Un emotivo homenaje a los caídos del ARA “General Belgrano” se llevó a cabo este lunes en Mar del Plata, a 40 años del hundimiento del crucero argentino en el marco de la guerra por las Islas Malvinas.

Cerca de las 10.30 una embarcación de la Prefectura zarpó desde la Base Naval para iniciar una navegación en honor de los 323 tripulantes del “General Belgrano” que perdieron la vida el 2 de mayo de 1982 tras un ataque del submarino británico HMS Conqueror.

De la navegación homenaje a los caídos participaron José Alberto Real, sobreviviente del hundimiento del crucero; el presidente del Centro de Ex Soldados Combatientes (CESC) en Malvinas de Mar del Plata, Fernando Álvarez; el secretario de Gobierno municipal, Santiago Bonifatti, en representación del intendente Guillermo Montenegro; y el subsecretario de Desarrollo Productivo, Gustavo “Tato” Serebrinsky, entre otros.

Tras zarpar de la Base Naval, la embarcación que rendía honor a los caídos comenzó su recorrido y al llegar a la altura de Cabo Corrientes, en lo que fue uno de los momentos más emotivos del homenaje, los tripulantes arrojaron al mar ofrendas florales en honor a los fallecidos durante el ataque producido fuera del área de exclusión establecida por el gobierno inglés alrededor de las Islas.

A la altura de Playa Varese aguardaba también el patrullero oceánico (OPV) ARA “Bouchard”, el cual fue uno de los que rescató sobrevivientes del Belgrano y en el que esta mañana también se embarcaron autoridades, guardacostas de la Prefectura Naval y el Crucero Anamora, que trasladó a ex combatientes y familiares para conmemorar el 40° aniversario del hundimiento del ARA “General Belgrano”.

“Esto fue una idea que partió desde el Centro de Ex Soldados Combatientes, si bien nosotros todos los años hacemos este homenaje, este año quisimos hacerlo en conjunto con la Armada y la Prefectura e invitando a distintas embarcaciones. Después de distintas reuniones, acordamos llegar a la altura de Varese para que la gente desde la costa lo pueda ver y compartirlo con ellos”, explicó Fernando Álvarez.

En este marco, el presidente del CESC consideró que la ceremonia le pareció “muy emotiva” y destacó que lo más simbólico de la misma era arrojar flores al mar. “La institución nuestra repartió claveles en las distintas embarcaciones para este sentido homenaje”, comentó.

Asimismo, Álvarez remarcó que el trabajo de la institución que fundaron hace 38 años es “mantener viva la memoria”. “El hecho de que hoy los actos, los homenajes, los recordatorios o lo que se haga respecto a la causa Malvinas, tenga la masividad de la gente que se va sumando, porque los actos son cada vez más multitudinarios, hacen que el trabajo que venimos desarrollando sea un premio y nos demuestre que toda esta lucha que estamos llevando a cabo no sea en vano, porque se ven los resultados”, analizó.

“Eso es lo que más disfrutamos de esto”, continuó y adelantó que “el día de mañana” los veteranos “no van a estar”, pero celebró que “la gente ya esta concientizada que todos los años hay que rendirle honores a los verdaderos héroes”.

Para finalizar recordó que en febrero arrancaron con una serie de actividades relacionadas a los 40 años de Malvinas, las cuales continuarán en “el transcurso de este mes y hasta fin de año”.

“Van a seguir los homenajes, los actos, las charlas que damos en los colegios, los encuentros deportivos y todo va a ser en relación a los 40 años y en homenaje a los héroes de Malvinas”, cerró.

“Tras 40 años, es la primera

vez que me subo a un barco”

José Alberto Real es uno de los sobrevivientes del hundimiento del ARA “General Belgrano” y, luego de participar del homenaje que se realizó este lunes en Mar del Plata, confesó que es la primera vez que vuelve a subirse a un barco tras aquel imborrable episodio.

“Yo fui un sobreviviente del Crucero Belgrano, estaba en la embarcación, era soldado y después de 40 años es la primera vez que me subo a un barco”, le confesó Real a LA CAPITAL, luego de la emotiva ceremonia desarrollada en la ciudad en honor a los caídos tras el ataque de un submarino británico.

En este marco, agregó que “fue toda una decisión” para él participar de este acto. “Desde el Centro de ex Combatientes me dijeron si quería subir e hice coraje y le metí para adelante”, dijo.

Seguidamente, aseguró que volver a embarcarse le resultó “muy raro” y agregó que por momentos sintió estar “de vuelta en el Belgrano”.

Navegación en homenaje a los caídos en el ARA “General Belgrano”.

“Se me hizo una película”, manifestó y aseguró que esta mañana rememoró el momento en el que el HMS Conqueror “tiró los primeros torpedos”. “Recuerdo que se empezó a hundir el barco, el salir para la cubierta, tirar los cuerpos sin vida quemados, después estuvimos 36 horas en balsa y había que aguantar el frío, era muchísimo el frío, y en la balsa en la que estaba yo murieron dos chicos de frío”, añadió con angustia.

Por ello, consideró que, tras una experiencia de este calibre, “cuando volvés a mirar para atrás es complicado”. “Van cerrando las heridas, pero cuando llega este momento vuelve todo a la cabeza”, aseveró.

Sin embargo, Real aseguró que hoy sentía que “tenía que estar con ellos, con los 323 que quedaron custodiando el mar argentino”. “Fue un homenaje mío a los compañeros que estuvieron conmigo”, destacó y agregó, como una afirmación que salió desde lo más profundo de su corazón, que “las Malvinas son argentinas y siempre van a ser argentinas”.

Por último, el sobreviviente al hundimiento le agradeció al Centro de ex Soldados Combatientes de Malvinas en Mar del Plata. “Ellos fueros los que no sacaron a flote a todos nosotros y hoy son como hermanos. Seguimos tirando para adelante todos juntos”, concluyó.

Navegación en honor al ARA “General Belgrano”:

Hundimiento

El submarino HMS “Conqueror” comenzó a seguir al “General Belgrano” el 1 de mayo por la mañana, y después de recibir autorización del gobierno de la premier Margaret Thatcher disparó los dos torpedos que hundieron al crucero argentino a las 16 horas del 2 de mayo de 1982.

El “General Belgrano” se sacudió violentamente como consecuencia de una poderosa explosión, seguida del cese inmediato de energía e iluminación que paralizó a los 1.093 tripulantes.

Unos momentos después el segundo torpedo produjo una nueva explosión en la altura de la proa de la nave. Este nuevo impacto provocó el desprendimiento de 12 metros de la proa del buque, que inmediatamente comenzó la inclinación a babor y hacia las 16:05, se dio la orden de zafarrancho de siniestro.

La marejada que había en ese momento dificultó la visión y la comunicación entre las balsas, por lo cual algunas quedaron sobrecargadas con 30 personas y otras subocupadas con no más de tres marinos.

Una vez que la noticia del hundimiento de la nave llegó al continente, se dispuso un operativo de rescate que se extendió hasta el 9 de mayo, verificando la imposibilidad de que quedaran más supervivientes o cadáveres en la zona.

Los buques recogieron un total de 793 de los 1.093 tripulantes, de los que resultaban 23 fallecidos en las balsas, y otros 300 en el propio naufragio.