MIRAMAR (Corresponsal).- El 26 de diciembre pasado, Pablo (50) y Katy (46), luego de tres años de esfuerzo terminaban gracias a un crédito del Procrear su casa sobre la calle Paseo de la Ribera y Avenida del Molino, en el barrio privado Las Lomas, buscando tranquilidad para ellos y su bebé.

Pero ese sueño se vio frustrado pocos meses después, más precisamente la noche del 10 de junio. Mientras el dueño de casa se encontraba en Buenos Aires formando parte de un evento deportivo, su mujer fue sorprendida por cinco asaltantes cuando salía de su casa en horas de la noche junto a su pequeño en brazos. Fue amenazada, golpeada, arrastrada y encerrada en el baño durante una media hora mientras los delincuentes arrasaban con todo lo que había en la vivienda, dinero, TV, cámaras filmadoras, ropa, entre otras cosas, huyendo luego en el propio vehículo de la víctima, el cual dejaron abandonado a unos 100 metros para seguir la huida caminando a la vera del arroyo El Durazno.

“Alquilaremos o venderemos, pero lamentablemente a Las Lomas no volvemos más, estamos desamparados ahí”, dijo Pablo, con tristeza y resignación LA CAPITAL.

Este barrio privado cuenta con 120 hectáreas y a pesar que los últimos años se fue poblando bastante, especialmente gracias al plan federal donde muchos accedieron a la vivienda propia, sigue teniendo poca iluminación pública y muchos puntos vulnerables, especialmente al otro lado del acceso principal por la avenida 40, donde allí sí funciona un puesto de vigilancia.

“Los chicos del servicio cumplen su trabajo, recorren pero mucho más no pueden hacer, no son policías ni portan armas. Los patrulleros pasan pero es imposible tener cubiertos todos los lugares, especialmente al fondo donde estábamos nosotros. Allí, sólo divide un alambre de cuatro hilos muy fácil de sortear, meterse para delinquir y luego irse hacia otros barrio cercanos”, sostuvo el ahora ex vecino de este sitio periférico de la ciudad.

“Soy de Mar del Plata, ciudad donde tengo mi comercio, vine a vivir aquí buscando paz, pero nunca pensé estar en una situación así. Mi señora continúa shockeada y con lastimaduras en la espalda, a ambos nos invade la tristeza porque estos violentos actuaron con absoluta impunidad. Hay un daño moral y psíquico muy grande, pero debemos seguir adelante”, aseguró Pablo.

Preocupación

A raíz de ese hecho delictivo, vecinos que integran la Sociedad de Fomento realizaron una asamblea general y dialogaron con autoridades municipales.

“Yo no vivo más ahí, se los dije bien claro pero sin dudas Las Lomas necesita un puesto policial fijo, aunque por lo que veo no están los recursos. Las autoridades prometieron dragar el arroyo en ancho y profundidad para tener más controlada la zona pero no me parece que sea suficiente”, concluyó Pablo.