El “otro robo” automotor: caños de escape, neumáticos, techos y accesorios
Los robos parciales en automóviles son cada vez mayores, lo que incide directamente en las aseguradoras y la misma justicia.
Los automóviles se transformaron con el correr de los años en uno de los bienes ajenos más deseados por los delincuentes y no solo para llevarlos a un desarmadero y desguazarlos, sino para robarles solo algunos de sus componentes.
En Mar del Plata se ha popularizado la metodología del robo de neumáticos, tanto los de auxilio como los mismos que están colocados. Esto supone una destreza casi gimnástica de los ladrones, que deben hacer todo en tiempo récord, mezclando habilidad, fuerza y creatividad al servicio del delito.
Pero el interés está bastante distribuido en los puntos débiles de la seguridad de un vehículo, ya sea de un automóvil sedán, una cupé (tres puertas), una van o una pickup. Las ruedas son solamente uno de los objetivos de los ladrones: también lo son los techos corredizos, las lunetas, los accesorios del baúl, las baterías y, aunque resulte increíble, los caños de escape.
En los últimos tiempos se ha notado un incremento en el robo del conducto que expulsa los gases de la combustión del vehículo y las compañías aseguradoras reportan este tipo de siniestro cada vez con mayor frecuencia.
Lo que hace tentador al robo de caños de escape es, en primer lugar, el catalizador, un artefacto que sirve para la purificación de las emanaciones y que se coloca entre la salida del motor y el silenciador.
El artefacto puede tener un costo en el mercado ilegal cercano a los 400 mil pesos en los modelos más chicos y cifras cercanas a los 4 millones en los vehículos grandes o más modernos. “Se los roban para extraerle los metales que tienen adentro”, explicó a LA CAPITAL un mecánico especializado en caños de escape. Es que el catalizador tiene platino, paladio y rodio, y se calcula que por cada medio kilo de metal se extrae 0,35 de platino, por ejemplo. El gramo de platino ronda siempre los 1.000 dólares, de modo que se puede revender por encima de los 300 dólares.
Como se trata de un robo parcial, las compañías de seguro deben intervenir y, según la póliza, efectuar la cobertura, refacción o reintegro.
Algunos modelos o tipos de automóviles son los más elegidos por los ladrones. Por ejemplo, los Renault Sandero o Fiat Toro, utilitarios y camionetas permiten un “trabajo” más cómodo de los delincuentes, al tener un mayor espacio por tener el piso algo más elevado.
“Mi cuñado dejó el Renault Stepaway estacionado en un estacionamiento público de una playa del sur y cuando lo puso en marcha para irse parecía que tenía un Turismo Carretera”, comentó un lector a LA CAPITAL, cuya inquietud obró de estímulo para este artículo.
La Oficina de Delitos contra la Propiedad Automotor (Odepa) tiene rango de fiscalía y es, junto a la de delitos económicos, la que presenta una preocupante saturación. Esto se debe a la gran cantidad de expedientes que se abren a diario y en lo que atañe al delito automotor, en particular, a las numerosas variantes de robos parciales.
De todo un poco
La mayor cantidad de automóviles robados se reparte entre dos modelos: el Chevrolet Corsa y el Volkswagen Gol. Tiene una explicación, son vehículos con sistemas de seguridad muy distintos a los actuales. Y justamente, ante las excelentes medidas de bloqueo, de cierre, de códigos encriptados, los “levantadores” se vuelcan hacia modelos viejos. Los asaltantes, en cambio, se enfocan en las entraderas a los modelos más nuevos.
Esas restricciones o dificultades para robar la unidad entera hacen proliferar robos parciales, como los neumáticos o surgen también los “inhibidores” en el que el resultado buscado es el de objetos en el interior o accesorios en el baúl.
Lo de los neumáticos es otra problemática que desborda tanto a la fiscalía como a las aseguradoras que siguen en la búsqueda de un método que pueda contrarrestarla.
Eso sí, no solo los ladrones son los culpables de esta situación. La otra parte que hace posible que aumenten los robos es la de la persona común que termina comprando autopartes de segunda mano, publicados en desarmaderos, en redes sociales o en aplicaciones de compraventa sin importarle la procedencia.
Lo más visto hoy
- 1Drogas y riña de gallos, un antiguo maridaje de violencia en Mar del Plata « Diario La Capital de Mar del Plata
- 2Mamma Mía arrasó en las nominaciones a los Estrella de Mar « Diario La Capital de Mar del Plata
- 3Menos argentinos de vacaciones, buenos números para Milei y el emprendimiento que abrirá el próximo verano « Diario La Capital de Mar del Plata
- 4Muerte en Alem y Alvarado: el conductor de la moto no estaba alcoholizado « Diario La Capital de Mar del Plata
- 5El espectacular operativo montado en la Shell de Independencia y Roca para detener a extorsionador « Diario La Capital de Mar del Plata