivo e intervenciones visuales, estrenará este sábado en la sala 1 del Museo MAR. La puesta, interpretada por Antonella Ghelarducci, Salvador Lamarchina y Mario Vazquez, con visuales de Fernando Notari y música de César Solís, realizará dos funciones a las 17 y 19.

En una producción integral de Festival CAMPO y Museo MAR, la propuesta es una performance de tres acróbatas y bailarines que desarrollan una serie de acciones coreográficas, improvisaciones y estructuras corporales en dúo y trío.

Los artistas llegan a desafíos físicos extremos superando límites y transmitiendo una sensación particular al público. La obra se basa conceptualmente en la ciencia védica (la ciencia de la conciencia), estudia las leyes de la naturaleza, la constitución del universo y su desarrollo.

De ahí el nombre del espectáculo: En la ciencia védica, ese océano de conciencia pura se llama Atma, el Yo.

Está pieza transdisciplinaria propone una experiencia inmersiva mediante el movimiento y las audiovisuales intentando transmitir un estado profundo de conciencia e invitando a todos a ese lugar.

Mario Vazquez es el director creativo del colectivo CAMPO y consultado acerca de cómo fue el proceso creativo de construcción de Atma señaló que “cuando la creación tiene como eje el cuerpo solemos trabajar disparadores que se amoldan a nuestras posibilidades y otros que nos incomodan, generalmente de este último rescatamos esa materia prima que hace particular la búsqueda. Para Atma éramos  tres performers con una energía similar, nos preguntábamos todo el tiempo si había un límite y mientras superamos exigencias y cansancio entendimos que el único límite era la mente y decidimos enfocarnos ahí”.

La propuesta, al ser inmersiva, genera una atmósfera especial para el público: “la obra cuenta con 3 elementos básicos, los cuerpos en movimiento, la música en vivo y las visuales en gran escala, las 3 áreas trabajan progresivamente hacia un extremo energético donde invitamos al público a subirse, queda en ellos sumergirse o no” indicó.

Sobre la vunculación con ciencia védica y por qué los inspiró, el referente explicó que “dentro de la investigación descubrimos una gran conexión entre la ciencia y la espiritualidad, y como se nutren una a la otra. El estado de conciencia que requiere el alto rendimiento físico es entrenable mediante el automatismo corporal y la meditación dinámica. Reconocemos estos aspectos tan básicos y milenarios como inaccesibles y encriptados para el ser humano”.

Además de ATMA, el colectivo CAMPO tiene una amplia trayectoria de propuestas. “Desde 2018 Campo no para, tampoco nos detenemos demasiado para analizarlo” reconoció Vazquez. Y entendió que “generamos espacios/tiempos por necesidad, no esperamos que venga alguien a producirlos, la vemos y la hacemos”.

Para el artista, “las artes combinadas necesitan mucho desarrollo en la ciudad, nos gusta cruzar disciplinas y públicos diversos. Campo se amolda y se articula según el concepto que encaramos. Siempre hay un plan nuevo y parece que la gente se acostumbró a esa mecánica, nuestro desafío constante es activar siendo fieles a nuestros impulsos y compartir ese flash con la gente”.