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La Ciudad 10 de mayo de 2017

“Es posible una ciudad con trabajo todo el año”

El ingeniero Carlos Cheppi confirmó que será precandidato a concejal por el Frente para la Victoria y desarrolló su visión de la ciudad y sus objetivos a futuro. Aseguró a LA CAPITAL que hay que romper con la idea de que Mar del Plata es inviable y trabajar por un plan de crecimiento real.

“Es posible una ciudad con trabajo todo el año. Y la mayoría de los problemas de la ciudad no son estructurales: se resuelven con gestión. Claro que requiere mucho esfuerzo de todos, desde el intendente hasta el último vecino; pero es posible”, aseguró el precandidato a concejal por el Frente para la Victoria, Carlos Cheppi, a LA CAPITAL.
Tras señalar que “hoy vivimos un desgobierno como hacía décadas no se vivía en la ciudad y eso acentúa las falencias”, expresó que “son años sin planificación y las consecuencias las vemos desde lo más cotidiano”.
“Estoy convencido de que sé lo que esta ciudad necesita y sé cómo hacerlo y tengo el equipo de gestión que hace falta para hacerlo”, enfatizó.
-¿Cómo ve a la ciudad hoy?
-La veo mal, igual que el resto de los marplatenses. Hace muchos años que yo vengo sosteniendo que a Mar del Plata le falta una planificación seria, un buen diagnóstico y un plan de desarrollo. Y obviamente en un contexto nacional que ha empeorado, y en una situación local donde hay semejante falta de gestión, todos los problemas empeoran. La sensación es generalizada: Nos vaya mejor o peor en lo personal, todos los marplatenses sentimos en mayor o menor medida que la ciudad está detenida y que perdió el rumbo. El eje de la ciudad no está claro, es un poco de todo y nada a la vez: casi industrial, casi turística, casi productiva, casi laboral, casi joven, casi feliz?
-¿Cree que esta situación es culpa de la gestión municipal?
-No del todo, porque obviamente ésta no es una situación a la que se llega de la noche a la mañana. Sí es cierto que hoy vivimos un desgobierno como hacía décadas no se vivía en la ciudad y eso acentúa las falencias, pero son años sin planificación y las consecuencias las vemos desde lo más cotidiano, como las calles destruidas que no se arreglan o la mugre que no se limpia, hasta lo más grande como la marginación de los barrios, las industrias que se caen, los comerciantes que la tienen que pelear todos los días y se sienten desprotegidos, los jóvenes que se van porque no encuentran trabajo. Somos la ciudad con mayor desocupación del país, donde hoy si uno tiene la suerte de tener trabajo seguramente anda con miedo a perderlo. En una ciudad con semejante potencial productivo, es absurdo que la situación sea ésta, que no haya oportunidades. Es muy triste escucharnos a nosotros mismos hablar sobre Mar del Plata, ¿no? Somos una ciudad profundamente querida por todos los argentinos y los que somos segunda o tercera generación de marplatenses nacidos y criados tenemos muy vivo ese recuerdo de la ciudad que nos daba orgullo? Pero últimamente hemos perdido esa confianza en la ciudad, en todos lados se escucha desánimo y decepción, y creo que todos buscamos revertir esa imagen negativa que no es ni la que queremos tener nosotros de nuestra propia ciudad ni la que queremos dar hacia afuera.

“Se resuelve con gestión”

