Gabriel Mestre dejó una huella en su paso como obispo de Mar del Plata y eso se refleja en los reconocimientos y muestras de afecto que recibe en sus últimos días al frente de la Diócesis. Prueba de ello fue el cálido agasajo que le brindaron este lunes a la noche  en el Hermitage Hotel donde compartió una cena con diferentes personalidades.

Mestre, que el 16 de septiembre asumirá como arzobispo de La Plata, fue homenajeado con una cena en la que participaron el anfitrión, el empresario Florencio Aldrey, el intendente Guillermo Montenegro, el escribano Gustavo Crego, el presidente de la UCIP Blas Taladrid, el empresario Patricio Gerbi, el abogado Marcelo Abal y sacerdotes e integrantes de la Diócesis de Mar del Plata, entre otros invitados especiales.

Como lo definirían más tarde en uno de los discursos, más que la despedida del obispo fue un encuentro de amigos. El recorrido de Mestre como obispo de la ciudad y el próximo desafío que se le avecina fueron los denominadores comunes de la velada. Tras un menú que consistió en una copa de entrada con canapé de langostino y salmón, un primer plato de canelones de verdura con pollo, jamón y queso y salsa de tomate natural, un segundo plato de lomo al champignón con papas noisset y un postre de tartelle de manzana, llegó el momento de los discursos.

Florencio Aldrey, impulsor del homenaje, resumió en sus palabras el sentimiento de la mesa y de gran parte de la comunidad católica de la ciudad. Luego de elogiar su desempeño en el obispado, afirmó que “se iba a extrañar su presencia” pero al mismo tiempo indicó que significaba “una gran alegría por lo que implicaba el nuevo desafío”.
En el mismo sentido, le deseó el mayor de los éxitos y auguró que siga “creciendo en el pastoreo”.

Mestre dialoga con el empresario Florencio Aldrey y el escribano Gustavo Crego.

A su turno, Guillermo Montenegro, quien estuvo acompañado por su esposa, Eugenia Pruzzo, remarcó: “Más que a despedir al obispo, venimos a acompañar a un amigo”. Además, señaló que se va a “extrañar mucho y eso habla de lo que es Gabriel, no sólo como obispo sino como marplatense, como amigo y como persona de consulta”.

El escribano Gustavo Crego, en su discurso, hizo referencia a un pasaje bíblico que habla de “caminar juntos y acompañar” y recordó la “invitación que nos hizo Gabriel de caminar juntos y con la gente”.

Por su parte, el presidente de la UCIP, Blas Taladrid, recordó una frase de Gabriel desde sus tiempos como párroco que era “con la mirada en el cielo y con los pies en la tierra”. “Y eso fue lo que hizo Gabriel y lo que valoramos todos los marplatenses”, añadió.

Los invitados posaron junto al obispo, que dejará un gran recuerdo de su paso por la diócesis.

Patricio Gerbi, acompañado por su esposa Mariana Foutel, puntualizó en que Mestre en su tiempo de pastor en Mar del Plata ha “dejado una marca que va a permanecer por mucho tiempo”.

En tanto, el abogado Marcelo Abal también destacó el rol de Mestre en la Diócesis, señaló que deja “la vara muy alta” y le deseó el mayor de los éxitos.

Emocionado, tras recibir tantas muestras de afecto, el obispo Gabriel agradeció al anfitrión Florencio Aldrey y al resto de los presentes. “Estoy debilitado afectivamente por las despedidas. Gracias por compartir esta mesa y por el acompañamiento que he tenido desde el minuto cero”, expresó antes del brindis y de la foto grupal que cerró la velada.

Gabriel Mestre continuará en su cargo actual hasta el sábado 9 de septiembre, día en el que se realizará una misa de despedida en la Catedral de los Santos Pedro y Cecilia, y el 16 de septiembre asumirá su nueva responsabilidad en la capital provincial.