Por Marcelo Solari

El mejor producto de la alicaída Liga Nacional de Básquetbol continúa siendo marca registrada de Mar del Plata. En una noche de fiesta, uniéndose a la celebración por los 150 años de la ciudad, Peñarol se quedó con la Copa de referencia para la ocasión al vencer a Quilmes, por 78 a 62, en una versión amistosa e igualmente atractiva del superclásico.

“¡Cómo se extraña todo esto, eh!”, comentó al pasar Juan Manuel Locatelli, una de las personalidades que no quisieron perderse el encuentro. Y vaya que tiene razón el tresarroyense, quien supo vestir ambas camisetas.

En principio, Quilmes sabía que estaba disminuido por las ausencias de los lesionados Lisandro Fernández y Tomás Verbauwede. Asumir esas limitaciones le hizo afrontar el inicio del juego visualmente más concentrado, más enfocado.

De entrada, las zonas cercanas al aro fueron territorio vedado en ambos costados de la cancha. Los dos anotaron a distancia, con triples de Julián Morales y Joaquín Valinotti para Peñarol y dos de Emilio Giménez para Quilmes.

Ese contexto le cayó mejor a los de Luis Fernández, que defendieron muy bien la caída de los grandes tras el pick and roll, se soltaron a la hora del contraataque, tuvieron gol en varias manos y sacaron buenas ventajas (9-6 y 16-7), vía un triple de Julián Ruiz y un par de acciones de Rodrigo Acuña cargando el rebote ofensivo.

Del otro lado, Peñarol se repetía en tiros abiertos sin eficacia y chocaba cuando iba hacia adentro, incrementando sus pérdidas. El entrenador Hernán Laginestra se daba vuelta mirando a su banco y preguntaba “¿a qué están jugando?”, intercambiando a Diamon Simpson y Francisco Filippa una y otra vez en la posición del pivote sin encontrar soluciones.

Peñarol fue encontrando algo de orden sin sus extranjeros en cancha. A lo opaco se Simpson se sumó un indolente Kelsey Barlow (Al Thornton llegó unos minutos tarde y no vio acción. ¿Habrá sido por eso? o porque regresó recién el domingo de su viaje con permiso a Estados Unidos). A propósito, ¿habrá sido el final del paso de Barlow por Garay y Santiago del Estero?

En la medida en que Quilmes empezó a perder precisión con su tiro abierto, el “miralytias” se fue haciendo más fuerte. El base Víctor Fernández (exQuilmes), como relevo, le cambió la cara al equipo de Garay y Santiago del Estero. Y sí, el clásico tiene estas cosas. Un partido ya de por sí especial, se hace más especial todavía al enfrentar a exequipo (seguramente también sintieron algo similar Julián Ruiz y Rodrigo Acuña).

Una vez afirmado, los de Laginestra parecían encaminados a establecer diferencias, en un cuarto de baja productividad ofensiva y más enredado. Hasta que el circuito Luis Cequeira-Acuña se encendió y retornó la paridad (30-30), la cual se rompió en el epílogo, con un triple inesperado de Filippa.

A Quilmes le costó el retorno de los vestuarios. Estuvo 2m30s sin anotar y Peñarol, con un “picante” Joaquín Valinotti estableció una brecha marcada (39-30). Y la supo administrar, con un muy positivo ingreso de Facundo Tolosa.

El desarrollo de ese tercer cuarto fue algo más lógico, teniendo en cuenta el potencial de uno y otro. Y aunque Acuña se empeñó al máximo por evitarlo, Peñarol llegó al inicio del cuarto final con una renta prometedora de 11 puntos (55-44).

Quilmes luchó con amor propio, sin renunciar a seguir en el partido. Pero el orgullo no le alcanzó. Peñarol tuvo más recursos, más personal disponible y aunque la contribución de sus extranjeros fue nula, cuando logró establecer una postura de dominio, logró administrarla con criterio. Y sometió a su oponente con toda clase de tiros abiertos.

Peñarol 78
J. Valinotti 19, K. Barlow 0, T. Monacchi 6, J. Morales 16 y D. Simpson 0 (FI). V. Fernández 17, F. Filippa 11, O. Sarmiento 3, F. Tolosa 6, N. Chiraviglio 0, G. Rossi 0. DT: Hernán Laginestra

Quilmes 62
L. Cequeira 8, J. Ruiz 5, E. Giménez 10, A. Ecker 9 y R. Acuña 23 (FI). G. Sala 3, A. Marino 2, L. Luna 2, T. Ghietti 0, J. Koelmer 0. DT: Luis Fernández.

Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”.
Árbitros: Fabricio Vito, Nahuel Casalot y Maximiliano Hernández.
Parciales: 15-21, 30-33 y 55-44.