El piloto marplatense que trajo insumos médicos desde China
Un marplatense integró la tripulación del último vuelo de Aerolíneas Argentinas que trajo insumos médicos de China. Detalles de una travesía única en la historia de la aviación mundial.
Diego Mason (derecha) en la nave de Aerolíneas que viajó a China para traer insumos médicos.
Por Natalia Prieto
[email protected]
Sesenta horas de vuelo. Una escala en Nueva Zelanda para cargar combustible. Cuatro tripulaciones. Tres días en el aire para buscar insumos médicos en China y traerlos al país en el marco de la pandemia por el coronavirus, contados desde la cabina del avión de Aerolíneas Argentinas por el piloto marplatense Diego Mason (46 años).
“El vuelo tuvo una mística especial, porque sentíamos que estábamos haciendo algo diferente, trayendo insumos médicos cuando Aerolíneas no vuela carga”, detalló el primer oficial que trabaja en la línea de bandera desde 2009.
En cuanto al avión utilizado en el tercer viaje a China, específicamente a Shanghai, Mason explicó que “por un tema de tiempo no se pudieron sacar los asientos, porque para hacer algún cambio en el avión necesitas la autorización del fabricante. Cada tornillo está homologado, así que se decidió acondicionar la carga entre los asientos, con redes especiales para que no se mueva la carga. Y también se usó la bodega”.
La travesía partió de Ezeiza el lunes 20 a las 17, regresó el jueves 23 y bajo la denominación AR1074-AR1975 y trajo 13.600 kilos de insumos médicos a bordo del AirbusA330-202.
Después de pasar 60 horas en el avión, cuando Mason regresó el jueves pasado a Buenos Aires (donde reside con su mujer Silvina y su hijo Juanjo) aseguró entre risas que “dormí todo el día para recuperarme. Son muchas horas en el avión -añadió-, no es la ruta habitual. Es una operación muy especial”. Actualmente cumple con la cuarentena obligatoria junto a su familia, con todas las precauciones del caso. “Duermo en otro cuarto, uso sólo un baño”, enumeró.
Orden
Para poder concretar la misión con éxito, en la nave viajaron “cuatro tripulaciones, un total de 12 pilotos más cuatro mecánicos que llevaban en la bodega repuestos para cualquier inconveniente. También vinieron los despachantes de carga que se ocuparon de la carga en Shangai y, a diferencia de los dos vuelos anteriores, también llevamos a dos comisarios de abordo para que se encarguen y organicen las comidas de todos”.
Así, cada grupo de pilotos tuvo asignada una ruta determinada, ya que al no poder casi abandonar el avión debieron descansar y vivir en el mismo durante las 60 horas.
“A mí me tocó volar la ruta Buenos Aires-Auckland (Nueva Zelanda), a través del Pacífico -describió Mason-. Ahí hubo carga de combustible. Nosotros no podíamos movernos casi de al lado del avión, del sector de cargas del aeropuerto”.
Logística
Esa escala duró aproximadamente una hora y para descender del avión “teníamos todo el traje protector, con antiparras, todo. Eso nos lo dio Aerolíneas, además del uniforme habitual”.
En Shanghai la escala se alargó un poco más, casi 4 horas, para proceder con la carga de la nave y después emprender el regreso.
“Es una operación totalmente especial -aseguró Mason-, algo inédito en el registro de la aviación mundial”.
Sus sensaciones, como las de sus compañeros de ruta, también fueron especiales: “Es un poco raro -reconoció-. Al principio, por todo lo que está pasando, sentís euforia, después cansancio, porque perdés completamente la noción del tiempo. Son muchas horas, ya no sabés si tenés hambre, qué comer, vas experimentando diversas cosas”.
Además del uniforme habitual y del traje de seguridad especialmente provisto para usar durante las escalas, la compañía también le dio a toda la tripulación “una especie de baño seco para higienizarnos, como un spray, así que andábamos todos leyendo las instrucciones porque nunca lo habíamos usado”, contó entre risas el piloto.
A pesar de las comodidades para descansar en el avión vacío, tanto en la zona destinada a la tripulación como en el sector de “Businness”, le resultó “prácticamente imposible dormir”, aunque finalmente lo venció el cansancio.
Desde que por efecto de la pandemia se suspendieron las operaciones regulares de Aerolíneas Argentinas, la compañía abrió un registro de voluntarios tanto para los vuelos de repatriados como los que fueron a China en busca de insumos médicos.
“Nunca dudé -señaló Mason-, me anoté como voluntario porque es mi manera de colaborar con todo esto”. Previamente había formado parte de una tripulación que trajo argentinos repatriados desde Miami.
En ese sentido, adelantó que la empresa realizará nuevos vuelos especiales en mayo desde Londres y Barcelona para seguir repatriando gente y no descartó volver a formar parte de esos equipos.
Diego Mason es ex alumno del Mar del Plata Day School, jugó al rugby en Mar del Plata Club, terminó el secundario en el Instituto Minerva y comenzó a estudiar para concretar sus sueño de ser piloto en la ciudad, continuó en Buenos Aires y terminó de perfeccionarse en Seattle (Estados Unidos), donde vivió durante 5 años.
El primer oficial es piloto de AA desde 2009 y suele venir a Mar del Plata a visitar a su familia.
Lo más visto hoy
- 1Murió el menor que había sido baleado por su amigo en un accidente « Diario La Capital de Mar del Plata
- 2Después de 40 años, no se realizará la ceremonia de Iemanja « Diario La Capital de Mar del Plata
- 3El Gobierno transporta vehículos militares en trenes a puntos estratégicos del país « Diario La Capital de Mar del Plata
- 4Cómo estará el clima este lunes en Mar del Plata « Diario La Capital de Mar del Plata
- 5Tres heridos por golpizas en distintos puntos de General Pueyrredon « Diario La Capital de Mar del Plata