Juan Manuel Ballestero desoyó el consejo de sus amigos, cargó su velero con las provisiones necesarias y se lanzó a cruzar el océano Atlántico, desde Portugal, para poder reencontrarse con sus padres en medio de la pandemia mundial por el coronavirus.

El marplatense logró cruzar el océano pero sufrió un percance en las costas de Brasil, cerca de Vitória. Allí logró comunicar a través de un video que la pasó mal y que su bote padeció el castigo del mar, al punto que tuvo que interrumpir su periplo y hasta temió por su vida.

“Si ven el video quiere decir que llegué a tierra. Estoy a 139 millas. Hice todo lo posible para hacer un tirón a Mar del Plata. Me faltan 1.300 nomás y ya navegué 3.500 pero bueno, el barquito es muy chiquito y lo cagué a palos”, graficó Juan Manuel en un video que sus allegados acercaron a LA CAPITAL.

“Se me rompió el anclaje, perdí la balsa. (…) Se me mojó hasta el apellido” para agregar que tuvo una entrada de agua muy importante. “Me entró agua hasta por el ombligo”, especificó. “Hice lo posible para estar en tu cumple pa”, aseguró Ballestero en el video.

“El barquito está bárbaro pero es de plástico, para jugar cerca de tierra. Acá afuera (por altamar) hay que tener acero”, entendió.

En las últimas horas, desde el entorno de Juan Manuel confirmaron que pudo subsanar el problema y tiene todo listo para retomar el solitario viaje en el velero Skua, de 8,80 metros de eslora, para reencontrarse finalmente con sus padres, Carlos Ballestero, de 90 años y Nilda Gómez de 82.

LA CAPITAL publicó en los primeros días de abril la historia de Juan Manuel Ballestero, quien a sus 47 años emprendía su segundo cruce oceánico en solitario, ya que lo había hecho desde Barcelona a Mar del Plata en 2011.