Por Rolando Demaio, candidato a intendente de La Libertad Avanza

Lo que sucedió en torno al escándalo de la Secretaría de Cultura, que por impericia de quienes hace cuatro años manejan el área dejaron fuera de los Bonaerenses a la delegación de nuestra ciudad, para nosotros es una muestra cabal de dos graves cuestiones que observamos por demasiado tiempo: la ausencia de gestión centrada en el vecino que hace que existan inmensas estructuras burocráticas que no sirven al ciudadano de a pie y no devuelven en servicios a la comunidad sus altos costos, y por otro lado, el récord de funcionarios políticos sin sentido que tiene este gobierno municipal.

Queda claro por el sobreactuado, incómodo e improvisado actuar del intendente, debido a las graves consecuencias que trajo aparejado el escandaloso accionar del área de Cultura y porque todo esto se dio en época de elecciones, que a último momento y después de 4 años de conducir la ciudad propone -para distraer y como si ello borrara el papelón- fusionar dos áreas: Turismo con Cultura. Absolutamente extemporáneo: es tarde, el daño ya está hecho y el actual mandato concluye en unos pocos meses.

Si esto era una decisión de gobierno sopesada y realizada con convencimiento ¿Porqué no se hizo antes? La respuesta es obvia: tuvieron tiempo y oportunidades, pero no convicción. La prueba más clara está plasmada en el récord de funcionarios políticos de Montenegro: 136. Cuatro años para alcanzar una vergonzosa cifra.

Esta falta de convicciones por ordenar con verdadera austeridad el uso de los recursos públicos nos cuesta en erogaciones por la planta política 100 millones de pesos por mes y más de 1300 millones al año. Ver la enorme magnitud de estos números nos interpela sobre cuánto podría hacerse con esta plata: no sería utópico empezar a bajar tasas o prestar servicios en serio. Eso es lo que quieren nuestros vecinos, a esto se resiste la casta.

Y lo peor es que Montenegro nos prometió a los marplatenses y batanenses durante la campaña del 2019 reducir el costo de la “planta política” y simplemente incumplió, nunca achicó el gasto público. Si incumple una vez: ¿por qué no lo va a hacer de vuelta?.

Ese aumento de funcionarios no solo fue incumplir una promesa sino que no sirvió para nada, porque este abultado número no pudo traducirse en una mejor gestión como lo sabe cualquier vecino que no sea pariente cercano o amigo de los funcionarios.

Es urgente en Mar del Plata fijar prioridades, y esto es lo primero que vamos a hacer cuando nos toque gobernar en diciembre:

• vamos a reducir el número de funcionarios al menos un 30%;
• vamos a congelar los ingresos a la planta municipal por 10 años con excepción de los trabajadores esenciales (médicos, docentes, seguridad);
• vamos a eliminar horas extras y dar por finalizados los servicios del personal contratado al 31 de diciembre del 2023;
• vamos a revisar los ingresos de personal de los últimos 6 meses de gobierno;
• vamos a bajar la alícuota de la tasa de inspección, seguridad e higiene;
• Vamos a eliminar los entes y reducir secretarías:
• Las funciones que hoy realiza el EMTUR van a trasladarse a la Secretaría de Producción, Infraestructura y Desarrollo Económico.;
• La actividad que hoy desarrolla el EMSUR y EMVIAL será ejecutada por empresas y cooperativas y el control será realizado por la Secretaría de Producción, Infraestructura y Desarrollo Económico;
• Vamos a eliminar la Secretaría de Obras que va a nuclear su función dentro del área de la Secretaría de Producción, Infraestructura y Desarrollo Económico;
• Vamos a eliminar la Secretaría de Desarrollo Social, Salud, Educación y Cultura y el EMDER para crear una única Secretaría de Capital Humano, que va a congregar todas esas áreas.

De esta manera solo tendremos: Intendencia; Secretaría de Economía y Hacienda; Secretaría de Capital Humano; Secretaría de Producción, Infraestructura y Desarrollo Económico; Secretaría de Gobierno; Secretaría de Seguridad.

Vamos a bajar de las actuales 14 Secretarías y Entes a 5: menos de la mitad.

Es la mejor manera de devolverle el poder y la confianza a los vecinos: la plata que hoy gasta la política y se pierde en burocracia va a volver a los vecinos en servicios o menores tasas. Es el mandato por el cual nos involucramos, es el apoyo que recibimos en las elecciones y día a día sigue sumándose, es el compromiso asumido por quienes tenemos la convicción que una Mar del Plata distinta es imposible con los mismos de siempre.