La mayoría de los pacientes que llega a las clínicas y hospitales con síntomas o diagnóstico de Covid-19 admite haber estado en una reunión social. No es casual que cada vez haya más marplatenses jóvenes con “cuadros graves”.

Pese al alza de los contagios, “no hay cumpleaños que no se festeje”, advierten desde la Federación de Clínicas. La pandemia golpea hace más de un año, pero aún “hay un uso deficiente del barbijo” y la gente “debe entender que tiene un rol protagónico” para descomprimir el sistema de salud, coinciden desde la Sociedad de Infectología.

De la responsabilidad individual y colectiva se habla desde día cero. Del lavado de manos, el uso de barbijo y la distancia social, también. Del relajamiento de los cuidados, hace algunos meses. La suba o baja de contagios depende en gran parte del comportamiento social, de cuidarse y cuidar al otro.

“La sociedad puede hacer mucho si entiende el rol protagónico que tiene. La responsabilidad individual impacta en uno y en el resto. Por más que uno esté a favor o en contra de las restricciones o del gobierno, hay que cuidarse“, plantean desde la Sociedad de Infectología.

Los infectólogos hablan de cierto “contrasentido” que fue gestándose: aquel que está en contra del Gobierno o “harto” de la pandemia, reacciona yendo en contra de las medidas. Lo cierto, advierten, es que “las camas, la vacuna y los gobiernos son los que tenemos, pero la pandemia está acá, ahora, provocando desastres”.

Si bien “a nadie le agradan las restricciones” si hubiese “un comportamiento social más prolijo” no habría que tomar medidas estrictas, dejan entrever.

Con escuelas o comercios abiertos o cerrados, “semejante esfuerzo no tiene sentido si la gente sigue reuniéndose unos pegados a otros sin barbijo”.

Desde la Federación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales de la Provincia de Buenos Aires (Fecliba) advierten que aún hoy hay pacientes que no se comunican al 107 o al 148 al registrar síntomas de Covid. “Hay que llamar primero, antes de ir a una clínica”, recordaron y señalaron también que muchos “demoran en hacerse el hisopado” o incluso “siguen yendo a trabajar con síntomas: hay que hacerse el test enseguida”.

También detectan pacientes que pese a estar infectados o ser contactos estrechos de casos positivos, “no se aíslan”.

Además, “no hay cumpleaños que no se festeje, al aire libre o en lugares cerrados; hay que evitar reuniones”, insistieron.

Al mismo tiempo advierten un “uso deficiente del barbijo”, tanto por llevarlos mal colocados como por utilizar algunos de “mala calidad”, que no filtran el aire. “Son muy buenos los barbijos quirúrgicos, los del Conicet, los caseros que cubren bien y tienen tres capas. De qué sirve tener un tapabocas con el logo de mi equipo de fútbol o mi empresa si son herméticos, no pasa aire y se respira por arriba o por abajo, ya que el sistema de filtro no sirve”, advirtieron.

En cuanto a las restricciones nocturnas, consideraron que “a la noche se desarrollan actividades sociales que son las más propagadoras de Covid” y respaldaron la medida.

A su vez, desde Fecliba y la Sociedad de Infectología coinciden en que suspender las clases presenciales es “una medida dura” y “polémica”, pero advierten que la decisión obedece al desplazamiento que implican las clases, con docentes, estudiantes, familias y auxiliares que se trasladan a las escuelas, y el riesgo de contagio que conlleva.
Pese a eso, “si no hay escuela pero la gente se junta igual sin cuidado no tiene sentido”, comentó una infectóloga.

Cada marplatense, subrayaron, “tiene un rol protagónico”: depende de esa responsabilidad el futuro a corto y mediano plazo de la pandemia. Más allá de la cantidad de vacunas, de las restricciones, del cruce de declaraciones políticas, del color partidario y de las especulaciones sobre el origen del virus, “hay una pandemia y debemos cuidarnos”.