Lucas Gómez, acusado de haber violado y asesinado a su hijastra Florencia Di Marco en San Luis, se suicidó el miércoles en la cárcel donde estaba detenido y dejó tres cartas.

Los destinatarios son su madre, su pareja y, una última, a sus hijos. En las tres, afirma que es inocente.

Cada uno de los mensajes comenzaba con la frase: “hoy decido quitarme la vida”. La carta dirigida a su pareja, que también está presa por ser considerada cómplice en el asesinato de su hija Florencia de 12 años, indicaba que él la encontró colgada en su habitación. Supuestamente, cuando la vio comenzó a tomar y consumir drogas y fue en ese contexto en el que la subió a un auto y la arrogó en otro lado porque “le iban a hechar la culpa”.

A sus hijos Gómez les dice que los quería mucho y a su madre, le pidió perdón y que cuide a sus hijos.

El 22 de marzo, mientras la madre de Florencia estaba internada porque acababa de dar a luz, Gómez violó y mató a la menor.

Gómez fue acusado de “abuso sexual doblemente agravado por la calidad de guardador y por mediar situación de convivencia preexistente” y “homicidio criminis causae por mediar alevosía y violencia de género”.

Tiempo después se descubrió a través de la autopsia que Florencia había sido abusada previamente y hasta que le había dicho a sus profesoras: “Mi papá me acaricia”.