Por Alejandra Lordén (*)

Las elecciones del Comité Provincial de la UCR del próximo 21 de marzo no solamente definirán la estructura interna y objetivos del radicalismo bonaerense por los próximos años; también -y sobre todo- le darán forma a la oposición política de cara a las elecciones de este año y las presidenciales de 2023.

En otras palabras: más y mejor radicalismo es esencial para construir una coalición amplia y competitiva junto a nuestros socios políticos.

El proyecto que encabezan Maxi Abad y Erica Revilla condensa las ilusiones de miles de vecinos de toda la Provincia que tienen grabado a fuego que los tiempos que corren nos exigen renovar el partido; darles voz y poder de decisión a minorías postergadas; enriquecer nuestra propuesta con aportes de la academia, de los sectores de la producción y el trabajo, de la innovación y el conocimiento.

Estamos muy orgullosos de ser radicales de pura cepa, de integrar un partido político cuyos órganos de deliberación y decisión son reconocidos en el mundo por su carácter democrático y participativo. Por eso estamos convencidos de que el camino para transformar la Provincia es fortalecer y ampliar Juntos por el Cambio, dialogando horizontalmente con todos los hombres y las mujeres que no están dispuestos a permitir que el modelo populista continúe acumulando poder y corrompiendo instituciones mientras nuestros vecinos viven cada día peor.

Desde Adelante Buenos Aires estamos tranquilos y expectantes ante los comicios que se avecinan, y por sobre todas las cosas, estamos felizmente ocupados. Invertimos nuestro tiempo en caminar toda la Provincia, nutriéndonos con los aportes de afiliados y vecinos de todos los municipios. Tenemos claro que la decisión soberana sobre el próximo Comité que liderará al partido en una etapa clave tanto para Buenos Aires como para la Argentina, les corresponde pura y exclusivamente a quienes se acerquen a votar en marzo.

Muchas se veces se resalta la “territorialidad” del radicalismo como una de sus virtudes más sobresalientes. Esa presencia extraordinaria que puede presumir únicamente una fuerza política que ha estado presente en tres siglos de la historia argentina. Pues bien, a esa territorialidad la sostienen día a día las personas que se esfuerzan para no renunciar a sus sueños a pesar de las circunstancias adversas, y que dedican su tiempo -el más valioso de todos los recursos- para ser parte del desafío que supone poner de pie al mayor distrito de la Argentina.

Miramos para adelante y sí, queda muchísimo por hacer, por aprender. Pero también es cierto que si paramos un segundo y nos damos vuelta, podemos estar satisfechos de cómo elegimos encarar esta contienda electoral. Sin apartarnos jamás de las reglas propias de la democracia. Con mucho respeto por la idiosincrasia de cada lugar que visitamos y por las personas que allí conocemos. Teniendo muy claro que nuestra misión es adaptar los valores históricos del radicalismo a una coyuntura compleja y volátil, sin resignar jamás la defensa de la república y del diálogo como herramienta democrática por excelencia.