-¿Cómo imagina que esa situación puede revertirse?
-Lo principal es romper con esa idea de que Mar del Plata es inviable, porque no lo es. Es posible una ciudad con trabajo todo el año. Y la mayoría de los problemas de la ciudad no son estructurales: se resuelven con gestión. Claro que requiere mucho esfuerzo de todos, desde el intendente hasta el último vecino; pero es posible. Lo segundo más importante es no creer que hay que acertar en dos o tres medidas parches, sino que el rumbo se va a encontrar con un plan a largo plazo y que el centro de ese plan es generar trabajo. Hay que cambiar las lógicas y pensar una ciudad que ponga el énfasis en muchos aspectos que con el tiempo se han dejado de lado y que hacen que siempre nos quedemos a mitad de camino. Quiero decir que sin desatender el turismo, hay que impulsar una ciudad industrial y productiva; que sin desatender a los adultos mayores que vienen a jubilarse a la ciudad porque es hermosa y tranquila, hay que ofrecer trabajo y oportunidades para que los jóvenes marplatenses ya no necesiten irse; que sin desatender la costa y el centro, nos concentremos en que los barrios y la periferia también sean parte del desarrollo; y que sin dejar de poner expectativas en la temporada de verano que es parte de nuestra identidad, trabajemos por una ciudad que sea posible todo el año.
-O sea que en su mirada, no sería el turismo el centro de crecimiento de la ciudad?
-No, claramente no lo es. Pero no porque el turismo no sea uno de nuestros mayores sectores productivos, sino porque hace décadas que dejó de ser actividad suficiente para una ciudad como esta. Mar del Plata creció muchísimo, somos más de 800 mil habitantes, una ciudad más grande que nueve provincias argentina, y el turismo sólo da oportunidades a una pequeña parte de eso. Y la realidad es que cada vez son menos los turistas que eligen la ciudad, que venimos de la peor temporada de verano de la década, que estamos a poco tiempo de entrar en el invierno y ya se ve en la calle esa angustia que aparece siempre a mitad de año. Por eso lo que tiene que potenciar Mar del Plata es su perfil industrial que es también el puerto, la actividad textil, la alimentaria, los sectores económicos de este momento que pasan por la industria del software y las nuevas tecnologías. -Su planteo hace mucho hincapié en los jóvenes?
-Porque una ciudad que no contiene a sus jóvenes es una ciudad que no tiene fuerza para caminar. Hace 40 años los trabajos de temporada permitían a los pibes sostenerse todo el año para estudiar, y miremos cómo estamos ahora. ¿Quién de nosotros no tiene algún familiar o amigo, algún pibe cercano de 20 ó 30 años que se tuvo que ir y está armando su proyecto de vida en otro lugar? Se van, viajan, trabajan en otros lados. Y después les cuesta mucho volver, tal vez tienen hijos en otro lado, lejos de la familia y de su lugar. El mundo está lleno de marplatenses que se fueron porque se sintieron expulsados. Yo mismo viví eso y fue hace ya muchos años, me recibí de ingeniero y me tuve que ir porque en Mar del Plata no encontré oportunidades profesionales. Y no quiero que les siga pasando eso a los jóvenes.
-¿El objetivo final de todo esto es llegar a la intendencia en 2019?
-En 2019 yo voy a cumplir 65 años, la edad en la que la mayoría de los argentinos llegan a la jubilación. Yo trabajé toda mi vida como muchos de los argentinos, a los 18 años empecé a estudiar ingeniería en Balcarce y me banqué toda la carrera trabajando de mozo, de taxista, en una estación de servicio.Y una vez que me recibí y empecé a trabajar profesionalmente no paré nunca más. Este año me tomé vacaciones por primera vez en 14 años. A lo que voy con todo esto es a que a veces es una tentación descansar un poco, pero siento que Mar del Plata me dio mucho y que yo tengo mucho para darle a Mar del Plata. Estoy convencido de que sé lo que esta ciudad necesita y sé cómo hacerlo, tengo el equipo de gestión que hace falta para hacerlo. En mi vida política y profesional me he dedicado fundamentalmente a generar trabajo y a desarrollar sectores productivos, es decir, a encontrar maneras de poner las cosas a producir y las personas a trabajar. Estoy para sumar y creo que hay que dejar de pararse sobre las diferencias y empezar a trabajar sobre las cosas que los marplatenses tenemos en común. Esta ciudad en lo profundo tiene algo invaluable que no muchas ciudades tienen, que es ese amor y ese orgullo por lo local.