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Deportes 13 de diciembre de 2020

El Mundial de la pandemia o el año que Hamilton mejoró al ‘Kaiser’

Lewis Hamilton rueda en el circuito de Abu Dhabi. Foto: EFE | EPA | FIA | F1.

por Adrian R. Huber

El Mundial de la pandemia, que se cerró este domingo, tras 17 carreras, en Abu Dabi, supuso la inmortalidad deportiva del inglés Lewis Hamilton (Mercedes), que igualó el récord de siete títulos de Fórmula Uno del alemán Michael Schumacher. Cuyas otras grandes plusmarcas históricas también mejoró durante 2020.

A la de ‘poles’, que Schumacher había dejado en 68, y que batió hace tres años, le añadió otras 30; y este curso, Hamilton -que sin drástico cambio de reglas apuntará a una octava corona en 2021, si renueva contrato- también mejoró los récords de podios (155) y de triunfos (91) del alemán. Que, cuando se retiró el ‘Kaiser’ -en 2012, por segunda y definitiva vez-, parecían inalcanzables. Y que Lewis elevó, entretanto, a 165 ‘cajones’ y 95 triunfos.

El astro inglés -que se perdió, por positivo de Covid-19 la penúltima prueba y que este domingo fue tercero en la última, que ganó el holandés Max Verstappen (Red Bull)- mantuvo su progresión y, después del que ganó en 2008 con McLaren, logró su sexto título con Mercedes. Escudería que confirmó su tiránico dominio deportivo con un séptimo Mundial seguido de constructores.

El campeonato iba a arrancar, como es habitual, en marzo y en Melbourne (Australia). Pero sólo unas horas antes de que hubiesen comenzado los ensayos libres en Albert Park se suspendió la prueba.

Todo quedó en el aire hasta que, tres meses después, la Fórmula Uno anunció un campeonato de diez carreras. Que más adelante se amplió a 14, todas en Europa. Y que finalmente se completó con las tres últimas, en Oriente Medio, para alcanzar un total de 17.

Con mucha imaginación y durísimas restricciones sanitarias y de personal, a causa del coronavirus, la F1 acabó ingeniándolas para confeccionar un calendario en el que hubo circuitos que repitieron.

El Mundial arrancó en el Red Bull Ring de Spielberg, que albergó el 5 de julio el Gran Premio de Austria y que repitió una semana después con el de Estiria, la región en la que se ubica el circuito. Silverstone, en Inglaterra, también ‘dobló’. Al igual que Sakhir (Baréin), sede de la antepenúltima y la penúltima prueba.

Italia acogió tres pruebas: su tradicional Gran Premio, en Monza, y otros dos, en Mugello -el de la Toscana- y en Imola -el de la Emilia Romagna-. Retornaron Nürburgring (Alemania), sede del Gran Premio de Eifel; Portugal -en Portimao-; y Turquía, en el Istanbul Park: donde Hamilton igualó los siete títulos del ‘Kaiser’.

El excéntrico y espectacular campeón de Stevenage logró uno de sus 11 triunfos en el de España, el 8 de agosto y en el circuito de Montmeló (Barcelona). Donde no pocos pensaron que la supersión del ‘party mode’ -programa de gestión del propulsor que aumenta la potencia durante periodos de muy corta duración- sería el fin de fiesta para Hamilton y Mercedes, sobre todo en calificación.

Nada más lejos de la realidad. Mercedes ganó todas las carreras menos cuatro. La de este domingo y la segunda de Silverstone se las anotó Verstappen. Y en Monza y la repetición de Baréin el francés Pierre Gasly (Alpha Tauri) y el mexicano Sergio Pérez (Racing Point) lograron, respectivamente, sus primeras victorias en Fórmula Uno.

Las ‘flechas plateadas’, de negro este año, contra el racismo; coparon todas las ‘poles’ salvo la de este domingo -de Verstappen- y la de Turquía, que firmó el canadiense Lance Stroll, compañero en Racing Point de ‘Checo’. Que acabó el Mundial con un abandono, sólo siete días después de hacer historia en Baréin, donde se convirtió en el segundo mexicano en ganar una carrera de F1; 50 años después de que Pedro Rodríguez se anotara el Gran Premio de Bélgica de 1970.

El bravo piloto tapatío (segundo en Turquía y que se perdió las dos carreras inglesas por positivo en covid-19) acabó su mejor temporada cuarto en el Mundial, con 125 puntos. De forma inverosímil, ‘Checo’ aún no conoce su futuro: o recibe en las próximas horas una llamada de Red Bull o se tomará un año sabático.

El equipo del que es dueño el padre de su compañero, que en 2021 se llamará Aston Martin, optó por darle el volante a Vettel. Que cerró de forma triste, con un decimocuarto en Yas Marina, un Mundial que acabó decimotercero. En el que poco hizo por evitar que Ferrari, la escudería más laureada de la historia, acabase sexta el certamen de constructores.

Un campeonato que McLaren acabó de forma brillante en tercera posición, por detrás de Red Bull. Y por delante de Racing Point y de Renault: equipo con el que el español Fernando Alonso ganó sus dos Mundiales y al que regresará el año que viene el genial piloto asturiano. En sustitución del australiano Daniel Ricciardo, que cogerá el volante que dejará libre en McLaren Sainz.

El talentoso piloto madrileño, que relevará a Vettel en Ferrari, también firmó su mejor temporada desde que pilota en F1. Repitió el sexto puesto del año pasado en el Mundial, pero superó su marca de puntos, elevándola a 105, en un curso en el que, al acabar segundo en Monza, firmó su mejor resultado en la categoría reina.

Sainz, de 25 años, demostró solidez y velocidad. Y fue clave para que McLaren, sorprendente cuarta en 2019, mejorase un puesto y acabase tercera el Mundial de constructores.

Su jefe de equipo, el alemán Andreas Seidl, se mostró muy agradecido -y así lo hizo constar de nuevo este domingo en el canal de televisión RTL- con la aportación al equipo de Woking durante estos dos últimos años del español. Al que le deseó “de corazón, todo lo mejor” para el futuro.

EFE.



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