El papa pide perdón a los pobres al final del Jubileo de la Misericordia
Francisco reiteró el llamamiento para que "los católicos formen una Iglesia pobre y para los pobres". Destacó "la dignidad" de estas personas que saben "encontrar belleza en las cosas más tristes y más sufridas".
Francisco recibió en audiencia en el Aula Pablo VI del Vaticano a personas que viven o han vivido en la calle. Foto: EFE/Alessandro Di Meo.
CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco pidió perdón en nombre de todos los católicos que miran hacia otro lado cuando ven pobres o situaciones de pobreza, al dirigirse a miles de personas sin hogar o en situaciones de precariedad que han llegado a Roma en uno de los actos finales del Jubileo de la Misericordia.
Francisco, que instituyó un Año Santo para que los católicos se dedicasen y reflexionasen sobre las obras de caridad, no podía más que concluir este Jubileo, que se clausurará oficialmente el 20 de noviembre, con un acto dedicado a los marginados y excluidos.
Y el acto, el Jubileo de las personas en situación de precariedad, sirvió al papa para pedir perdón en su nombre y en el de todos los católicos que no han sabido abrir sus corazones.
“Les pido perdón si he dicho cosas que los ofendieron o si no dije cosas que tendría que haber dicho”, afirmó al papa Francisco en su discurso improvisado y en español ante las miles de personas necesitadas que se congregaron en el Aula Pablo VI del Vaticano.
Estas personas, la mayoría italianas, pero también procedentes de varios rincones del mundo, como España, y que son acogidas o ayudadas por centros de Caritas y de otras asociaciones humanitarias, acudieron a Roma para participar en estos actos.
“Les pido perdón en nombre de los cristianos que no leen los evangelios y encuentran la pobreza en el centro de ellos. Les pido perdón en nombre de los cristianos que ante un pobre o una situación de pobreza, miran hacia otro lado”, les dijo.
Y explicó que el perdón de estas personas “será para los hombres de Iglesia y para los hombres en general como agua bendita y que nos limpiará para ayudarnos a volver a creer que en el corazón del evangelio está la pobreza”.
Tras escuchar algunos testimonios de estas personas, Francisco pronunció un discurso breve y sencillo y prefirió dedicar más de una hora a saludar a las personas que asistieron a esta ceremonia.
Y rodeado de un grupo de ellos, procedentes de varios países, el papa rezó un Padre Nuestro al final de la audiencia.
En su alocución, Francisco reiteró así el llamamiento que realizó al inicio de su pontificado para que “los católicos formen una Iglesia pobre y para los pobres” y agregó que todas la religiones tienen que colocar “a los pobres en el mensaje de Dios”.
A estas personas que atraviesan miles de dificultades, Francisco les pidió que no dejen de soñar.
“Una mujer y un hombre pobre, con una pobreza distinta, es el que pierde la capacidad de soñar, de continuar con su pasión (…) Sueñen con que el mundo puede cambiar y esto puede nacer del corazón de todos ustedes”, añadió.
También destacó “la dignidad” de estas personas que saben “encontrar belleza en las cosas más tristes y más sufridas”, pero les recordó que se puede ser pobre, “pero no dominado o explotado”.
Y agregó: “Yo sé que muchas veces habrán encontrado quienes han querido explotar su pobreza, pero este sentimiento que prueban de que la vida es bella, esta dignidad, los salvó de ser esclavos”.
Subrayó que la solidaridad “es uno de los frutos que nos da la pobreza” pues “la pobreza te hace sentirte solidario y te hace extender la mano a quien esta peor”.
“Enseñen solidaridad al mundo”, los exhortó.
Francisco también los invitó a trabajar por la paz porque las personas en su situación pueden ser “artesanos de paz”, pues las “guerras se hacen entre ricos, para tener más, territorio, poder y dinero”.
“Hagan paz, sean ejemplos de paz. Necesitamos paz en el mundo, necesitamos paz en la Iglesia.Todas las iglesias necesitan paz y todas las religiones necesitan paz y tienen que ser mensajeras de paz”, les instó.
El papa celebrará el domingo una misa en la basílica de San Pedro dedicada al Jubileo de las personas en situación de precariedad.
EFE.