El intendente Carlos Arroyo inaugurará hoy el 101° período ordinario de sesiones del Concejo Deliberante en un clima de crisis política por la salida de cinco secretarios en poco más de 100 días de gestión.
En la sesión preparatoria, que fue convocada para las 10 en el recinto, el discurso del jefe comunal (cuyos ejes se mantuvieron bajo estricto hermetismo) será central para conocer el rumbo de una administración golpeada y desgastada.
La otra arista es la elección de las autoridades del Concejo. El presidente, Guillermo Sáenz Saralegui, un viejo compañero de ruta de Arroyo, ha recibido críticas por lo bajo debido a la forma en que se trataron diversos expedientes. Con todo, en el cuerpo estimaban ayer que sería reelegido.
Esta será la segunda incursión del intendente ante el plenario del Concejo. La primera fue el 10 de diciembre, el día que asumió con promesas de derivar los fondos que estuvieran a su alcance a la cuestión social.
Las diferencias entre uno y otro momento son notorias. La principal es que el plantel que anunció al iniciar su gestión se fue desmembrando de a poco. El goteo comenzó en la primera semana de la nueva gestión con la renuncia de Julio Razona a la Secretaría de Seguridad. Continuó el 24 de febrero con el despido de Miguel Angel Guzmán del Emvial (Ente de Vialidad y Alumbrado). Tuvo su peor momento el 8 de marzo con la detención y renuncia del titular del Emtur (Ente de Turismo), Emiliano Giri, un hombre clave para la gestión, y siguió esta misma semana con la renuncia de Sebastián Puglisi a la Secretaría de Cultura y el despido del secretario de la Producción, Héctor “Toty” Flores.
A esos cinco nombres de la primera línea del gabinete se le sumó la salida del director del CEMA (Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias), Julio Tuseddo, con críticas a la gestión, que como contrapartida abrió una investigación interna por el otorgamiento irregular de turnos.
Arroyo se tomó su tiempo para iniciar los reemplazos. Recién el miércoles anunció que Mario Marchioli será el presidente del Emtur, Pablo Simoni el del Emvial y Silvana Rojas la secretaria de Cultura.
La crisis política tiene otro condimento: pasados los primeros 100 días de gobierno, el discurso del municipio en ruinas empieza a surtir cada vez menos efecto. Ese mensaje utilizó el secretario de Economía, José Cano, para presentar la declaración de emergencia económica, financiera, administrativa, educativa y en materia de seguridad.

Proyectos y malestar

Pese a que el bloque oficialista (Agrupación Atlántica-PRO) tiene mayoría junto con su aliado el radicalismo, la gestión de Arroyo recurrió contadas veces al Concejo para gobernar. Apenas promovió la emergencia y el presupuesto, con sus ordenanzas fiscal e impositiva, que implican un aumento del 27,3% de aumento en la tasa de Servicios Urbanos. También elevó el proyecto de boleto universitario y terciario, cuyo tratamiento todavía no se inició.
En cambio, la agenda legislativa está dominada por estos días por el pedido de aumento de la tarifa plana en los colectivos, que pasaría de $ 5,90 a $ 6,86. El expediente está en la Comisión de Legislación, que volverá a reunirse el lunes a las 11.
En la sesión preparatoria de hoy también quedará conformada la mesa directiva que presidirá el Concejo, y serán constituidas las comisiones internas y fijados los días y horarios de las sesiones.
Lo de la presidencia es un asunto ríspido. Sáenz Saralegui admitió la semana pasada un distanciamiento con Arroyo e hizo florecer intrigas en el oficialismo. Para aventar cualquier conjetura, el bloque de la Agrupación Atlántica-PRO salió a desmentir “enérgicamente” las versiones que hablaban de una maniobra para retirarle el apoyo político.
Eso no implica que no haya resquemores, sobre todo en el bloque radical, socio del oficialismo, que desde el 10 de diciembre apetece la presidencia del cuerpo.
Los reproches apuntan al manejo de determinados asuntos e incluso a confusiones durante el tratamiento de algunos expedientes, como el pedido de informes que logró aprobar sobre tablas la oposición relacionado con las publicidades que se colocaron en las columnas de alumbrado público.