Escenario mundial y mercado de pases
Por Jorge Raventos
El lunes, en Washington, Donald Trump asumirá una vez más la presidencia de los Estados Unidos. Javier Milei estará entre los invitados y seguramente, aunque sólo le cabe un rol de reparto, los medios lo destacarán como un personaje de gran relieve y mezclarán su nombre con las de los supermillonarios y zares tecnológicos –los Musk, los Bezos, los Zuckerberg- que rodearán a Trump en su nueva gestión.
El nombre de Milei ya resuena en Davos, adonde viajará desde Washington para repetir su performance del año pasado en el World Economic Forum. Son semanas de actuación en el escenario internacional.
Venezuela, Trump y el monroísmo
Las anteriores estuvieron enfocadas principalmente en Venezuela, donde finalmente Nicolás Maduro reasumió la presidencia de un régimen abiertamente dictatorial.
El tema venezolano se enlaza, naturalmente con la asunción de Trump en Washington. La oposición venezolana – después de mostrarse impotente para cumplir el aventurado compromiso de que el candidato electo, Edmundo González, asumiría la presidencia el 10 de enero en su país- deposita ahora sus expectativas en la reconocida capacidad de presión del inminente presidente de Estados Unidos. Algunos círculos de Washington alientan incluso, más que una presión vigorosa, una lisa y llana intervención solitaria o colectiva (con aliados de la región).
Trump no ha descartado el uso de la fuerza, si le rechazan la oferta de compra para asegurar el control estadounidense de Groenlandia y ha insinuado una diplomacia coercitiva para recuperar el control del Canal de Panamá, que Trump considera amenazado por la influencia china. América para los americanos.
El ex jefe del Estado Mayor del Ejército argentino, teniente general Juan Martín Paleo, advirtió esta semana en Clarín que “la apelación en forma explícita a los principios de la Doctrina Monroe avizoran un comienzo de gestión frenético de la nueva administración norteamericana, con consecuencias que impactarán en mayor o menor medida en todo el escenario internacional” y señaló que, frente a un escenario como ese “de competencia geopolítica, es imprescindible la unidad y cooperación regional, incluyendo la agenda de defensa, a fin de preservar los intereses nacionales y la soberanía de nuestras decisiones”. Actuar en el mundo implica costos y responsablidades y exige un pensamiento agudamente realista.
Por casa cómo andamos
El interés por la peripecia mundial no exime al gobierno de ocuparse de la problemática doméstica.
Esta semana el INDEC informó cuál fue la inflación del mes de diciembre. El gobierno destacó que se mantuvo por debajo del 3 por ciento, como en meses anteriores. Debió asimilar, sin embargo, que fue superior a la de noviembre, a la de octubre y al 2,5 por ciento que esperaba. CSacando pecho para aventar cualquier duda del mercado, el gobierno decidió bajar el ritmo de devaluación mensual de 2 por ciento a 1 por ciento., rectificando una postura previa. El Presidente venía argumentando que la devaluación del dólar intervenido bajaría del 2 al 1 por ciento recién cuando la inflación mensual llegara al 2,5 por ciento por dos meses consecutivos.
Ahora resolvió anticiparse a esa situación, con la intención de ofrecer una señal de seguridad al mercado (que quizás interprete el gesto como un signo inquietud o voluntarismo). En los hechos, la medida supone en principio una ampliación de la brecha cambiaria y agrega un plus de desaliento a los exportadores. La producción agraria viene sufriendo por caída del precio de la soja, por la subsistencia de las retenciones y por el incremento de sus costos. Las quejas de las organizaciones del campo están dejando de ser un murmullo.
La producción industrial no está menos inquieta. La caída en el consumo de energía es una radiografía de la situación: la industria consumió un 18 por ciento menos.
El consumo masivo del año que acaba de finalizar sólo fue superior al de los años 2002 y 2003. 2024 terminó con una caída del 13 por ciento en relación al año anterior, según un cuadro de la consultora Scentia citado por Clarín. Parece razonable que un sector creciente del empresariado –que en modo alguno es hostil al gobierno- reclame que “nivelen el terreno”.
