Más de un 20 por ciento de los casos en los que interviene el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por maltrato a personas mayores corresponde a situaciones de violencia psicológica, según datos de la Secretaría de Tercera Edad porteña, que durante los primeros cuatro meses del año recibió 307 denuncias de diferentes tipos de abusos y violencia.

Según un informe del primer cuatrimestre de 2016 -emitido por la Secretaría en base a los casos en los que ha intervenido-, el 21,5 por ciento de las denuncias correspondió a casos de violencia psicológica, tres puntos porcentuales por encima del segundo ítem, que fueron abusos a través de las redes (18,57%) y cinco sobre los casos de vulneraciones al derecho de salud (16,29%).

Durante enero y abril también se presentaron casos de negligencia (14,01%), violencia física (9,77%), violencia económica o contra el patrimonio (7,17%), así como de apropiación de las viviendas (5,54%).

Siete de cada diez de estos hechos son cometidos contra mujeres y, si se divide el rango etario cada diez años a partir de los 60, la franja entre 80 y 89 es la más vulnerable (37,13%).

Las estadísticas son similares a las del año pasado: durante 2015, la Secretaría recibió 1046 casos y la violencia psicológica también representó el 21,22 por ciento, seguida de la vulneración de los derechos a la salud con un 19,02 por ciento.

La proporción por género se mantuvo ya que en el 74,95 por ciento de los casos las víctimas fueron mujeres, pero la proporción por edad fue más pareja entre la franja comprendida entre los 70-79 y la de 80-89.

“Que la violencia psicológica sea la forma más prevalente de maltrato nos da una pauta: el 90 por ciento de los abusos son cometidos por alguien del entorno más íntimo de la persona mayor, sea familiar o cuidador formal e informal”, indicó a Télam Claudio Romero, responsable de la Secretaría de Tercera Edad porteña.

“Cuando un hijo o hija obliga a sus padres a cuidar de sus nietos todos los días, sin que éste pueda negarse es una forma de abuso; cuando tratamos a la persona mayor como un niño, sin dejarlo decidir sobre cuestiones que tienen que ver con su vida es otra manera, y así, existen muchas maneras sutiles, además de las más violentas como los insultos, o ya directamente las agresiones físicas”, continuó.

Otros ejemplos por fuera de la violencia psicológica descritos por Romero son del orden de la violencia económica o contra el patrimonio: “Hicimos una investigación y encontramos que el 80 por ciento de los créditos pedidos por la tarjeta Argenta no son para la persona mayor sino para algún familiar“, afirmó.

El funcionario señaló que “estas cifras representan un porcentaje muy pequeño de lo que realmente sucede porque el maltrato a las personas mayores es un delito completamente invisibilizado”.

“Se estima que sólo se denuncian un 10 por ciento de los hechos de violencia. Nosotros hacemos a diario un relevamiento de medios y encontramos entre 3 y 5 personas mayores que sufrieron algún tipo de abuso o violencia. Si tomamos en cuenta la primera estadística, estaríamos en condiciones de proyectar que por día, entre 30 y 50 mayores son agredidos en Argentina“, describió.

Para prevenir y tratar estos casos, el gobierno porteño cuenta con el Programa Proteger, que brinda “asistencia psicosocial, apoyo emocional, asesoramiento legal y acceso a la protección judicial”.

“También tenemos un refugio con dirección reservada donde alojamos a personas mayores con medidas de protección judicial, e incluso víctimas de trata que hemos rescatado”, describió Romero, y detalló el caso de una persona mayor a quien “se le había quitado la documentación, la jubilación y se le obligaba a pedir en el tren”.

Proteger recibe consultas y denuncias a través de los números 0-800-222-4567 de lunes a viernes de 9 a 16, o bien en caso de una emergencia se puede llamar al 108 o 0-800-666-8537.

“Muchas de las intervenciones que nosotros realizamos son a partir de denuncias de terceros. Por ejemplo, el encargado escucha que una persona mayor es víctima de insultos o golpes y llama. Nosotros nos acercamos y allí comienza el trabajo nuestro, que será brindar contención psicológica, acompañar al médico, iniciar acciones para recuperar una casa o una jubilación o lo que haga falta”, describió Romero.

Y añadió que “en este sentido, es muy importante que difundamos los derechos de las personas mayores, que no siempre son conscientes de que son víctimas de maltrato”.

Otro ámbito de trabajo es la violencia estructural: “la que ejercen las obras sociales cuando niegan una medicación, o bien lo que le pasa a una persona mayor cuando no puede ir hasta el almacén porque las calles están rotas o no hay rampas”.

“Aquí hay que hacer un gran trabajo con otras áreas del propio Estado, y comprender que lo que se logra en accesibilidad, por ejemplo, para una persona mayor, sirve también para otras personas con movilidad reducida”, afirmó Romero.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) definió al “mal trato” hacia las personas mayores como “un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento a una persona de edad, o la falta de medidas apropiadas para evitarlo, que se produce en una relación basada en la confianza” y lo calificó como “problema importante de salud pública”.

Según estima la OMS, en los próximos 50 años se cuatriplicará en el planeta en número de personas con más de 60 años, pasando de 600 millones a casi 2.000 millones, en tanto en Argentina se estima que la cifra actual de más de 6 millones (según el censo 2010) pasará en 2025 a 8 millones.