por Juan Miguel Alvarez

Enviado especial

MADRID, España.- La capital española es por unas horas como Buenos Aires. O quizá se parece todavía más a Rosario. Aquí se habla de fútbol en cada sitio. Salen argentinos debajo de las baldosas y las camisetas de River y Boca lucen en todas las esquinas ante la mirada de los autóctonos que desean comer de ese fruto prohibido, pero con cierto temor por las consecuencias. Hay dos tópicos centrales: la pasión y la seguridad.

Desde La Bombonera al Monumental, desde Ezeiza a Barajas. Así viajó la Superfinal. Los privilegiados que se trasladaron “coparon” aeropuertos y aviones. Ahora son una multitud en Madrid. Pero por el momento todo transcurrió con respeto y tranquilidad, con el episodio del 24 de noviembre todavía muy fresco.

Fue un periplo ideal para compartir sueños. Por eso hay cientos de padres que se desplazaron con hijos de 10, 15, 20 o 30 años. También madres con hijas, grupos de amigos, compañeros de trabajo, parejas. Con camisetas o cualquier elemento identificatorio de los dos principales clubes de Argentina.

Durante el embarque del vuelo 6856 de Iberia, en el que viajó este enviado, se formaron las filas correspondientes para una mejor organización. “Esta está llena de hinchas de River, tenemos prioridad para pasar”, bromeó un joven con la banda en el pecho. “También se van a volver más rápido”, retrucó con una sonrisa otro de gorro azul y oro.

La cantidad de pasajeros sorprendió a algún español desprevenido que volvía de vacaciones. “¿Todo este caos es por ese partido de fútbol?”, le preguntó a la azafata. Y la respuesta dejó en evidencia lo que generó esta definición de Copa Libertadores: “Sí, ¿usted no se ha enterado que el domingo se juega la Superfinal?. Es un partido grandísimo”.

En Madrid es imposible no conocer su existencia. Los medios de comunicación llenan sus titulares con este extraño e histórico acontecimiento. En los bares los locales sacan el tema continuamente ante presencia de algún argentino. “¿Pero cómo puede ser que pasen cosas así en un país con tanta gente buena? Me da bronca, yo los considero como mi familia”, se indignó Oscar, quien admitió preferencia por River por su fanatismo por Enzo Francescoli. “De pequeño viví en Marsella y fue el mejor jugador que yo he visto”, agregó.. Hay que recordar que “el Príncipe” se destacó en la temporada 1989-90 en Olympique, donde también provocó la admiración de un tal Zidane.

Otros tantos se inclinan por Boca. “Para mí La Bombonera es un estadio muy especial”, confió Rafael. “Con la final de la Intercontinental 2000, ese club se ganó mi corazón”, afirmó otro treintañero que viste con una bufanda del Atlético. Qué Aimar, Mascherano, Solari; que Riquelme, Palermo, Tevez. Todos, por algún motivo, ya escogieron a uno de los dos.

Las acreditaciones fueron un caos. Mails de aprobación o desaprobación de credenciales de un medio que fueron a representantes de otro, respuestas negativas que llegaron recién el viernes, periodistas argentinos que viajaron sin saber si iban a poder cumplir con su rol dentro del estadio. Todos protestaron este sábado en la boletería 55 del Santiago Bernabéu, donde las encargadas de Real Madrid recibieron reclamos que lógicamente no podían resolver. Ariel Ramírez, de Conmebol, “atajó los penales” y trató de conformar a todos. Pero su buena voluntad no puede tapar la desorganización general de la entidad organizadora. Pablo Vicente fue quien hizo las gestiones correspondientes para que LA CAPITAL esté presente.

Luces de todos colores inundan Madrid desde el 23 de noviembre (hasta el Día de Reyes) con motivo de las fiestas navideñas. Pero ayer robaron la atención el colorido de los hinchas riverplatenses y boquenses en distintos puntos de la ciudad. Los primeros acapararon las miradas en la Puerta del Sol, la emblemática plaza del kilómetro cero, con cánticos y todo un arsenal rojo y blanco. Los “xeneizes” se hicieron sentir con fuerza más temprano frente al hotel Mirasierra, en el que se encuentra hospedado el equipo conducido por Guillermo Barros Schelotto.

El banderazo de hinchas de River en Puerta del Sol. Vibra Madrid con el Superclásico.

La protección para evitar episodios de violencia es un gran tema. “¿Es realmente peligroso?”, “¿tú dices que puede suceder algo?”, “¿cómo no pueden terminar con esos barras?”, son las preguntas permanentes. Todo por un pasado que condena y los piedrazos al micro de Boca que obligaron a la suspensión del partido de vuelta en el Monumental y permitieron el traslado del partido a 10 mil kilómetros de distancia. En Argentina no se pudo custodiar un micro y en España pretenden dar una imagen de alta seguridad.

Por eso hay un alto número de policías en el Aeropuerto Aldo Suárez-Madrid Barajas, en las autopistas, en los transportes públicos, las adyacencias del Santiago Bernabéu, la Gran Vía. El despliegue durante el partido (con 4.000 efectivos) duplicará al de la final de la Champions y es considerado por la prensa local como uno de los mayores de la historia para un acontecimiento deportivo. Todo para que esta interminable definición de la Libertadores sea en paz. La que tendrá su festejo en la Puerta del Sol (si el campeón es River) o en la Plaza de Colón (si gana Boca) aquí en Madrid.

Bandera de Boca de hinchas marplatenses en el Bernabeu.

Lo cierto es que, más allá de todos los recaudos necesarios, en la capital española se tomó como propio el River-Boca. Por eso se lo espera con un entusiasmo singular. Por lo que significa como evento deportivo, por la particularidad de los hinchas, por lo inédito de la definición y porque se calcula que dejará un ingreso de aproximadamente 42 millones de euros.

Fernando Castro, presidente de la Peña Marplatense Roberto Mouzo, y otros hinchas de Boca con bandera de nuestra ciudad en Madrid.