por Humberto Schiavoni

La pandemia obligó a adaptar rápidamente muchos aspectos de la vida de los argentinos. Quienes tenemos responsabilidades institucionales nos pusimos a trabajar en la búsqueda de consensos para generar herramientas que impidan la paralización de la economía y a la vez brinden respuestas aceptables a los sectores afectados y las demandas sociales.

En el caso específico de la actividad turística -pese a ser una de las principales generadoras de divisas para la economía- ha quedado desprotegida y sin instrumentos suficientes para hacer frente a la emergencia económica.

De acuerdo a estadísticas de la Cámara Argentina del Turismo, la pandemia ha generado la pérdida de 76.000 puestos de trabajo y más de 4.000 empresas del sector. Y ese escenario difícilmente sea revertido sin políticas públicas que brinden previsibilidad.

En el caso particular de mi provincia, Misiones, el turismo representa un sector de influencia decisiva en el entramado social y productivo. Por ejemplo, la ciudad de Puerto Iguazú no sólo es uno de los principales puntos turísticos de la Argentina, sino que además su principal fuente de ingreso es generada por ese rubro.

Si bien el Poder Ejecutivo incorporó a las agencias de viajes al programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción, esa ayuda es insuficiente y excluye a muchísimas pymes cuya actividad se ha detenido completamente y por tiempo indefinido.

La situación de mi provincia es solo una muestra de lo que sucede en el resto de los polos turísticos del país: destinos como Bariloche, Salta, Jujuy y la costa argentina -entre otros- también se encuentran sin un horizonte de previsibilidad, sin respuestas concretas para hacer frente a la crisis y sin un plan de acción de cara al futuro.

Esta situación nos obliga a encarar esfuerzos adicionales para que la industria se recupere rápidamente una vez que se supere la pandemia del COVID-19. Es necesario que los dirigentes trabajemos en conjunto en la generación de mecanismos con el objetivo que los trabajadores, monotributistas, autónomos y mipymes del sector turístico puedan afrontar la profunda crisis y logren preservar los niveles de empleo.

En este sentido y en mi rol de Senador Nacional presenté un proyecto de Ley que propone la creación de un Consejo Asesor para el Desarrollo del Turismo. Esta propuesta, que se suma a otras realizadas por el interbloque Juntos por el Cambio, busca revitalizar la industria y lograr una mejor coordinación entre las provincias y la dirigencia política. Mi convicción es que hoy, en este momento tan difícil para todos los argentinos, debemos generar más espacios de escucha activa sobre las necesidades y pedidos de la sociedad.

Sin dudas, desde el inicio de la emergencia, la sociedad argentina supo sobreponerse a a las dificultades que generó la pandemia. Aceleró el proceso hacia la modalidad virtual y en muchos casos se vio obligada a reformular modelos de negocios.

Es nuestra responsabilidad allanar el camino y encontrar soluciones para que los argentinos puedan enfrentar esta emergencia y resurjan con impulso para continuar desarrollando su potencial y el de nuestro país.

(*): Senador nacional y presidente del Bloque Frente PRO.