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La Ciudad 30 de agosto de 2020

En una semana se quintuplicó la cifra de pacientes Covid con respirador en Mar del Plata

A la par del incremento de casos, crece en forma alarmante la ocupación de camas operativas de terapia intensiva. Más de la mitad de los pacientes en esa condición requiere asistencia respiratoria. Advierten que el recurso humano para atender a los pacientes “está al límite”.

Por Gonzalo Gobbi

Alrededor de 40 pacientes con diagnóstico positivo de coronavirus atraviesan hoy la enfermedad en unidades de terapia intensiva de distintos establecimientos públicos y privados de salud en la ciudad. Más de la mitad de esas personas requiere Asistencia Mecánica Respiratoria (ARM), una fase verdaderamente cruda del tratamiento, mientras el recurso humano capacitado para monitorear su evolución, advierten, “está al límite” de su capacidad.

En los últimos días, la Filial Mar del Plata de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva y autoridades de la Sociedad Marplatense de Infectología expusieron públicamente su preocupación frente al escenario “crítico” que hoy presenta la ciudad a raíz del exponencial crecimiento de contagios y el aumento de la demanda de camas operativas de terapia intensiva.

El recurso humano es finito. El número de camas disponibles, también. Ambos elementos, lejos de ser meros y fríos números, van de la mano. Cada paciente hospitalizado en terapia intensiva requiere una cama con el equipamiento tecnológico adecuado, como así también del equipo de terapistas y profesionales especializados.

En el personal de salud, el cansancio se percibe claramente. Si los marplatenses están cansados de la cuarentena, entre los profesionales sanitarios el agotamiento es altamente superior.

Están en la primera línea, totalmente expuestos. Más allá del debate sobre el posible relajamiento de las medidas de protección en algunos casos (no todos) y el factor del pluriempleo, sobresale un dato clave objtetivo en el actual escenario: al menos el 50% de los profesionales intensivistas estuvo -o está- aislado por haberse contagiado o bien en forma preventiva, según un relevamiento de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva.

La ardua labor médica de los hospitales de Buenos Aires, foco de la pandemia en Argentina

En lo que va de agosto se registraron más de 2500 casos de coronavirus, cifra que triplica a la del mes pasado. En la ciudad también se triplicó en los últimos 30 días la cantidad de casos activos y la tendencia, lamentablemente, va en alza. En simultáneo, este mes se produjeron al menos 50 fallecimientos, más del doble que en julio.

Infectólogos y terapistas coinciden en que el 80 por ciento de quienes contraen el virus lo pasan en la casa, con síntomas leves, mientras que un 20 por ciento requiere internación y un 5 por ciento cuidados intensivos. Ese es el punto más sensible.

En el transcurso de la última semana, desde que el gobierno municipal oficializó que existe transmisión comunitaria del virus y la ciudad retrocedió a la fase 3 del aislamiento, se quintuplicó la cantidad de pacientes que demandan Asistencia Mecánica Respiratoria (ARM).

Ocupación de camas operativas

Actualmente hay más de 1200 personas bajo tratamiento. El 67% atraviesa la enfermedad en aislamiento domiciliario y aproximadamente un 15% requiere internación.

Alrededor de 40 pacientes están hoy internados en unidades de terapia intensiva, principalmente en el Hospital Modular, el Hospital Privado de Comunidad (HPC) y las clínicas Colón, Pueyrredon, 25 de Mayo, Belgrano y la del Niño y la Familia. Algunas otras instituciones no reportan datos por ningún medio.

De esos cerca de 40 pacientes, al menos 23 están “conectados” a respiradores, principalmente a raíz de insuficiencias respiratorias. Hasta el lunes pasado había -al menos oficialmente- solo 5 personas en ARM, cifra casi cinco veces menor que la actual.

hospital medico paciente

Cabe señalar que existe diariamente una significativa diferencia cuantitativa (a la baja) entre los pacientes con asistencia respiratoria que reporta oficialmente el Municipio y los que informa cada establecimiento de salud.

Según pudo saber LA CAPITAL en base a un sondeo realizado en las principales instituciones, en la Clínica Pueyrredon hay actualmente 16 pacientes Covid, de los cuales 4 demandan ARM.

En el Hospital Privado de Comunidad, de los 23 confirmados, 3 reciben asistencia respiratoria. En la Clínica 25 de Mayo, de los 20 casos positivos internados, 3 demandan respiradores.

En la Clínica Colón, cuatro de los 23 pacientes con Covid están con ARM. En la Clínica del Niño y la Familia hay 2 positivos, de los cuales uno utiliza respirador.

En el HIGA y el Hospital Modular, de los 35 pacientes internados 8 utilizan respiradores. El nosocomio provincial es el que mayor cantidad de personas con ARM presenta actualmente. Los números, sin embargo, guardan una cruda realidad detrás de cada paciente que lucha por su vida y sus familias.

Dormidos, sedados y solos

La doctora Rossana López, secretaria la Filial Mar del Plata de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, planteó que “es insuficiente el recurso humano” para brindar debida atención a la creciente cifra de pacientes en esa condición y explicó en qué consiste atravesar la enfermedad en terapia intensiva, instancia delicada, compleja y que va mucho más allá de ocupar una cama.

“La causa más común de ingreso a UTI es la insuficiencia respiratoria. Primero se practica oxigenoterapia, se aísla al paciente y hay diferentes formas de administrarla, entre ellas el respirador. Esos pacientes están sedados, con mucha analgesia; es muy duro porque están solos en una unidad, no están conscientes, sino dormidos, y están no menos de diez días en esa condición, incluso dos semanas”, explicó.

Foto: EFE.

Foto: EFE.

Por su parte, la doctora Cristina Milioranza, titular de la Sociedad de Infectología, jefa del servicio de Infectología del Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) y la Clínica Pueyrredon, indicó: “La situación se complica al internarse, sufre el paciente y también la familia y el entorno, porque una vez ingresado no tienen contacto con la familia hasta el alta. No hay visitas, así que además del sufrimiento físico hay sufrimiento emocional, del paciente y la familia”.

En ese sentido, dijo que tanto en el sector público como privado “van aumentando” las internaciones y destacó que “no hay números infinitos de camas, a pesar del esfuerzo; es un recurso finito al que hay que prestarle mucha atención”.