Dentro del gabinete municipal hay quienes consideran que el intendente Carlos Arroyo logró dar ayer un buen golpe de efecto al haber decidido contar que años atrás casi termina a las “trompadas” con el ministro de Energía y Minería de la Nación, Juan José Aranguren.

Pero en algunos despachos del gobierno nacional no salen de su asombro y hasta se animan a poner en duda la veracidad de esa anécdota, relatada con algunos giros casi épicos.

“Es extraño que el gasoducto haya sido objeto de alguna clase discusión porque para la gestión del presidente Mauricio Macri esta ha sido una obra prioritaria desde el minuto cero“, le aseguraron a LA CAPITAL fuentes del gobierno nacional.

“Declinamos hacer comentarios“, le indicaron por su parte a este medio voceros del Ministerio de Energía consultados sobre los detalles del singular episodio relatado por Arroyo.

“Efectivamente el Ministro ha recibido al intendente Mar del Plata en distintas ocasiones pero no hay nada para comentar“, remarcaron desde el entorno del funcionario.

Según contó el intendente este martes, años atrás mantuvo un encuentro privado con Aranguren, el cual, según su visión, “no fue muy agradable”.

Arroyo relató la anécdota durante la apertura de las sesiones del Concejo Deliberante, en el marco de un discurso que se prolongó durante más de tres horas.

“Con el señor Aranguren me peleé una hora. Por poco me agarro a trompadas con él porque discutimos mal por el tema del gas“, dijo el jefe comunal aludiendo a su pedido para que se construyera el gasoducto, cuya obra ya está en ejecución y cobrará mayor intensidad durante los próximos meses.

Al contar aquella anécdota ante los concejales, funcionarios y algunos invitados presentes en el Concejo, Arroyo se mostró conmocionado, a tal punto que su voz tembló y sus ojos de llenaron de lágrimas. “Tuve que pelearme“, lamentó.

En pocos minutos su peculiar historia fue publicada por distintos medios locales y replicada por sitios de noticias y diarios de distintos lugares del país.

Horas más tarde, algunos funcionarios locales se mostraban satisfechos por la repercusión que había adquirido esa historia en la cual Arroyo se ocupó de describirse a sí mismo como un intendente confrontativo y dispuesto a todo.

Mientras que en el ministerio de Energía prevaleció la decisión de no referirse el tema, en otros despachos del gobierno nacional hubo quienes sí deslizaron comentarios.

“Es extraño que el gasoducto haya sido materia de alguna clase discusión porque para la gestión del presidente Mauricio Macri esta ha sido una obra prioritaria desde el minuto cero”, aseguró una fuente.

El diseño de la obra y la puesta en marcha de las licitaciones, si bien tuvieron al Ministerio de Energía como principal protagonista, requirió de la participación de otras dependencias como el Ministerio del Interior o la Jefatura de Gabinete de la Nación, donde las declaraciones del intendente no pasaron desapercibidas.

“El ministro Marcos Peña acaba de explicar semanas atrás ante el Congreso que la obra ya empezó con algunos trabajos preliminares como fruto de todas las licitaciones que se pudieron concretar en los últimos meses. También dijo que su conclusión está prevista para finales de 2018. Hay que destacar además que este gasoducto forma parte de un plan de transporte y distribución de gas natural que abarca a otras regiones del país, mediante el que se harán otras obras similares, con una inversión millonaria. Para llegar a este resultado se trabajó mucho, de manera constante y prácticamente desde el primer día de la gestión“, aseguró otra fuente.

Pero según el relato del intendente la decisión de que la obra se hiciera no habría sido tanto fruto de los planes y el trabajo de la Nación, sino de su predisposición a reclamarla a las “trompadas” en aquél encuentro que mantuvo con Aranguren.

“El Ministro me decía acá hay que invertir. Usted me está hablando Arroyo de 1500 millones de pesos. ¿De dónde voy a sacar 1500 millones?. Y yo le decía no sé, es problema suyo, pero Mar del Plata tiene 1 millón de habitantes y 200 mil trabajadores que no van a comer. Vamos a terminar paralizando la industria de la construcción. Lo voy a hacer responsable a usted de lo que va a a pasar. No fue muy agradable la reunión”, rememoró el intendente en su discurso, para luego señalar, visiblemente conmovido, que “en definitiva la respuesta fue: ‘se hace el gasoducto'”.