“Estamos haciendo lo que necesita el país: invertir, dar trabajo y evitar la fuga de divisas”
El director del Astillero Naval Federico Contessi y Cía, Domingo Contessi, encabezó el acto de la botadura del buque pesquero "Bagual". Desafíos y pedidos al Gobierno para impulsar el trabajo industrial argentino.
Los trabajadores del Astillero y el Bagual de fondo.
El Astillero Naval Federico Contessi y Cía concretó su botadura N°127 con la entrega del buque de pesca costera “Bagual”, que tendrá su puerto de asiento en Rawson.
Una vez que culminen los trámites de incorporación a la flota, el buque se sumará a la pesca de langostino para abastecer a la planta de Grupo Veraz en Rawson.
La operación, que permitirá un incremento de exportaciones por más de US$ 7 millones, cuenta así con el aval del grupo pesquero quienes junto al astillero constructor financiaron íntegramente la embarcación.
Ante un astillero repleto, el director de la empresa, Domingo Contessi, brindó un encendido discurso acerca de la situación del sector naval, y celebró que, pese a los “momentos difíciles que atraviesa el país”, otros 4 barcos se encuentran proyectados.
“Dentro de nuestros galpones habrán podido apreciar otros 4 barcos pesqueros con distintos grados de avance, todos ellos poseen órdenes de compra firmes y tenemos otras en cartera, algo que desde hace décadas no sucedía”, señaló, provocando aplausos entre los presentes.
“En los últimos dos años solo pudimos realizar una botadura anual de sendos barcos costeros similares a este. La de hoy es la primera entrega del 2018, pero en unos 40 días los volveremos a convocar para la botadura del “Acrux” y antes de que termine el año confiamos botar una o dos de las embarcaciones que recién estamos comenzando”, agregó.
Para Contessi, el presente de la empresa es resultado de un plan de inversión en maquinarias y equipamiento de última generación, que también ha permitido incrementar la planta laboral en un 26%.
“Y seguimos contratando semana a semana nuevos empleados, tanto jóvenes sin experiencia como obreros especializados y estudiantes o profesionales recientemente recibidos de universidades locales como la UTN, que dicta la carrera de Ingeniería Naval”, señaló, asegurando que, además de un “salario digno”, les ofrecen “la posibilidad de ser hacedores de grandes proyectos, de reinventar la historia de este Astillero bajo la permanente influencia de su fundador, Federico Contessi y la dirección de un equipo de trabajo forjado a su imagen y semejanza”.
Una nueva nave y facilidades de botadura
Contessi también aseguró que se encuentran encaminados hacia “sueños aún más ambiciosos”, y anunció que el astillero pretende ampliar sus instalaciones a través de una nueva nave naval y facilidades de botadura que les permitan encarar buques cada vez más grandes.
“Como podrán apreciar, estamos haciendo todo lo que el país necesita en estos momentos: invertir, dar trabajo y evitar que se fuguen divisas”, señaló.
Esta realidad aseguró estar motorizada por dos factores: la bendición del langostino y la existencia de una flota pesquera con 37 años de antigüedad promedio.
“Es decir que para concretar todo esto no hemos requerido ni créditos oficiales, ni subsidios, tales como los que gozan otros astilleros del mundo que compiten con nosotros”, señaló.
“Imaginemos -siguió- lo que sería posible hacer, no solo por este Astillero, sino por toda la industria naval argentina con un poco más de apoyo. Los miles de puestos de trabajo que podríamos generar y los millones de dólares en actividad económica e impuestos que podríamos aportar”.
Competencia en igual de condiciones
Pese a haber celebrado avances en lo que respecta a las políticas públicas para el sector -al inicio de su discurso destacó que existieron “políticas erróneas”-, el director del astillero apuntó a fortalecer la producción nacional.
“Somos conscientes de las restricciones presupuestarias actuales, por eso lo que pedimos es que al menos se le otorgue al armador (no al astillero), que apuesta por el trabajo argentino, algún pequeño beneficio con respecto a aquel que opta por comprar un barco en el extranjero”, reclamó.
Entre los posibles beneficios a los que se refería, Contessi señaló que podrían aplicarse a los “cupo de pesca o en la forma de considerar la historia de captura”. Sin embargo, destacó que, “como mínimo”, deberían aplicarse “en los plazos de tratamiento de sus trámites para que las demoras burocráticas no sigan siendo un obstáculo”.
“Lamentablemente en estos aspectos todavía no nos sentimos acompañados, sino que sentimos que sucede lo contrario. Nos gusta competir, pero en igualdad de condiciones”, señaló.
Y si bien reconoció que por decisión de las actuales autoridades de la Secretaría de Industria de la Nación se han puesto límites a ese “flagelo”, no dudó cerrar su discurso señalando la importancia de que “desde la Subsecretaría de Pesca y el Consejo Federal Pesquero, que han hecho mucho por mejorar la actividad pesquera, se pongan también la camiseta del trabajo industrial argentino para hacer resurgir definitivamente a la actividad naval”.
A modo de cierre, el obispo de Mar del Plata monseñor Gabriel Mestre fue el encargado de bendecir la embarcación y posteriormente la madrina Alicia Bain, esposa del capitán y propietario del buque, Juan Carlos Ottulich, estrelló la tradicional botella de champagne contra el casco, antes de que este se hiciera por primera vez a la mar.