A veces
me deslizo en un charco de barro
hacia un abismo
de ramas y cielo

camino
por el lado filoso de las cosas
los espejos
los cerámicos
blancos o negros
puertas
hacia el revés
desde donde me veo
mirar el otro lado
con ansia
de llegar

pero hay otro doblez
y otro
y otro
luces asombradas
sombras lúcidas

raíces velando
la ausencia de
abajo
arriba

algo traigo de esos viajes
una mitad se queda
vuelve desdoblada la carencia
pero la sombra
me digo
sólo es
demasiada luz
apretada
como hojas de un árbol
sin invierno.

***

Dentro de la nube
un pez de papel
entra por la ventana del cuarto piso
un río
va llenando los pasillos
de envoltorios
de alfajores y cigarrillos

en medio del asfalto
un edificio nace
hacia abajo
una nube orgánica
quiebra la linealidad

la plaza se inunda
y crecen mundos temblorosos
en cada charco
copias defectuosas
un edificio estático, otro ondulante
un árbol completo, otro partido
de un modo imposible
sin tronco
solo la copa contra un cielo de barro.

***

Que nada se mueva:
tengo que pescar un verso.

***

Los borrachos y los pájaros
se alborotan a la misma hora.

En un momento de la noche,
el silencio abriga los cuerpos
hasta que el sol
lanza un fósforo
sobre la nafta del tiempo.

Enloquecen
junto a mi ventana
cien pájaros en el árbol,
como si fuera el fin del mundo.

Los borrachos pelean o festejan
trazan mapas de vuelta
y planean extender la punta del miedo
mientras el sol
se les clava en el costado
como una faca
que brilla demasiado.

***

Desando mis pasos

el mar canta la exacta canción
de cuando nos conocimos

tal vez advierte
el amor
siempre herida

la playa misma otra
desborda de recuerdos nunca

esa manía
de vivir en varios tiempos a la vez

como si no bastara
con el instante gota

Te dejo ir
en reversa y a toda velocidad
hasta que nuestros cuerpos se estrellen y vuelvan a alejarse

para siempre

en la nebulosa
de un pasado imposible.

***

Como una taza
que alguien dejó caer
demasiado pronto

la ausencia diminuta
deja pasar el aire
por la sutura

aunque hayan querido pegar
todas sus partes
siempre algo queda
en la sombra de algún mueble

Cuidado al tocar la cicatriz:
la más leve presión
podría partirla.

***

Nos miramos como animales exóticos
tratando de vislumbrar
el color del plumaje
del otro

Un paso adelante
dos de huida
los pechos quieren tocarse
el lomo recela

las manos se agitan
para sostener el equilibrio
en medio del aire

tan cristalino.

Laura Blanco (Azul, 1982), como Palabrera, tiene varias facetas. Es profesora en Letras (UNMdP) y da clases de Literatura en escuelas de nivel secundario de Mar del Plata. Coordina talleres virtuales para adultos. Genera contenidos para sus redes sociales -Lau la Palabrera- en Instagram, Facebook y YouTube. Diferentes medios gráficos como Revista Oropel y Revista Ulrica han publicado poemas suyos y se incluyeron varios en la antología “Poemas de la palabra” (Martin, 2003). Su primer libro, “Estallido” (Niña Pez Ediciones, 2021), ha sido recomendado por varios influencers literarios. Actualmente se encuentra en proceso de edición su segundo poemario, “Mirada puente”.

Conocer más sobre Laura Blanco en Bookstagrammers marplatenses: cinco cuentas para acercarse a la lectura