CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Policiales 28 de diciembre de 2024

Encapuchado y armado robaba comercios atendidos por mujeres

Santiago Ábalos asaltó cinco negocios céntricos en una semana. Fue condenado a 5 años y 3 meses de prisión.

Campera negra, buzo con capucha y armado con un revólver. Cinco mujeres que trabajan en comercios del centro describieron exactamente igual al ladrón que las asaltó entre el 7 y 14 de mayo. Las cámaras de seguridad confirmaron sus testimonios: el delincuente, que medía entre 1,60 y 1,70, vestía, siempre, con campera negra, buzo con capucha y estaba armado con un revólver.

Con una cantidad de pruebas irrefutables en su contra, Santiago Ábalos aceptó su culpabilidad en cada uno de los robos y en un juicio abreviado fue condenado por el juez Federico Wacker Schroder a la pena de 5 años de prisión por los delitos de “robo agravado por el uso de arma cuya aptitud para el disparo no pudo ser acreditada, cinco hechos en concurso real“.

El 7 de mayo, el fiscal Fernando Berlingeri inició una investigación por el robo a mano armado en la despensa “Lo de Mary”, ubicada en San Martín al 3300, donde un hombre con campera negra, buzo con capucha y un revólver había amenazado a la empleada para robar 30.000 pesos de la recaudación y un celular Samsung.

Unos días después, el 13 de mayo a las 16.55 la situación se repitió en otro comercio: un ladrón con campera negra, buzo con capucha y armado ingresó Bali, en Santa Fe al 2000, intimidó a la empleada del lugar y robó 20.000 pesos de la recaudación.

Al día siguiente, el martes 14 de mayo a las 19.35, un ladrón con campera negra, buzo con capucha y armado ingresó al pet shop Pipones, ubicado en Hipólito Yrigoyen al 1300, amenazó a una empleada y robó unos 40.000. La situación fue advertida por la dueña del lugar cuando llegaba al comercio, ya que no quería dejar sola a su compañera en el horario del cierre. A metros de la puerta escuchó los gritos de la víctima y vio al delincuente salir corriendo del lugar.

Para Berlingeri, evidentemente se trataba del mismo ladrón, lo que podía confirmar también con las imágenes de seguridad de cada negocio, pero aun no podía identificarlo.

El 16 de mayo, el “encapuchado” volvió a delinquir, esta vez su objetivo fue un kiosco ubicado en Sarmiento al 2700, al que ingresó a las 16.50 y, tras amenazar con su arma de fuego a una empleada, se llevó 109.600 pesos de recaudación.

El último de esta serie de robos ocurrió 20 de mayo, a las 20.45, en Quick Ciber, un kiosco ubicado en la avenida Colón al 2000. La situación fue la misma de los anteriores asaltos: un hombre de entre 1,60 y 1,70, con campera negra, buzo con capucha y un arma amenazó a la empleada y le robo la recaudación, unos 40.000 pesos, y un celular Iphone 8.

La identidad Santiago Ábalos se logró gracias a un policía de la comisaría 11°, que al enterarse de la seguidilla de robos en el centro por un hombre que vestía campera negra y buzo con capucha solicitó los videos y lo reconoció como un delincuente recurrente de su jurisdicción, con domicilio en el barrio Las Américas.

“Sí, es él, siempre la misma ropa”, le dijo el policía al fiscal Berlingeri y agregó: “El rostro es el de la persona que yo llevé detenida una vez, porque ese día le pedí que se quitara la capucha“.

Con la identificación de Ábalos, las imágenes de las cámaras de seguridad y los testimonios de las víctimas, el fiscal solicitó a la Justicia de Garantías la detención del sospechoso y el allanamiento de su casa, en Ayolas al 9800.

Durante el allanamiento, realizado el 29 de mayo, Ábalos fue detenido y en su vivienda la policía secuestró un revólver plástico de iguales características al exhibido a las víctimas y una campera negra y un buzo con capucha, como los que el delincuente usaba en cada uno de los robos.

Como agravante en la sentencia, el juez Wacker Schroder tuvo en cuenta que los robos fueron cometidos con las puertas de los locales abiertas al público, disminuyendo la capacidad anticipatoria de las víctimas y que éstas eran mujeres, cuya desventaja física natural fue aprovechada siempre por el ladrón.

Además, como Ábalos tenía una condena previa por “encubrimiento” de 6 meses, ordenado por el Juzgado Correccional N° 5, el juez Wacker Schroder le impuso una pena única de 5 años y 3 meses de prisión, comprensiva con la de 5 años dictada por los robos cometidos en mayo.

De esta manera, el vencimiento de la pena única impuesta operará el 24 de agosto de 2029, ya que se tiene en cuenta que Ábalos se encuentra detenido desde el 29 de mayo.



Lo más visto hoy