A lo largo del último mes, las panaderías de la ciudad debieron cambiar en tres oportunidades los carteles que indican el valor del pan. Antes de comenzar mayo, el kilo rondaba los $29, mientras que ahora no baja de los $38 o $48.

Los comerciantes advierten que la suba los sorprendió a ellos también, y todos explican la misma razón: la bolsa de harina de 50 kilos que en marzo estaba a $400, hoy está a $700 u $800, dependiendo el proveedor.

“En dos meses ya tuvimos un 30% de aumento, y nos dijeron que la harina iba a seguir en alza, al menos hasta diciembre”, señaló Natalia, empleada de la tradicional panadería ubicada en Jara 1655.

“A nosotros los costos se nos encarecen más porque utilizamos materia prima de la mejor calidad, por eso tampoco podemos trasladarlo al producto final; en el último tiempo el consumo cayó cerca de un 20%, y estamos reteniendo los aumentos para que no caiga más”, agregó.

Es que los consumidores comenzaron a percibir el fuerte aumento del alimento en las últimas semanas, algo que no dudaron de trasladarlo a los comerciantes.

“La gente que consume pan suele venir todos los días, y al notar que se volvía aumentar se quejaban, naturalmente. Aunque dicen que si todo aumenta, era de esperar esto también”, señalaron desde una panadería de la zona de Libertad y Juncal.

En la mayoría de los locales consultados por LA CAPITAL, el último aumento tuvo lugar el pasado viernes, y rondó los $4 y $6 pesos.

“Este mes pasamos de cobrar el kilo de pan a $29, después $34 y, este viernes, pasamos a $38”, señaló Priscila, empleada de la sucursal de Estrada y Tejedor de una de las cadenas de panadería más conocidas de la ciudad.

Pese a los aumentos ya sufridos, algunos comercios adelantaron que a partir de este lunes algunas tipos de pan podrían llegar a sufrir aumentos de $10 o $15. “Ya nos avisó nuestro proveedor”, aseguró desde la panadería de Jara al 1600.

¿Por qué aumentó el pan?

El titular del Centro de Industriales Panaderos de Mar del Plata, Carlos Monzón, señaló a LA CAPITAL que el aumento de la harina es producto de un aumento en el valor de la tonelada del trigo que los campos venden a los molinos, suba que luego generó un aumento considerable en los costos de los panaderos.

“Se arrancó el año con una tonelada de trigo de $1.800 en cosecha. Enero, febrero y marzo, los campos empezaron a vender la tonelada a los molinos entre los $1.800 y $2.200; en esos momentos la bolsa de 50 kilos de harina estaba entre los $260 y $290, precio final (con flete, con descargas e IVA)”, señaló el empresario.

“A partir de los primeros días de abril, los commodities, que es lo que marca el mercado internacional, empezó a generar un incremento en el precio del trigo y, a la vez, se sumó la suba del dólar en el mercado interno: empezamos un año con un dólar a $18-$19 y ahora estamos con un dólar a $25,50”, agregó.

Este panorama, aseguró, llevó a que los molinos hoy estén pagando el trigo “entre $5.800 y $6.200”, y que la bolsa de harina pase a llegar al panadero entre los “$650 y $700 final”.

“Lo que esperamos los panaderos es que el gobierno intervenga en el mercado interno, porque no podemos seguir así. No es un precio real, pero también sabemos que no podemos poner un kilo de pan a $70 u $80 porque no tenemos ventas, y nosotros vivimos del consumo”, señaló Monzón.

Es que tanto el empresario como las panaderos consultados por este medio aseguraron que se encuentran imposibilitados de trasladar el aumento de los costos al precio final por el temor a disminuir aún más sus ventas.

“Hoy, el consumo cayó entre un 15% y un 20%. Y esto nos hace el sector más castigado, porque no hay que olvidar que nosotros vivimos de los que menos ganan, de todos los que consumen más pan”, señaló y agregó: “Hay que gente que está ganando 15 mil pesos para mantener a una familia entera”.

Por otra parte, Monzón destacó que a los aumentos de la materia prima hay que agregar los incrementos de los servicios públicos como la luz, el gas y el agua.

“Además de que en marzo hubo paritarias y se le dio un 15% a los trabajadores con cláusula gatillo. Esto significa que en octubre vamos a actualizarnos a lo que esté marcando la inflación, que por lógica será por encima del 15%”, señaló.

Para el empresario el escenario actual es “todo negativo”, dado que todos los incrementos, inclusivo lo de otros productos como el azúcar (que pasó de valer $600 a $800), los huevos (aumentaron de $600 a $1000) y la margarina (que se fue de $500 a $800), “los viene soportando la industria panadera con su bolsillo y tratando de pagar algo de los impuestos”.

Los perjuicios del mercado ilegal

Otro de los inconvenientes con el que el sector debe lidiar día a día en la ciudad es con los perjuicios que ocasiona el mercado ilegal a la actividad local.

“En Mar del Plata se hacen 4.500 bolsas de pan por 50 kilos. Dos mil de esas bolsas las hacen la clandestinidad, que esto es lo que no soporta el panadero legal”, aseguró Monzón.

“El mercado clandestino -señaló- maneja el mercado del pan de Mar del Plata, sin controles bromatológico, con bromato de potasio, entregado en autos, en motos, en camionetas; sin vehículos correspondientes”.

Y cerró: “Yo siempre le digo a todos los que vienen a comprar que si uno va a comprar carne, la cocina; si compra fruta, la lava; si compra verdura, la hierve; pero el pan va directo a la mesa y hay que tener ese cuidado”.

“Hubo cierres de panaderías y menos contratación de empleados”

El Sindicato de Pasteleros y Panaderos manifestó su preocupación ante las consecuencias que podrán tener los trabajadores del sector a raíz de los aumentos de los costos.

“En el lapso del último año, hemos registrado cierres de panaderías y merma en la contratación de trabajadores”, señaló a este medio Matías Coronel, secretario general del gremio.

“Nosotros decíamos que cuando comenzó la crisis nuestro sector no se había visto muy tocado. Pero a partir de septiembre del año pasado, empezamos a notar una baja significativa”, agregó.

Según señaló, el sector venía generando buenos niveles de actividad, pero en el último tiempo eso se estancó.

“Como nosotros trabajamos con un sistema web, veníamos de varios años de altas de empresas y trabajadores. El otro día dimos de alta una panadería y ahí nos dimos cuenta que hacía cuatro meses que eso no ocurría en la ciudad”.

Ante esta situación, Coronel aseguró que el trabajador es el “más perjudicado”. “Tenemos lista de espera de trabajadores buscando trabajo, y no tenemos dónde ubicarlos”, agregó.

Y además, señaló: “El trabajador no consigue un aumento de salario, y si lo hace hay irregularidades. Nuestros estudios indican que hay un 30% de empleados en blanco, mientras que un 30% está en negro y otro 40% mal registrado”.