“Ni ajuste ni corrupción”, se leía en la pantalla principal. Mientras, Sergio Massa, el orador principal del evento, hablaba de la “enfermedad bipolar de la Argentina” y llamaba a no caer en esa “trampa”. Con su discurso, cargado de críticas al populismo kirchnerista pero también al ajuste impulsado por Macri, concluyó ayer en el NH Gran Hotel Provincial el congreso provincial del Frente Renovador-UNA (Unidos por una Nueva Alternativa)”.

Ante concejales, diputados, senadores e intendentes bonaerenses, Massa cuestionó a aquellos que en algún momento le reclamaron “estar con unos o con otros”, y aclaró: “Nosotros estamos en el mismo lugar siempre: con la gente y defendiendo nuestras ideas, nuestros proyectos, nuestros sueños, y no nos van a mover de ahí”.

El líder del Frente Renovador mantuvo el equilibrio a lo largo del discurso, de más de media hora en homenaje “a los 90 años de Fidel Castro”, según bromeó al inicio. Así, exigió por un lado que “devuelvan la que se robaron” y, por otro, pidió “gradualidad y razonabilidad” en el nuevo esquema tarifario.

“En esta enfermedad de bipolaridad pareciera que la Argentina está condenada a discutir si hay populismo o si hay ajuste. Y además, desde el ajuste castigan al populismo con la corrupción, y desde el populismo tratan de hostigar al ajuste con la violencia. No creemos en la violencia, porque en definitiva somos una fuerza política que pretende que la quieran, la respeten y le valoren sus ideas”, lanzó. Y enseguida se acordó del brindis que Hebe de Bonafini le propuso a Cristina Fernández: “Da vergüenza ver a algunos que llaman a que les tengan miedo. Nosotros abrazamos a los argentinos para que nos quieran y nos confíen, no para que nos tengan miedo”, comentó.

–¿Cuando dijo que el populismo trata de hostigar al ajuste con la violencia quiso decir que las agresiones que sufrió Macri provinieron del kirchnerismo?– preguntó LA CAPITAL al culminar el congreso.

–Creo que hay algo que es mucho más grave, que es el llamado de algunos sectores a que les tengan miedo. Yo quiero que la sociedad nos quiera, nos respete, no que nos tenga miedo.

–Uno de cada tres argentinos es pobre. ¿Qué reflexión hace a partir de ese dato?

–La democracia está en deuda con la sociedad Argentina. Si no reformamos en serio el sistema de impuestos y el sistema de distribución de ingresos, la Argentina nunca va a tener igualdad. El desafío más importante que tiene el Gobierno es encarar el hambre cero y poner en marcha instrumentos y políticas que nos permitan generar desde el trabajo la salida de la pobreza. El único instrumento que saca de la pobreza a la gente es el trabajo. El único que genera igualdad para el trabajo es la educación. Entonces, educación y trabajo, todo lo demás es verso.

–Ya marcó sus diferencias sobre cómo se implementó el aumento de tarifas. Y ahora, ¿qué le pediría al Gobierno?

–Que lo revise, lo pare, convoque a audiencias públicas, encare con los entes reguladores una normalización, que mire sobre la base del incremento de presupuesto y de recaudación las posibilidades de no diminuir de golpe los subsidios, que tenga sensibilidad. Necesitamos que el Gobierno sea sensible frente al drama de la pérdida de poder de compra de la gente.

–El Indec muestra una leve baja en la inflación. ¿Cree que será una tendencia?

–Si la gente no tiene plata para comprar, los precios bajan. Y el problema es que los precios bajan, entre otras cosas, porque la gente no tiene plata para comprar.

–En un artículo, la revista británica The Economist señaló que la luna de miel de Macri está llegando a su fin. ¿Coincide?

–El presidente sabe: cuando haya decisiones en torno al crecimiento de la Argentina y a la igualdad de oportunidades nos va a tener al lado. Cuando haya decisiones que concentren riqueza en pocos y perjudiquen a los más humildes nos va a tener enfrente.

–La última vez que vino a Mar del Plata se mostró con Margarita Stolbizer. ¿Va a haber una construcción común?

–Seguimos trabajando juntos en una agenda parlamentaria, cada uno con su identidad, sabiendo que tenemos una responsabilidad que es ponerle equilibrio a la Argentina. Ni populismo con corrupción, ni ajuste con insensibilidad.