Con razón o no, varios analistas del gobierno vinculan las objeciones económicas con cierta presión para que los libertarios consumen una convergencia política con el Pro de Mauricio Macri. Y la reacción parece ser un fortalecimiento del rechazo a esa posibilidad.
Si no alcanzaban los gestos del mileísmo más caracterizado (Carina Milei, Lilia Lemoine, Pilar Ramírez, los trolls de la Casa Rosada) el mismísimo jefe de gabinete Guillermo Francos salió esta semana a tomar distancia de la pretensión macrista de un rápido acuerdo de cogobierno:
“Iremos separados”
El encargado de trasmitir ese estado de ánimo fue el jefe de gabinete, Guillermo Franco:: “Macri planteó una comisión, y nosotros no hemos hablado de comisiones –puntualizó Francos-. Estamos lejos del acto electoral como para armar comisiones sobre esto. Trabajemos y apoyemos las leyes que vienen y después hablemos de elecciones. Estamos en momento de trabajar en conjunto, trabajar en leyes que tenemos pendientes”. Traducido: el Pro tiene que seguir mostrando espíritu colaborativo. Como se vienen las sesiones extraordinarias del Congreso, tendrán oportunidad de mostrar cooperación en la agenda que presenta el Ejecutivo: eliminación de las PASO, designación de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla en la Corte Suprema, el proyecto de Ficha Limpia rediseñado por la Casa Rosada…
Pero Francos aclaró también que en la Capital, el desvelo del macrismo, no habrá listas conjuntas: “Nuestro partido en la Ciudad existe, nuestro bloque de legisladores existe y nos vamos a presentar a la elección. Lamentablemente no como una fuerza unificada, sino compitiendo contra el PRO en la ciudad de Buenos Aires” .
El oficialismo sigue mostrándose intransigente en las conversaciones con el macrismo y le va comiendo fichas paulatinamente. Esta semana se quedó con una incorporación importante, la del intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, uno de los dirigentes territoriales del conurbano que cuenta con mejor imagen. Es una plaza de mucho peso en el tejido del Gran Buenos Aires y también en la composición interna del Pro.
Simultáneamente los libertarios mueven los hilos sobre otras figuras del Pro que han evidenciado su disposición colaboracionista con el oficialismo. El primero de ellos, Diego Santilli. Aunque Santilli niega su pase, las conversaciones continúan. Los libertarios bonaerenses, conducidos por Sebastián Pareja trabajan para forjar una estructura política sólida en la provincia que gobierna Axel Kicillof.
Sucede que el territorio Pro viene desestabilizado desde que, antes de las elecciones de 2025, su dirigencia mostró incapacidad para procesar diferencias razonablemente y se embarcó en una suerte de guerra civil. La cosa se agravó cuando Mauricio Macri dio signos de simpatía para Milei mientras su partido todavía pugnaba por ganar la presidencia. Después de eso vino el pacto de Acassusso; a esa altura, con Milei como alternativa al kirchnerismo en el balotage, se abrieron de par en par las compuertas para el flujo de electorado Pro hacia la boleta libertaria. Obligado por ese posicionamiento , Macri ostentó su respaldo casi incondicional al programa de Milei esperando una retribución compasiva. Hasta que comprendió que los libertarios pretenden desplazar al macrismo inclusive de su sede privilegiada: la Ciudad Autónoma. A esa altura – que es esta- ya tiene que pelear contra el mileismo dentro de su propia fuerza.
En la última semana, un comunicado partidario desató una trifulca en las filas amarillas. En ese texto se criticaba que el Presidente hubiera excluido el tratamiento del Presupuesto en su convocatoria a sesiones extraordinarias del Congreso. “Su exclusión evidencia una preocupante falta de vocación de diálogo –castigaba en un párrafo-, especialmente en un momento político que exige amplios consensos. Este enfoque nos aleja de la democracia participativa y refuerza una visión autoritaria, donde no hay espacio para el debate ni la construcción conjunta”. Varios gobernadores (Ignacio Torres, Rogelio Frigerio) y dirigentes destacados del Pro hicieron saber que no habían sido consultados para esa toma de posición y se manifestaron contrarios a ella. El mercado de pases no sólo está agitado en el fútbol.
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