Entretextos: Tres gatos y un perro, un cuento de Hernán Montenegro
Hernán Francisco Montenegro nació en Mar del Plata en 1992. Después de asistir al "Taller de Narrativa" en 2018 empezó a trabajar en cuentos y novelas.
Era una tarde lluviosa. Mi amigo Alejandro y yo estábamos sentados en el sillón de su pequeña casa ubicada en el bosque Peralta Ramos, enfocados en un videojuego hasta que el ruido del vidrio nos tomó por sorpresa.
Uno de las tres hojas del ventanal estaba marcada. Tres cortes, que parecían un arañazo de algún animal bastante grande.
—¿Qué fue eso?
—No sé —respondió Alejandro y se levantó para prender la cafetera—. Supongo que tendré que cambiar el vidrio, ¿Café?
A pesar del desinterés sobreactuado, lo noté pálido. En una ocasión me confesó que la casa de sus padres estaba embrujada, y él era el único que padeció lo que fue crecer siendo acosado por lo que él llamaba “entidades”.
Lo recordaba como algo doloroso, una historia que pretendía dejar atrás. Yo también hubiera hecho lo mismo, me comentó de un hombre pelado con la ropa llena de sangre, que se quedaba parado en la puerta de su pieza. De la figura de una anciana que se sentaba sobre su cama e intentaba quitarle las frazadas. Y lo más extraño fue la noche que algo le arrojó un peluche y cuando observó donde había caído se encontró con algo que no quiso describirme.
El tiempo, la literatura, y una desventura con una Ouija a los diecisiete me hizo tomar sus historias un poco más en serio, pero jamás había tocado el tema. La curiosidad me tentó y tomé la oportunidad para conocer más sobre lo que mi amigo había vivido por más de veinte años.
—Ale —dije, como pidiendo permiso—¿Qué creés que quiso romper el vidrio?
Alejandro me miró a los ojos estudiándome. Buscando en mis palabras, en mi postura, en mi manera de mirarlo, si había algún atisbo de burla escondida en mi pregunta.
—Él —dijo finalmente, al comprobar que le creía.
—¿El pelado?
—No, es algo peor. Él, es un monstruo, una bestia
Lo miré incrédulo. Alejandro hablaba con una seriedad pocas veces vista, pero elegí creerle. Quería saber más de él.
—Encima es la segunda vez que hace algo cuando estás vos —dijo Alejandro preocupado.
Al escuchar esto, fui yo quien se puso pálido.
—¿La segunda?
—Sí, la segunda.
—¿Cuándo fue la primera?
—Te acordás que hace unos años, viniste a casa a dormir y dijiste que mi perra te quiso atacar.
—Sí, La Pompis.
La Pompis era una perra pequeña de pelo blanco. Simpática y cariñosa, se alegraba siempre que alguien entraba por la puerta. Era el animal más tierno del mundo, pero esa noche, cuando quise cruzar la puerta de la pieza de Alejandro, obligado por la necesidad de ir al baño, me gruñó. Me gruñó de una manera que me aterró. Le chisté, pero eso sólo provoco aún más su enojo. El gruñido se hizo más fuerte y corrí a refugiarme bajo las sábanas de la cama que había improvisado en el piso. No me animaba a mirar a la puerta que había dejado abierta. Y temí. Temí que la perra entrara y decidiera atacarme.
Para mi suerte, la pequeña gata de Alejandro, que no veía hace mucho, apareció para hacerme compañía. Me tranquilizó con sus ronroneos, hasta que me quedé dormido.
A la mañana, La Pompis volvió a ser la perra simpática y dulce. Y jamás me volvió a gruñir.
—Sí, me acuerdo —respondí—. No sé cómo hice para aguantarme las ganas de ir al baño.
—Bueno, La Pompis dormía siempre en la planta baja y la puerta de la escalera se cerraba —dijo Alejandro.
Interpreté su silencio, como que con esa información era obvio la deducción que tenía hacer. Me reí involuntariamente y Alejandro se percató de que no fue una risa burlona, sino que estaba incómodo.
—¿Por qué no me lo dijiste? —pregunté
—Eras uno de mis pocos amigos y eras chico. No quería asustarte, pero lo vi todo. Vi la bestia enfrente tuyo, intentando entrar y los tres gatos que los miraban desde la ventana de mi pieza.
—¿Tres gatos?
—Sí, vos creíste que fue mi gata Flora. Pero Flora había muerto hacía un mes.
—No me jodas —dije, bastante nervioso—. Te pregunté de verdad, no para que me tomes el pelo.
—No te jodo. Había tres gatos. Cuando te acostaste, los tres te rodearon. Uno se puso al lado de tus pies, otro encima de tu espalda y otro cerca de tu cabeza.
Me quedé helado. Jamás le había dicho a Alejandro los lugares donde sentí a Flora esa noche. Como sentí que la gata parecía moverse a una velocidad increíble, ya que en un abrir y cerrar de ojos, la sentía en distintas partes del colchón, pero siempre cerca.
Ambos intentamos cambiar de tema, y volvimos al videojuego.
Ya era de noche cuando llegué a casa.
Prendí la luz. Ordené un poco y luego me fui a acostar. Dejé la luz del pasillo prendida.
Alejandro me dijo que intentara no pensar en lo que habíamos hablado, que no intentara recordar lo que pasó.
Fracasé.
Entredormido, empecé a recordar lo que había pasado esa noche. Vi el rostro de la bestia que había atormentado a Alejandro durante toda su vida, y la bestia me miró a mí. con esos ojos grandes y profundos, con ese rostro que parecía ser una máscara de muerte.
La bestia, abrió la boca emitiendo el gruñido que me había paralizado hace más de veinte años. Sentí el olor fétido y lo pude ver en su cuerpo perruno. Era gigante y se movía lentamente desde el pasillo hasta mi pieza, acercándose victoriosamente. La luz moría detrás de su figura, trayendo la oscuridad.
Me dije que era un sueño y que tenía que intentar despertar, pero no podía.
Un maullido interrumpió mi trance. Mi gata Cheddar había saltado a la cama, y me tranquilizó con su ronroneo. Con temor miré el pasillo, pero la luz estaba intacta, no había nada que temer.
Respiré profundo y cerré los ojos.
Cheddar se acurrucó en mi pecho y se quedó conmigo toda la noche.
Dormí tranquilo al sentir el peso de mi gata en el pecho, sus ronroneos en mi oído y su calor en mis pies.
Biografía
Hernán Francisco Montenegro nació en Mar del Plata en 1992. Después de asistir al “Taller de Narrativa” en 2018 empezó a trabajar en cuentos y novelas.
En 2021 publicó Senda Sangrienta. El primer libro de la saga Vorgrimler. En 2023 publicó El Portador de la Luz. En 2024 publicará el esperado segundo libro de la saga Vorgrimler.
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