El PT se agarra a la imagen de Lula como tabla de salvación
por Alba Santandreu
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Después de casi cinco meses en prisión, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva sigue escalando en las encuestas y permanece omnipresente en la campaña electoral del Partido de los Trabajadores (PT), que recurrió a la imagen del exsindicalista para mantenerse a flote.
Desde la cárcel de Curitiba, Lula continua manteniendo las riendas del partido y guía los pasos de su compañero de fórmula y posible sustituto en la carrera electoral, Fernando Haddad, quien lo visita casi semanalmente en su también condición de abogado.
El exministro y exalcalde de San Pablo se alzó como el portavoz del antiguo líder sindical y podría convertirse en el candidato del partido si finalmente la justicia impide a Lula disputar las elecciones del próximo 7 de octubre tras ser condenado en segunda instancia por corrupción.
Pero el expresidente, al frente de las encuestas demoscópicas con cerca del 40 % de intención de voto, es consciente de que el PT y su pupilo necesitan de él si quieren continuar vivos en la batalla electoral y por eso su imagen y su nombre los acompaña en todo momento.
Antes de ser detenido, el pasado 7 de abril, Lula dejó grabado un mensaje que fue incluido en el primer video de campaña del PT y en el que agradece a “todos los brasileños que siguen saliendo a las calles para defender sus pensiones, su educación y sus aumentos salariales”.
Lula critica implícitamente el Gobierno del presidente Michel Temer, a quien acusa de cortar los derechos de los más pobres, y defiende la inclusión “del pueblo” en la rueda económica, la principal bandera del Gobierno que comandó entre 2003 y 2010.
En el video, que contiene imágenes de Lula en los brazos de cientos de personas, también aparece Haddad: “Creían que el pueblo iba a abandonarlo. Creían que íbamos a abandonarlo. Nuestro presidente es Lula. Nada de eso sucedió”, asegura.
Aunque el PT no lo reconoció explícitamente, Haddad es el “Plan B” si la justicia electoral decide vetar la candidatura de Lula y por ello el partido confía en que el extornero mecánico consiga transferirle parte de sus votos hasta el próximo 7 de octubre.
Lula tiene el 37 % del favoritismo, una ventaja de casi veinte puntos porcentuales frente al segundo colocado, el ultraderechista Jair Bolsonaro (18 %), de acuerdo con una encuesta publicada esta semana por el instituto Ibope que sigue sin despejar interrogantes sobre el incierto panorama político.
Sin Lula, los indecisos aumentan y Bolsonaro se coloca al frente con un 20 % de votos, mientras que Haddad tan sólo obtendría el 4 %, un porcentaje insuficiente si el PT quiere llegar a una segunda vuelta en las elecciones de octubre, las más inciertas en las últimas décadas.
“Somos Lula, somos millones de Lula”, asegura Haddad en otro de los vídeos divulgados esta semana por el Partido de los Trabajadores, mucho más emotivo y en el que aparecen fragmentos del último discurso del expresidente a las puertas del sindicato antes de ser preso el pasado 7 de abril.
Sobre un camión y rodeado de centenares de seguidores, Lula emocionó entonces a su militancia y pretende hacerlo de nuevo aún estando entre rejas: “Los poderos podrán matar uno, dos o tres rosas, pero no podrán detener la llegada de la primavera y nuestra lucha es en busca de la primavera”.
En el video, su delfín político se compromete a ser la voz de Lula en las calles y llevar sus “ideas y sueños” por el país.
Por ello, una de las primeras paradas del exalcalde de San Pablo en el inicio de la campaña fue el nordeste, bastión electoral de Lula y donde tiene un apoyo del 59 % del electorado, frente al 11 % de Bolsonaro, el 5 % del laborista Ciro Gomes y la ecologista Marina Silva, de acuerdo con otra reciente encuesta.
Haddad, candidato a la Vicepresidencia en la fórmula de Lula, tan sólo tiene un 5 % de apoyo en esa pobre región del país -frente al 4 % a nivel nacional-, lo que exhibe la falta de popularidad del exministro de Educación frente a su padrino político y la importancia de la transferencia de votos.
En medio de un incierto escenario cuando falta un mes y medio para las elecciones, el PT sigue agarrándose a la imagen de Lula como tabla de salvación.
La Justicia ha impedido al exmandatario grabar entrevistas desde dentro de la prisión, pero fuentes del partido aseguran que “grabó muchos videos inéditos antes de ser preso injustamente” y que seguirán siendo usados durante la disputa electoral.
EFE.