Por Claudia Roldós

En 2013 subieron a Youtube un video con su versión de Recuerdos de Ypacarai, de Caetano Veloso, y fueron furor. Así comenzó Ainda dúo -actualmente solo Ainda- el grupo de Esmeralda Escalante y Yago Escrivá, los músicos que se conocieron en la universidad y, desde entonces, no paran de crear, con libertad y sensibilidad.

Inquietos y versátiles, combinan en sus composiciones temas que invitan a bailar con otros más introspectivos, sonidos retro, con elementos electrónicos, luz y oscuridad.

“Nos estimula mucho poder jugar libremente con distintos sonidos y faltarle un poco el respeto a los estilos”, define Esmeralda, voz y compositora de la banda que, en enero, pudo comenzar a presentarse presencialmente.

“Sería muy hermoso poder girar otra vez, nos encanta Mardel y Bruno Dante, nuestro batero estrella es de allá, así que sobran los motivos”, confió la artista al inicio de una charla en la que se prestó a desmenuzar aspectos de “Millones”, trabajo que comenzó en 2019 y vio la luz en plena pandemia.

Ainda ha girado por diversos escenarios de Europa, México, Uruguay, Brasil, Estados Unidos y el interior de Argentina. Siendo artistas independientes, sus voces sonaron en salas como el Teatro Gran Rex, Centro Cultural Kirchner, ND Teatro, Coliseo, Estadio Malvinas Argentinas, y el Estadio Bicentenario, Tecnopolis, entre otros.
Fueron convocados por Jorge Drexler para abrir sus shows en Buenos Aires y San Pablo. Además compartieron escenarios con José González, Juan Quintero, Luis Pescetti, Armando Manzanero, entre otros.

Grabaron UNO (2013), Segundo (2015) y Animal (2018), antes de “Millones” su cuarto disco de estudio producido por Adan Jodorowsky, Pablo Giménez, Nicolas Btesh, Juan Ignacio Serrano y ellos mismos.

-Hay en las canciones de su disco “Millones” una combinación de serenidad e introspección con invitación a bailar, compartir. ¿Cómo fue el trabajo para unir esas sensaciones a primera vista contrapuestas, pero que se amalgaman en el material?

-Creemos que esa combinación existe en todo: en la vida, en las personas y en la música también. Al menos en nuestro caso, nos estimula mucho poder jugar libremente con distintos sonidos y faltarle un poco el respeto a los estilos. Convivimos con esa mezcla constantemente. Nos gusta el pop, bailar, saltar, gritar canciones, llorar con otras más tristes. Estamos hechos de todo eso, el trabajo fue solo aceptarlo y permitírnoslo.

-¿Les gusta jugar con las dualidades? Porque también hay una combinación retro o vintage con elementos/recursos más actuales…

-Totalmente, pero no es de manera consciente. Es algo que aparece en la etapa de producción de una manera muy lúdica. Tratamos de que las canciones suenen como nos gustaría escucharlas y por eso no hay una barrera a nivel estético que nos ponga un freno. Eso hace que en una misma canción suene un sinte re loco hecho con un módem y una voz grabada con un mic de los años ’20.

-¿Cómo llevan adelante la amalgama entre la sensibilidad, la emotividad y los aspectos técnicos teóricos y prácticos de la composición? ¿Es también parte del juego?

-Tuvimos una época de ser más estudiosos, de hecho nos conocimos estudiando la carrera de composición. Después con los años, nos alejamos de lo académico y encontramos formas más naturales y divertidas de aprender. Nos rodeamos siempre de amistades muy geniales donde siempre hay una guitarra cerca, nos enseñamos acordes, aprendemos los temas que hizo alguno, vamos a todos los recitales que podemos, escuchamos discos nuevos y antiguos, hacemos covers, imitamos artistas. Todo eso es parte de nuestra cotidianeidad y hace que el hecho de jugar y componer estén cada vez más cerca. La teoría nos dio “atajos” para entender más rápido algunas cosas que pueden pasar en la canción pero por sobre todo buscamos decir lo que nos pasa con sinceridad y sensibilidad.

