En el Puerto de Mar del Plata se celebró este domingo por la mañana la botadura del pesquero “Leonilda”, el buque 150 del Astillero Contessi. La ceremonia se desarrolló en un marco de celebración y orgullo hacia la empresa, que lleva 75 años de historia y se consolidó como un pilar fundamental de la industria naval de la ciudad y del país.

Desde temprano, con el astillero repleto, la emoción se palpaba en el aire, no solo por la trascendencia del evento, sino también por su simbolismo: coincidencia o no, la botadura 150 se concretó en el 150° aniversario de Mar del Plata, un hito que -para los responsables del astillero- demuestra que la historia de la ciudad está “totalmente entrelazada” con esta empresa fundada por Federico Contessi.

El acto reunió a una nutrida cantidad de autoridades locales, provinciales y nacionales, fuerzas de seguridad, empresarios, representantes gremiales y trabajadores del astillero que colmaron las instalaciones de la empresa en la soleada mañana de este domingo 8 de diciembre.

La botadura comenzó con la tradicional ceremonia que da inicio a la vida de un nuevo buque. La Banda de la Armada Argentina acompañó con su música, y la Guardia Nacional del Mar con su presencia, mientras que los trabajadores del astillero, vestidos con remeras azules con el nombre de la embarcación y la imagen del barco envuelta en un corazón, miraban con orgullo el momento.

En el escenario, entre las banderas de Argentina e Italia, esperaban con atención el momento de la botadura integrantes de la familia Contessi, el Subsecretario de Pesca de la Nación, Antonio López Cazorla, el vicegobernador de Chubut, Gustavo Menna, el jefe de la Prefectura Naval Argentina en Mar del Plata, Rodolfo Cattáneo y el comandante del Área Naval Atlántica, Marcelo Paternostro, entre otros.

También asistieron el Sindaco de Porto Recanati, Andrea Michelin, el cónsul de Italia en Mar del Plata, Santo Purello, el presidente del Consorcio Portuario Regional Mar del Plata, Marcos Gutiérrez, y autoridades del Ente Municipal de Turismo y Cultura, el Inidep, la Asociación Bonaerense de la Industria Naval (ABIN), SPI Astilleros, la UTN, la Escuela Nacional de Pesca “Luis Piedrabuena”, el SAON, la empresa Obras Sanitarias, la UCIP, cámaras pesqueras, referentes y trabajadores de la industria naval.

“La primera empleada”

El “Leonilda” no es solo un barco más en la extensa historia del astillero; su nombre honra a Leonilda Novelli de Contessi, esposa de Federico y pilar fundamental de la familia y la empresa. Domingo Contessi, presidente del astillero, compartió con los presentes el profundo amor y respeto que la familia tiene por ella, quien fue no solo madre y esposa, sino también “la primera empleada” del astillero.

“Era un gran desafío hacer un barco tan bonito y productivo como para homenajear a esta gran persona”, comentó Domingo, visiblemente emocionado. Además, mencionó a las cinco bisnietas de Leonilda: Elena Angeleri, Olivia Eilskov Glaser, Emilia Goñi, Inés Angeleri y Delfina Gil Goñi. Las pequeñas fueron elegidas como madrinas de esta moderna embarcación, dando ejemplo de una tradición que fortalece los lazos familiares y da continuidad a la historia de la empresa.

El “Leonilda”, por cierto, reemplazará al “Virgen del Milagro”, otro pesquero que también fue construido en el astillero Contessi. Se trata de un moderno barco costero con 20,95 metros de eslora, 7,5 metros de manga y una velocidad de hasta 10 nudos, que formará parte de la flota pesquera en Rawson, equipado con tecnología de última generación.

Monseñor Armando Ledesma, sacerdote y amigo personal de la familia Contessi, fue el encargado de bendecir el barco con sentidas palabras, recordando a Leonilda Novelli de Contessi como una mujer “austera y humilde”, guiada por Dios, y destacando el esfuerzo conjunto que permitió la construcción del astillero junto a su esposo Federico.

El esperado momento llegó: Domingo Contessi y su familia fueron los encargados de estrellar la botella de champagne contra el casco del barco, un gesto simbólico que marcó el inicio de la vida del Leonilda en el mar. Mientras el buque tocaba por primera vez las aguas del puerto, todos los presentes, entre aplausos, música y bocinazos del barco, le desearon “buena pesca”. 

