“Visita” es la obra de Ricardo Monti que volverá a llevar a escena el grupo de Teatro de la Universidad Nacional de Mar del Plata, que dirige Antonio Mónaco. Se trata de un texto largamente conocido por el grupo: en 1999 la estrenaron en la entonces sala Filler que estaba ubicada en el rectorado. Ahora, el espectáculo se reestrenará a las 20 de hoy en el escenario de Cuatro Elementos (Alberti 2746) y podrá verse todos los sábados del mes en ese horario.

Con dirección de Mónaco y actuación de Silvia de Urquía, el elenco se completa con las actuaciones de Pedro Benítez y de Lalo Alías. “Disfrutamos mucho”, reveló el director sobre la dinámica interna del grupo.

“Es puro disfrute, nos conocemos mucho entre todos, nos queremos, ellos fueron primero mis discípulos y luego mis colegas y amigos”, agregó Mónaco y dijo que el elenco comparte el mismo modo de trabajo y el mismo entendimiento.

Mónaco recordó, además, que “Visita” tiene mucho que ver con su propia historia actoral. En 1977, como vigoroso actor de poco más de treinta años, estrenó la obra en el teatro Payró de Buenos Aires, donde vivía, bajo la dirección de Jaime Kogan.

Tras esa experiencia, volvió a elegir este texto en 1999 ya instalado en Mar del Plata. Y ahora regresa a Monti y al universo de los personajes de “Visita”, convencido de la posibilidad de redescubrir nuevos sentidos en un texto que es “de un altísimo nivel metafórico”, de acuerdo a sus propias palabras.

En plan de evocaciones, el director recordó que con “Visita” los actores del Teatro de la Universidad viajaron a Francia, para montar este espectáculo durante la Semana Argentina que se realizó en ese país en 1999. Cosecharon “una muy buena repercusión”, dijo Mónaco a LA CAPITAL. Incluso halagos del músico y compositor Tata Cedrón.

“Nos vino a ver al camarín y estaba muy emocionado. Nos dijo que nunca había visto una obra con un texto tan hermoso que hablara sobre la dictadura. Fue extraño, porque la obra no dice una sola palabra sobre la dictadura”.

Sin embargo, la obra sí alude a “lo poético, a lo onírico y, a diferencia de otras obras de Monti, tiene mucha fantasía”.

“Es multívoca, porque dispara los sentidos para todos lados”, agregó el director.

El argumento de la obra instala a Perla (de Urquía) y a Lali (Mónaco), un matrimonio de adultos mayores y miembros de una “aristocracia venida a menos”. Ambos viven en su departamento con un enano (Alías) al que tratan como a un niño. De manera imprevista, llega Equis (Benítez), quien parece quebrar el precario equilibrio en el que está envuelta la pareja y su manera de ver el mundo. “Tiene un lenguaje grotesco, a veces muy solemne pero de pronto aparecen unas bufonadas” que oxigenan la pieza. Y que la abren a todos los sentidos posibles para el espectador del siglo XXI, atravesado por otras crisis y, acaso, los mismos dilemas.