¿El Senado, dos meses sin abrir sus puertas?
La figura de Victoria Villarruel, fechas tentativas para sesionar y el informe de Guillermo Francos.
Por Gonzalo Delmonte
Desde su ingreso a mediados de septiembre, el Presupuesto 2025 acaparó no solo la agenda de Cámara de Diputados, sino que también adormeció al Senado de la Nación.
La Cámara alta podría llegar a dos meses sin abrir las puertas del recinto si es que no fija una sesión para antes del 26 de noviembre. Lo cual parece un escenario más que complicado.
Octubre fue un mes de pocas luces y muchas sombras en los pasillos, días vacíos y con actividades más ligadas a las agendas personales por parte de senadores y autoridades, que estrictamente parlamentarias.
Sin dudas, quien acaparó la totalidad de la escena en estas casi seis semanas sin actividad fue su titular, la vicepresidenta Victoria Villarruel.
Inició el mes con la visita del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y luego se ausentó por algunos días en lo que fue su primera salida internacional: visitó España y lo culminó con un encuentro privado con el Papa Francisco, en el Vaticano; “el broche de oro”, como definieron en su entorno a la Agencia Noticias Argentinas.
El paso de Villarruel dejó tela para cortar, pero ya de regreso en la Argentina al desplegar una seguidilla de acciones que tuvieron su nombre -con buenos y malos comentarios- en la agenda mediática y de redes por varios días. La presidenta del Senado eligió el 17 de octubre, Día de la Lealtad peronista, para dar a conocer su visita a María Estela Martínez de Perón.
Por la tarde de ese jueves, pisó el acelerador e inauguró un busto, que pertenecía al músico Ricardo Iorio, de la ex presidenta y viuda de Juan D. Perón.
Al otro día, el viernes, instrumentó el despido de 36 empleados del Senado, varios de ellos, habían sido nombrados por la ex presidenta Cristina Kirchner. También ordenó el cierro temporario del Jardín del Bosque.
Los movimientos no concluyeron ahí, sino que el martes 22 dejó firmado, antes de viajar a Neuquén, una resolución en la que despedía a otros 20 empleados de la planta transitoria. Eso la llevó a reunirse con los gremios, entre ellos, a Norberto Di Próspero, y varios senadores afectados por la motosierra de Villarruel. En esa misma tarde, recibió a cuatro por separado.
Este conjunto de movimientos de Villarruel suponen, según deslizan en varios despachos, la parálisis del Senado en el mes de octubre.
Para el jueves 31 de octubre la abogada tenía previsto que se abrieran las puertas del hemiciclo, pero los proyectos que podrían tratarse no obtuvieron dictamen y la comisión naufragó en un encuentro informativo.
Hay representantes provinciales molestos no solo por la motosierra, sino también por el busto de “Isabelita”.
Sostienen que Villarruel llegó diferenciándose de Cristina Kirchner, pero que en los últimos días tomó decisiones de carácter similar, lo que la alejó aún más de la mesa de diálogo que había construido con los dialoguistas.
Más allá de los dichos, la agenda legislativa del Senado de las últimas semanas es chata y sin profundidad, aunque varios senadores -quienes deben marcar ese pulso- apunten contra la vice.
En el bloque libertario hay dos posturas respecto al futuro de la próxima sesión.
Por un lado, dicen que la próxima apertura del recinto sería con el Presupuesto; por otro, le ponen una ficha al 14 de noviembre.
Sin embargo, no está claro qué temas podrían entrar en el temario más allá de tratados internacionales para ése día.
En el tintero, aún están los proyectos de regularización y entrega de armas de fuego y sobre abordaje integral del crimen organizado.
De no concretarse el 14, que no sería una sorpresa, sino lo lógico, el Senado recién podría tener actividad en el hemiciclo en próximo 27 de noviembre, cuando el Ejecutivo tiene planificado enviar al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, a presentar el informe de gestión. Lo hizo por primera vez en septiembre pasado.
Se cumpliría un mes y un día sin actividad.
NA.