Convencido de los datos de burbujas aisladas demuestran que nunca debió suspenderse, el gobierno municipal solicitó el regreso de la educación presencial en Mar del Plata.

El coordinador de Gabinete, Alejandro Rabinovich, afirmó en declaraciones a LU6 Radio Atlántica que, a partir de los estadísticas, “nunca tendría que haberse cortado” la presencialidad. “En marzo,  la cantidad de contagiados de entre 0 y 9 años cada mil chicos era de nueve; en mayo; con dos meses (de presencialidad), era de diez. Quiere decir que solamente tuvimos uno más cada mil”, indicó.

También sostuvo que se cumplían los protocolos y que la última semana en que los alumnos concurrieron a las aulas (antes del nuevo confinamiento y de que la ciudad retrocediera a la fase 2) había “59 burbujas aisladas de 1380”. “Es decir, se puede volver a la presencialidad y es necesario”, afirmó el funcionario, mano derecha del intendente Guillermo Montenegro.

Rabinovich dijo que “la educación es central” y contó que el municipio “le pidió a la Provincia que no cortara la presencialidad”, de la que se declaró un “defensor total”.

Mencionó incluso la presentación judicial del colegio Einstein contra la decisión de la Provincia. “Esperemos los resultados y que se pueda volver lo antes posible porque lo necesitan los chicos y lo necesitan los padres”, agregó el coordinador de Gabinete.

Si hubiera que optar por dejar a algún segmento sin presencialidad, Rabinovich se inclinó por el cuarto, quinto y sexto año de la secundaria, pero en ningún caso la escuela primaria.

Controles

El funcionario mencionó que el municipio resolvió que “lo primero que se iba a controlar con la policía bonaerense tenía que ver con las clandestinidad”, y que por eso el distrito tiene “el número más alto de fiestas clandestinas desarticuladas”. Pero enseguida diferenció: “Lo que da empleo tratamos de trabajarlo con protocolos”.

Respecto a la situación sanitaria, indicó que en la última semana hubo alrededor de “450 casos” diarios, lo que consideró “un número alto”, mientras que la ocupación de camas de terapia intensiva es “de 60%”.

“Esto tiene que ver con salud más trabajo, con escuchar también a cada uno de los sectores productivos, de los trabajadores, que también tienen sus problemas y la están pasando mal. Es un momento muy difícil”, agregó.