El estado de Rio Grande do Sul, en el sur de Brasil, afectado por la peor catástrofe climática de su historia este año, sufrió con fenómenos meteorológicos extremos.

Fue a raíz de la caída de “lluvia negra”, que causó trastornos, alarmas y problemas para la salud y los cultivos, como parte de las consecuencias de los incendios forestales en varias regiones.

Eso incluyó las quemas de campos en la selva amazónica, según un completo informe de la agencia de noticias Xinhua.

“La lluvia negra es un fenómeno de precipitación con presencia de partículas de hollín”, reveló a periodistas el meteorólogo Henrique Repinaldo, del Centro de Investigaciones y Previsiones Meteorológicas de la Universidad Federal de Pelotas (UFPel). El Gobierno regional, con sede en Porto Alegre, capital del estado, advirtió a la población no beber el agua oscura que pueda acumularse con las precipitaciones previstas hasta el sábado en esta región brasileña que, entre mayo y julio, sufrió la peor catástrofe climática de la historia con lluvias e inundaciones récord que provocaron 183 muertos, 27 desaparecidos, afectado a 2,4 millones de personas en el 96 por ciento de los municipios.

Después de esa tragedia que provocó la declaración del estado de emergencia por parte del Gobierno del presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, Rio Grande do Sul volvía a vivir consecuencias de los efectos climáticos extremos, esta vez por la sequía en el sector norte del país (Amazonía y el bioma Pantanal), que arrastró por los vientos el hollín de las quemas de campos intencionales o programados por el sector agropecuario.

“El humo llega de la región amazónica al sur de Brasil, pasa por Bolivia, Paraguay y la Argentina. Generalmente trae humedad para estas regiones, pero lo que está trayendo ahora es humo, con las partículas que generan los incendios”, explicó el especialista. Repinaldo precisó que, con el efecto de las quemas de pastizales, el vapor de agua que se forma dentro de las nubes que parten de la Amazonía hacia el Cono Sur de Sudamérica “termina contaminándose por las partículas de hollín”.

La llamada “lluvia negra” fue detectada en ciudades como Pelotas, Sao José do Norte, Sao Lourenço do Sul, Arroio Grande, Bagé, Rio Grande, y en la franja que limita con el Uruguay.

La previsión es que sólo entre el domingo y el lunes habrá alivio y la lluvia negra se mantendrá, cuando un frente frío proveniente de la Patagonia Argentina comience a llegar al sur de Brasil.

Ante este escenario, el Gobierno regional emitió una alerta a la población para adoptar medidas de protección, como aumentar la hidratación para mantener las vías respiratorias húmedas ante la pésima calidad del aire, reducir la exposición al aire libre y cerrar ventanas en lo posible, usar mascarillas quirúrgicas y reducir la actividad física al aire libre.

También hubo orientaciones específicas para grupos vulnerables: niños, las personas mayores y mujeres embarazadas deben estar especialmente atentos a los síntomas respiratorios y buscar atención médica inmediatamente, si es necesario.