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El País 24 de abril de 2021

El Papa aprobó el primer paso para la beatificación del argentino Enrique Shaw

Francisco autorizó la promulgación del decreto de la Congregación para las Causas de los Santos, que reconoce las virtudes heroicas del empresario y lo convierte en “venerable”.

Enrique Shaw.

CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco aprobó este viernes el primer paso para la beatificación del argentino Enrique Ernesto Shaw, laico y padre de familia, al reconocer sus “virtudes heroícas”, informó el Vaticano.

Shaw, nacido el 26 de febrero de 1921 en París y muerto en Buenos Aires el 27 de agosto de 1962, fue un empresario que promovió e impulsó el crecimiento humano de sus trabajadores y, bajo el impulso del episcopado argentino, organizó, junto con otros empresarios, la ayuda a Europa en la posguerra.

En 1952, fundó la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa y promovió la Unión Internacional de Asociaciones Patronales Católicas y el Movimiento Empresarial Mundial Cristiano.

Integró el Primer Consejo de Administración de la Universidad Católica Argentina (UCA), trabajó para conformar la Acción Católica Argentina (ACA) y el Movimiento Familiar Cristiano (MFC) y promovió la sanción de la Ley de Asignaciones Familiares.

A pesar de ser diagnosticado con un tumor maligno en 1957, cuatro años después fue nombrado presidente de los Hombres de Acción Católica y participó en el Congreso Mundial de la Unión Internacional de Asociaciones Patronales, en Chile.

Viajó a Fátima (Portugal) y Lourdes (Francia) y, a pesar de las precarias condiciones físicas, conservó sus cargos de dirigente hasta su muerte el 27 de agosto de 1962 en Buenos Aires, a la edad de 41 años.

Por su vida ejemplar, la Iglesia aceptó que se inicie su proceso de canonización y desde hoy es considerado “venerable”.

Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión, que debe ser probado a través de una instrucción canónica especial, que incluye el parecer de un comité de médicos y de teólogos.

Para la canonización es necesario otro milagro atribuido a la intercesión del beato y ocurrido después de su beatificación.