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Policiales 6 de julio de 2016

El pastor Hurtado negó las acusaciones: dijo que los fieles entregaban plata “voluntariamente”

El acusado declaró esta tarde ante el juez federal Santiago Inchausti y rechazó los delitos que se le imputan.

El pastor chileno Isaías Hurtado (48), acusado de “trata de personas y reducción a la servidumbre” negó estar tarde las acusaciones en su contra y aseguró que jamás “le exigió” dinero a sus fieles. “Lo entregaban voluntariamente”, dijo.

Hurtado declaró esta tarde ante el juez de la causa, Santiago Inchausti. Según puedo averiguar LA CAPITAL, el pastor sostuvo que jamás coaccionó, amenazó o captó a cualquier persona que formaba parte del templo y descartó pedir dinero para usar de manera personal.

En ese momento, los investigadores continúan tomándole declaración al resto de los detenidos: la esposa del pastor, Patricia Soledad Padilla Coronado, y otro tres fieles que participaban del templo y que están acusados de formar parte de una red dedicada a captar fieles, desapoderarlos de sus bienes y luego ponerlos a trabajar para su beneficio.

La investigación del Ministerio Público Fiscal, encabezada por Nicolás Czizic, sostiene que al menos desde julio del 2007, Hurtado, junto a su pareja y otras tres personas, habrían captado, trasladado y acogido a diversas personas, con el fin de reducirlas a la servidumbre y explotarlas laboralmente, entre otros delitos, de los cuales también resultarían ser víctimas como abusos sexuales, amenazas y estafas.

La causa se inició a través de una denuncia recibida a partir de una actividad de difusión del MPF, que dio cuenta de lo que sucedía dentro del templo, pero también advirtió que había un expediente tramitando ante la Justicia Provincial.

A través de una “pantalla” constituida a partir de un supuesto “Ministerio religioso” con mensajes de fe y la existencia de un “ser superior”, la maniobra delictiva fue atraer a personas que suelen encontrarse en situaciones de vulnerabilidad (marcadas por su edad, estados de depresión por circunstancias familiares adversas, entre otras) y congregarlas en reuniones “religiosas” que se desarrollaban en “El Templo”, ubicado en calle O’Higgins al 300, lindante a la vivienda particular de Hurtado y su familia.

A partir de allí, eran reducidas a la servidumbre a efectos de que prestasen diferentes funciones en el “Ministerio”, realizando tareas de limpieza, reteniendo sus salarios en caso de que tengan empleo en otro sitio, lograr la obtención de préstamos en distintas entidades financieras para beneficio de los investigados, los cuales luego nunca les son abonados generándoles deudas, como así también conducirlos a transferir sus bienes a la congregación.

Asimismo, las víctimas, tal como lo han relatado en sus declaraciones, habrían sido objeto de violencia física y psíquica, habiendo recibido amenazas, tanto ellas como su entorno familiar, al intentar “salir” de la congregación.

De acuerdo a las pruebas colectadas, la explotación laboral también se concretaría a través de la panadería “Della Familia”, situada en diagonal Vélez Sarsfield 37, en la que trabajaban distintos “fieles” de la Iglesia bajo las órdenes de Isaías Hurtado fuera de todo régimen de registración laboral y en exclusivo beneficio del “Ministerio.

(NOTICIA EN DESARROLLO)