-Al disco lo iniciaron antes de la pandemia y lo presentaron después de meses de aislamiento. ¿Cómo modificó este proceso el perfil del material?

-La verdad que fue una salvación estar grabando el disco en un año tan raro. El estudio se volvió un oasis para poder crear y vivir un poco en otra realidad. Nos hizo muy bien sentirnos contenidos por la música y no sentirnos tan inútiles por no poder tocar en vivo que es algo que nos hace muy bien. Obviamente el disco está atravesado por muchas cuestiones personales que se dieron a raíz de la pandemia, como le pasó a todo el mundo. Sería raro que alguien no se haya modificado después del 2020.

Mirá el video de “Millones”, tema que da nombre al disco:

-¿Por qué decidieron trabajar con distintos productores en cada tema del disco? ¿Qué les resultó interesante de esa decisión y qué más desafiante?

-Fue una decisión que se dio naturalmente con el correr de los meses. Arrancamos a fin del 2019 con Adan Jodorowsky que produjo 3 temas. La idea era seguirlo en su estudio en México pero Covid, así que recalculamos y decidimos seguir adelante con otros productores que son más amigos que otra cosa. Laburamos con la dupla Nico Btesh-Pol Gimenez, gente muy querida y por demás talentosa. También con Juanito el Cantor y al mismo tiempo, nos animamos a debutar como productores de Ainda nosotros mismos. Todas las experiencias fueron diversas y muy especiales a su manera. La idea siempre fue que cada canción se encuentre con la mejor versión de sí misma y así es como aparecen distintas personas en la producción. El mayor desafío fue al momento de juntar todos los temas, que no quedara un cocoliche. Por eso pensamos mucho el orden de las canciones en el disco y finalmente integramos mini tracks para hacer que Millones sea un viajecito lindo sin sobresaltos pero con sorpresas.

-¿Cuál es tu definición personal de canción, qué significa desde lo emotivo?

-La canción es el lugar, no querer llegar a ningún lado más que a la canción. Es un lugar donde quiero vivir. Ahí hay motivación, apertura, riesgo, contención y libertad. Es un privilegio enorme contar con la música como refugio y trampolín a nuevos mundos que aún no existen.

Mirá el video del corte de difusión “El equlibrio”:

-¿Qué es lo que más disfrutan de las colaboraciones con otres artistas? Es sencillo ver la riqueza de esas fusiones como espectadores, pero ¿Cómo es para ustedes?

-Para nosotros es fundamental el intercambio con artistas, incluso, de otras disciplinas. La riqueza está ahí, en ese cruce es donde más nos potenciamos como seres humanos. Sobre todo es una gran excusa para conectar con gente, generar lazos lindos y profundos.

-Cuando miran hacia atrás, hacia su primer video, sus primeros trabajos como dúo y se comparan con cómo están hoy ¿Qué encuentran? ¿Se sienten diferentes?

-Nos impresiona un poco el paso del tiempo, nos sentimos y nos vemos diferentes. Somos muy cambiantes y nos gustan diversas cosas, somos seres de movimiento entonces ver cómo Ainda perdura en el tiempo es re loco. Es un poco la sensación de una casita rodante que nos acompaña a todos lados. Nos da también mucho orgullo haber sostenido un proyecto independiente con tanto amor y trabajo.

-¿Cómo se imaginan de acá a unos años en cuanto a lo musical? ¿Perciben hacia dónde los puede llevar esa búsqueda constante, esa necesidad de no encasillarse en un género?

-¡Qué difícil! La verdad es que no tenemos idea, sí nos gusta pensar que siempre vamos a estar haciendo discos. Disfrutamos mucho de grabar y ahí nos explayamos con mucha libertad. Nos encantaría poder hacer el próximo en algún lugar rodeado de naturaleza. Por ahora proyectamos eso nomás. En cuanto a lo musical, veremos…