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Opinión 29 de marzo de 2016

En la “Casa de Gran Hermano” se va uno por semana…

por Gerardo Gómez Muñoz

Allí, en el recinto donde suelen sobreabundar las palabras en relación directa con la escasez de argumentos, sobre todo cuando se desatan los anodinos show de la la politiquería ramplona parecerían, ahora con los hechos que se suceden, más adecuados los ataques con que José Cano quiere meter presos a sus adversarios.
La incoherencia de los solemnes ampulosos se presta más para la chacota que la modesta metida de pata de los simples. Eso en la trivialidad cotidiana de las conversaciones de cafés sin mayores pretensiones.
En cambio, cuando lo incongruente identifica a una gestión de gobierno, el análisis pasa a ser otro. También las consecuencias.
Hace pocos meses, menos de cuatro, la gestión de Arroyo denunció penalmente a sus antecesores porque usaron descubierto para pagar sueldos. Cuestionaron la validez de una autorización otorgada en un decreto ad referendum, posteriormente ratificado por el Concejo Deliberante.
Hoy, haciendo uso de esa misma autorización, la gestión Arroyo usa el descubierto para pagar sueldos.
Lo que antes mereció una denuncia y una investigación de la Fiscalía de Delitos Económicos, parece ser medido por el actual intendente y su gente con otra vara. Ni una nueva autorización, ni otro destino. El mismo decreto, la misma convalidación y el mismo destino pero con otros nombres. Ciertamente ahora no habrá denuncia. Pero cabe preguntarse entonces qué es, a juicio de Arroyo, lo que hace que algo sea irregular o no ¿el nombre del que lo hace o la materialidad del hecho?
No será, simplemente que lo mueve el odio de Cano devenido en ridículo justiciero. De paso tal vez se pueda decir lo mismo respecto a las influencias de Vilma Baragiola buscando inexistentes delitos infamantes en el galpón de Santa Paula y que lo llevan a Arroyo disfrazado de Sherlock Holmes con escribano y todo a buscar culpables que más bien se mueven en las cercanías de la ex casi intendenta, perdedora como fue la lista que apadrinó y cayó por Antonio Sicardi en el sindicato municipal.

Mismos ingresos, más gastos

Pero no termina allí la cosa. Alguien podría justificar las decisiones (aunque no las formalidades) echando mano a la cuestión de la “herencia”. Con ese argumento se declaró, recién un mes y medio después de que asumieran las actuales autoridades municipales, la emergencia económica, administrativa, financiera, de seguridad, social y educativa (¡nada menos!). Pero en la realidad, hasta ahora, el gobierno municipal se viene manejando con el presupuesto prorrogado de Pulti.
Si recordamos que Arroyo fue elegido el 25 de octubre, y que asumió el 10 de diciembre, resulta bastante extraño que le haya llevado tanto tiempo hacer y tener un presupuesto propio. Pero más extraño todavía es que aún se estén cobrando las tasas con los valores que se fijaron en diciembre de 2014 (para 2015) y que, al mismo tiempo, se haya autorizado un aumento salarial del 28% para el primer semestre de los trabajadores municipales. Se trata del aumento más importante, del que se tenga memoria, que hayan tenido los trabajadores municipales para medio año.
¿Cómo se entiende que si los ingresos no alcanzaban para cubrir los gastos del año pasado ahora se espere que alcancen para financiar el nuevo salario municipal incrementado retroactivo al 1/1/2016?

La perinola

Por otro lado, nadie sabe qué significará en cada bolsillo la revaluación de propiedades recientemente encarada. “Al que le toca le toca” dicen en el atolondrado núcleo de odiadores ad lateres de Cano. La improvisada revaluación de propiedades, que recién ahora aprobó el Concejo Deliberante, contiene muchas más incertidumbres, azares y sorpresas para los contribuyentes que el edulcorado 27% de aumento con que se fundamentó el pedido de aumentos. Se puede decir que ese porcentaje es el que va de cajón, sin más. Pero nadie tiene la menor idea en Hacienda de las implicancias que puede tener la revaluación para cada presupuesto familiar.
Después de jugar al misterio y al disimulo, parece que han empezado a intentar saber cuánto costará en verdad a cada vecino. Quizá una frase explique mejor que ningún comentario la situación: “Al que le toca le toca, unos van a pagar el 30 sobre el 27, otros mucho más y otros muchos menos, lo que no sabemos es a quién ni por qué le tocara una u otra cosa” (de un empleado municipal del área de catastro en un café aledaño al palacio).