“Pedimos diálogo”

La botadura fue “una fiesta”, a pesar de que se dio en un contexto de inocultable “crisis” para la actividad. La industria pesquera vive un momento complejo, marcado por la falta de un dólar competitivo y las dilaciones para renovar las cuotas de captura de la merluza hubbsi, algo que se terminó concretando el jueves pasado luego de varios meses de incertidumbre y tensión. Además, el sector presenta un “delicado” problema de rentabilidad que hoy pone en riesgo su actividad.

Domingo Contessi hizo referencia a estos obstáculos y a la importancia de continuar luchando por el futuro del sector. “Argentina siempre fue una tierra de riquezas y oportunidades, pero también es una trituradora de sueños”, declaró, haciendo un balance del esfuerzo de su familia para mantener el astillero en funcionamiento a lo largo de los años. Lo aplaudieron al expresar ese concepto.

Mencionó y cuestionó las demoras para definir las cuotas de pesca, como así también las dificultades para emprender y desarrollar en Argentina. Dijo, incluso, que si Federico Contessi hubiera desembarcado y emprendido en otro país, “probablemente el astillero ya iría por la botadura 1500” después de 75 años de “trabajo y sacrificios”. Sin embargo, reafirmó: “Amamos esta tierra y nada empaña este día de fiesta”.

A modo de reclamo hacia al Gobierno, planteó: “Para solucionar los problemas que tiene el sector no estamos pidiendo otra devaluación. Somos conscientes que ese ya no es el camino y valoramos todos los esfuerzos que está haciendo el gobierno por ordenar la macroeconomía. Lo único que pedimos es diálogo. Las pymes pesqueras nunca lograron reunirse con las máximas autoridades nacionales y necesitan poder exponer sus problemas, mostrar sus estructuras de costos y plantear propuestas de solución”.

El acto también incluyó un reconocimiento a la labor de los trabajadores del astillero y a las familias que durante generaciones han formado parte de esta empresa. En sus palabras, Domingo no solo mencionó a su familia, sino también a los empleados actuales y pasados, a los proveedores y subcontratistas, y a todos los que contribuyen al éxito del astillero.

“El temporal ha sido superado”

El evento contó con la presencia del vicegobernador de Chubut, Gustavo Menna, quien destacó la importancia del nuevo pesquero que trabajará en Rawson.

“Siempre es emotivo escuchar a Domingo”, dijo Menna, quien resaltó la importancia de mantener la estabilidad en la industria pesquera para seguir generando empleo y desarrollando el potencial de la región. “Chubut es una provincia que tiene a la pesca como una de sus actividades más importantes, el gobernador Ignacio Torres se puso al hombro la situación y hoy podemos decir que ese temporal que se cernía sobre la actividad ha sido superado”, agregó, destacando los avances en materia de previsibilidad y seguridad jurídica para el sector.

Menna también subrayó la relevancia de contar con “reglas claras” y un marco adecuado para el desarrollo de la industria en el actual contexto. “Este acto es importante porque este nuevo buque es capital de trabajo que va a actuar en nuestros puertos, en este caso en Rawson”, afirmó.

Tradición, emoción y reconocimientos

Varios ojos vidriosos y pañuelos asomaron entre los presentes. Los momentos de emoción abundaron en esta sentida ceremonia, con el recuerdo de Federico y Leonilda. “Se amaron hasta el final, y más allá”, dijo Monseñor Armando Ledesma, amigo del matrimonio fundador del astillero.

Para cerrar la jornada, el tenor italiano Vittorio Solassi, quien viajó especialmente desde Italia para este evento, ofreció la majestuosa interpretación de una clásica canción italiana dedicada a Leonilda, en homenaje a la tradición que une a las familias Contessi con la ciudad y la industria naval.

Asimismo, mientras el barco se adentraba en el mar, dos veteranos de la guerra de Malvinas subieron al escenario e hicieron entrega de un reconocimiento al astillero por sus 150 botaduras y la defensa de la soberanía nacional. También desde la Cámara de la Industria Naval otorgaron una distinción especial a la familia al frente de la empresa.

El “Leonilda” ya navega por el mar y lleva consigo a cuestas las historias del astillero, de sus trabajadores, la industria y de una familia que hace más de 75 años sembró sus sueños en Mar del Plata, convirtiéndose en protagonista del crecimiento de la ciudad y de la actividad pesquera a lo largo de sus 150 años.

La botadura del “Leonilda”, en fotos