En busca de precios y mejor calidad, cada vez más vecinos se acercan a los mercados del barrio
Les permiten comprar productos que vienen, en la mayoría de los casos, directamente del productor, con buenos precios, alta calidad y gran variedad.
Con la lupa puesta en la calidad de los alimentos pero traccionados por la búsqueda de precios “justos y accesibles”, cada vez son más los consumidores que se alejan de la masividad de las góndolas para comprar en las ferias y mercados del barrio.
“La gente está detrás de las ofertas y nosotros, además de traer buena mercadería, tenemos buenos precios”, dijo Judith a Télam, responsable de la verdulería en la feria de Loyola al 1300, en el barrio porteño de Chacarita, que funciona los martes.
“Hace dos semanas -indicó- en cualquier verdulería encontrabas el tomate a 100 pesos el kilo y acá lo vendíamos a 40 porque tenemos quintas y, sino del mercado central lo ofrecíamos a 50”.
Además, detalló que dentro de los Precios Concertados por el Gobierno de la Ciudad, esta quincena ofrecen manzanas a 48 pesos el kilo, zanahoria a 17.50 y pepino a 20 pesos.
Dos puestos más adelante está la pescadería donde según su responsable, Gonzalo, “se compra lo justo y necesario para que siempre sea siempre fresco. Lo que más sale es la merluza que está en “Precios Concertados” a 210 pesos el kilo”.
En la Ciudad hay 31 ferias itinerantes que proveen lácteos, frutas y verduras, carnes, pescados y huevos. Según datos del Gobierno porteño, en 2018 abastecían semanalmente a 160.000 vecinos, y hoy la cifra trepó a 176.000 con un incremento del 30 por ciento en las ventas.
“Cada vez más vecinos compran en la feria del barrio porque les permiten comprar productos que vienen, en la mayoría de los casos, directamente del productor, con buenos precios, alta calidad y gran variedad”, dijo a Télam Eduardo Macchiavelli, ministro de Ambiente y Espacio Público porteño.
En pleno barrio de Belgrano está el Mercado de Juramento de 1981 que en 2017 se reinventó para enlazar puestos tradicionales -carnicerías, verdulerías, pescaderías, dietéticas- con propuestas de comida japonesa, tailandesa y rotiserías para llevar o consumir en las mesas del lugar.
“Gracias a las reformas cada vez viene más gente y la posibilidad de comer acá atrajo gente joven”, contó Ricardo, tercera generación al frente de un local de pollos de granja alimentados a maíz.
“Tenemos clientes habitués y otros que vienen a conocer y terminan siendo clientes. El diferencial es la cercanía y la calidad de lo que vendés, que es muy superior”, remarcó.
Respecto a los precios, detalló que “en algunas cosas estamos mucho más baratos que el supermercado de cadena que tenemos enfrente donde, por ejemplo, la docena de huevos está 120 pesos y nosotros la tenemos a 90”.
Para los amantes de la alimentación saludable que además buscan precios están los seis mercados semanales Sabe la Tierra en distintos puntos de la Ciudad y zona norte de la Provincia de Buenos Aires.
“Se nota que la gente compra menos pero eligen las ferias porque apoyan a pequeños emprendedores y las cadenas cortas basadas en la confianza entre el productor y el consumidor”, señaló Angie Ferrazzini, fundadora de Sabe la Tierra.
Con un espíritu similar, el Mercado de Economía Solidaria de Bonpland integrado por “organizaciones sociales de producción autogestiva y diversas experiencias de la Economía Solidaria y Comercio Justo” abre sus puertas martes, miércoles, viernes y sábados en Palermo.
“Ofrecemos otras producciones: fermentación, masa madre, productos disecados, frutas y verduras agroecológicas”, explicó Claudia de La Asamblearia, uno de los puestos que funciona en red con otras cooperativas del país.
“Acá -aclaró-los precios no son ni más baratos ni más caros: son precios justos porque el precio más barato es muy caro socialmente y ecológicamente es más caro todavía”.