“El Patrón del Bien”, el hombre que colaboró para desterrar la violencia de Medellín
El reconocido consultor colombiano, Jorge Melguizo, disertó en la ciudad sobre su experiencia de la ciudad colombiana.
A principios de la la década del ´90, la ciudad colombiana de Medellín era conocida mundialmente por el narcotráfico y la extrema violencia y, en particular, por la figura de Pablo Escobar Gaviria, el “Patrón del Mal”. Casi 30 años después, Medellín es una referencia mundial por sus transformaciones urbanas, sociales, educativas y culturales.
¿Cuáles fueron los factores que hicieron posible una transformación tan radical?, ¿cómo pasó Medellín de ser conocida por el “patrón del mal” a convertirse en un lugar que muchas ciudades buscan imitar? Y, sobre todo ¿qué lecciones puede arrojar dicha experiencia para otras ciudades de la región?
Esos fueron algunos de los interrogantes que abordó Jorge Melguizo, uno de los artífices de la transformación de dicha ciudad, quien cerró el encuentro internacional sobre “Planificación urbana y calidad de vida”, realizado en instalaciones del NH Gran Hotel Provincial, organizado por Pensar Mar del Plata y que tuvo al diputado provincial Rodolfo Iriart como uno de los impulsores.
Melguizo, a quien muchos llaman el “Patrón del Bien”, fue entre 2004 y 2010 Secretario de Cultura Ciudadana y Secretario de Desarrollo Social de Medellín. Hoy es un reconocido consultor internacional en gestión pública, proyectos urbanos integrales, cultura y participación social. En su paso por Mar del Plata relató el proceso que llevó a una drástica reducción del 95% en las estadísticas de muertes violentas, y a una mejora significativa en todos los indicadores de calidad de vida de aquélla ciudad de Colombia.
En este sentido, resaltó que “lo innovador de la política de seguridad fue la convivencia, que se construye con proyectos sociales, educativos y culturales”, en referencia al fuerte proceso de inversión pública que permitió la construcción de parques-bibliotecas, espacios verdes, instalaciones deportivas, museos, centros de desarrollo cultural, y la implementación de novedosas soluciones de movilidad urbana (como las escaleras mecánicas y los metrocables) en las zonas más pobres de la ciudad.
Esta política tuvo como objetivo fundamental convertir el espacio público en un espacio de encuentro ciudadano, bajo un lema que Melguizo definió con contundencia ante el público presente: “los mejores equipamientos públicos, las mejores obras, con la más alta calidad, en los barrios de mayor pobreza”.
Consultado sobre las claves del éxito de Medellín, no dudó entonces en señalar la relevancia que tuvo “convertir la infraestructura urbana en la principal referencia de oportunidades y de transformación social, educativa y cultural para la población de los barrios con peores indicadores de calidad de vida y mayor presencia de violencia”. En otras palabras, la firme decisión política de que“toda obra física debe tener un contenido y un resultado social”.
Según su experiencia,el camino para comenzar a transitar la transformación de una ciudad consiste en definir “¿con qué palabras quieren asociar su ciudad en 20 años?”. Y alertó que “no necesitamos una nueva ciudad, necesitamos una nueva sociedad. Una sociedad avanza cuando se fortalecen las instituciones y cuando se consolida la sociedad civil”.
En este marco, señaló que “Mar del Plata se enfrenta al desafío de crear una nueva agenda social con contenidos y resultados urbanos”. En los días que estuvo en nuestra ciudad, más allá de dar la conferencia, mantuvo reuniones con autoridades de las universidades, tanto de la pública como de las privadas, así como con referentes de entidades de la sociedad civil, concejales de diversos bloques políticos y profesionales de las diversas áreas. “Para mejorar una ciudad es muy importante fomentar este tipo de espacios de debate y reflexión como el que impulsa el diputado Rodolfo Iriart. Es fundamental tejer redes entre las instituciones e intercambiar ideas”. Destacó que aquí encontró excelentes profesionales, personas e instituciones muy valiosas, y mencionó a modo de respetuosa sugerencia que “sólo les faltaría organizarse un poco más para poder actuar en conjunto, aportando cada uno lo que más sabe, por eso es un gran aporte este tipo de encuentros”.
Para finalizar, lanzó una arenga ante un atento auditorio de más de 300 personas -entre los que se encontraban vecinos de la ciudad, referentes de diversos espacios políticos, organizaciones sociales, cámaras empresarias, organizaciones profesionales y universidades- reforzando su convicción de que las ciudades se construyen entre todos:“son ustedes los que tienen las llaves de la ciudad, los ciudadanos, los colectivos, las empresas”.