Impulsando la carroza

Con la hipocresía como estrategia, hay muchos que esperan lo peor, convencidos de que, para ellos, será lo mejor. Atención, “El Ruso” jura que él no busca nada.
Arroyo cada día que pasa deja menos dudas de su incapacidad. Si se promedian las renuncias de su gabinete está bien por en encima de una baja por mes (incluyendo en la cuenta al supersecretario que renunció esposado).
Considerando que se trata de los primeros tres meses, la evidencia estaría indicando que estamos en el trance de experimentar una improvisación grosera en pleno sinceramiento.
Algunos coautores y corresponsables de la situación han resuelto desembarazarse rápido: “Este se cae” dicen como si no fueran parte de Cambiemos, el vehículo electoral en el que se subieron todos prometiendo una ciudad “más limpia, segura y ordenada”.
A la hora de prometer se llenaron la boca, pero ahora están llenos de ilusiones conspirativas. Mario Rodríguez desde su banca y felicitando a Leuco que quiere arrasar con los derechos humanos, Katz atrincherado en la Secretaría de Planeamiento y Baragiola en Desarrollo Social entre otros. Ahora se proponen tomar por la cortada. No hace falta decir más.
Con unos y otros, lo cierto es que la gestión Arroyo es la metáfora viva de un perro ensañado con su propia cola.

Los renovadores con pilas

Con pilas renovadas caminan los seguidores de Sergio Massa, en especial los liderados por el jefe del bloque de concejales Lucas Fiorini. Si bien en los medios nacionales no se lo vio, fue abundante la figuración que le concedieron los locales, a raíz de su presencia en la charla que dio en la Usina de las Artes el presidente de los Estados Unidos Barak Obama.
Para reforzar su imagen, paredes centrales de nuestras avenidas fueron pintadas con leyendas tanto de su nombre y la de Massa. Pero un detalle significativo es que su ausencia de la sesión del Concejo Deliberante dio la oportunidad de ocupar una banca a la incansable militante política y sindical Mercedes Morro.
La circunstancia permite advertir la ligazón de Fiorini y su gente con el gremio gastronómico, cuyo jefe Luis Barrionuevo y su esposa Graciela Camaño, hace tiempo que sponsorean figuras locales -tal vez pensando en una futura radicación en la ciudad- aunque hasta ahora sin mucho éxito.
Ahora los grupos del sector, además de más orgánicamente estructurados, armonizan entre sí. El diputado Javier Faroni, alguna vez apuntado por Massa como su elegido, ha reaparecido con alguna actividad legislativa, pero aún sin volumen como para entrar a competir ni militantes de relieve.

Serebrinsky se plantó

Trascendieron detalles de una larga reunión entre Arroyo y Tato Serebrinsky en pleno despacho municipal y como producto de un cruce casual en el hall municipal. De entrada el belicoso ex diputado nacional le advirtió que no andaba en busca de cargo alguno y no ahorró echarle en cara el intendente la “ingratitud” con que se había portado con el primer radical que militó por su intendencia con agrupación propia. Tampoco se quedó con las ganas de hacerle ver la pobreza de méritos y de gestión de varios de los colaboradores con los que rodea a su gobierno.
Muy distinta fue la actuación de Diego Garciarena el alpinista no ya del cerro “El Triunfo” sino de la caída por la quebrada de los fracasos continuos, como los de su célebre asesoría de otro no vencedor como Gabriel Mariotto. Anduvo casi siguiendo los pasos de quienes se arrimaban al palacio tal vez para pasarle el chisme a Emiliano Giri. Pero, en realidad andaba desesperado buscando un cargo que le permita vivir dándose corte de ganador. Sabe que en la casa de “Gran Hermano” se va uno por semana y anda rondando la versión de las 70 lucas que se lleva el misterioso Toty Flores, ñoqui de lujo si los hay…