El obispo instó a que “cada uno desde su lugar” se comprometa con la paz
Monseñor Gabriel Mestre participó de la Caravana de la Primavera y se mostró alegre por “poder compartir este evento tan tradicional”. En este marco, llamó a “combatir con las armas de la paz” el “flagelo de la violencia”.
El obispo de Mar del Plata, Monseñor Gabriel Mestre, participó esta mañana de la 62° Caravana de la Primavera y en este marco instó a que “cada uno desde su lugar” se comprometa con la paz.
A bordo de su bicicleta y con un llamativo gorro con los colores de Argentina, Mestre destacó la alegría que sentía por “poder compartir un evento tan tradicional y tan permanente en nuestra ciudad”.
“Esta Caravana tiene un objetivo que es muy positivo y que siempre tiene que ver con la paz. Que podamos comprometernos en serio con la paz me entusiasma profundamente”, agregó el obispo en diálogo con LA CAPITAL.
En este contexto, destacó también la masividad del evento, que convocó a miles de personas bajo el lema “si entendiéramos la paz, viviríamos en ella”, frase elegida por la entidad organizadora, Pequeño Mundo.
“Me parece muy importante que ese lema lo hayan elegido los jóvenes y que lo tengan como horizonte”, destacó el obispo.
Asimismo, Mestre recordó “el atentado perpetrado contra Cristina Fernández de Kirchner, que representa un espacio político partidario muy importante en nuestra patria, y que es la vicepresidenta de todos nosotros”, lo que le parece “un tema serio, que nos tiene que hacer reflexionar”.
Para el obispo el intento de magnicidio se sumó “a muchos otros temas donde hay atentados en contra de la paz social y familiar, como la violencia de género, doméstica o la droga, que tanto daño hace a tantas personas”. “Esos son también atentados en contra de la verdadera paz”, remarcó.
Frente a este panorama, consideró que “tenemos que estar atentos para combatir con las armas de la paz este flagelo de la violencia en sus diversos formatos”. “Nos hace falta”, añadió Mestre y sostuvo que acciones como la Caravana “hacen mucho bien” a la ciudad.
“La alegría que reflejo en mi rostro es la que siento interiormente por el hecho de que estas expresiones de comunión se puedan realizar. En la Caravana pensaba que, a pesar de las diferencias que podemos tener los argentinos, de cara a muchos temas que tienen que ver con la vida, hay una realidad que tiene que ver con un sentir nacional y con valores universales de convivencia, cuidado, respeto y diálogo que realmente me ponen feliz”, reflexionó.
Por último, el obispo instó a que “cada uno, desde su lugar, pueda tener su pequeño, que termina siendo grande, compromiso por la paz”.
“Como dice el papa Francisco, hay que ser ‘artesanos de la paz’. Lo artesano tiene que ver con lo cotidiano, con lo local, con lo materno, con lo familiar. Cómo ser artesano de la paz en nuestro metro cuadrado es el desafío que nos tenemos que llevar cada uno, a eso los animo de manera humilde y respetuosa”, concluyó.