El juicio oral por el caso Lucía Pérez podría llevarse a cabo recién en 2019 por la falta de fechas disponibles para debates del Tribunal Oral Nº 1, sorteado para evaluar el hecho ocurrido en octubre de 2016.

Así se desprende de diversos datos que pudo obtener LA CAPITAL, tras la realización de la última audiencia previa a la definición del día de inicio del proceso. Si bien se esperaba que fuese sobre fines de este año, ahora existen dudas sobre la decisión.

La diligencia mencionada se registró ayer a la mañana en medio de un clima de tensión, porque fue la primera vez que los padres de Pérez, Guillermo y Marta, y sus allegados, estuvieron frente a los tres imputados, Matías Farías, Juan Pablo Offidani y Alejandro Maciel. En ese contexto, hubo gritos e insultos, pero después de varios minutos la situación se normalizó.

Además, fue la primera vez que se presentó en una audiencia por el caso Pérez el fiscal Daniel Vicente, designado de manera formal por el Ministerio Público para llevar adelante el juicio oral. El investigador reemplazará de manera definitiva a María Isabel Sánchez, quien fue apartada primero de la causa por sus polémicos comportamientos y, más tarde, de la Fiscalía Nº 8 que tenía a su cargo.

Frente a los jueces Facundo Gómez Urso, Aldo Carnevale y Pablo Viñas, Vicente y la defensora oficial de los imputados, María Laura Solari, exhibieron la totalidad de las pruebas, presentaron la lista de testigos que serán citados a declarar y analizaron posibles fechas para el inicio del juicio.

Fue entonces cuando surgió la duda en torno a su realización en 2018. Es que, como se explicó antes, el Tribunal Nº 1 tiene la agenda cubierta por otros debates hasta fin de año y el sistema informático que debe sortear los días determinaría entonces que se lleve a cabo en 2019.

No obstante, existe la posibilidad de acordar una fecha por fuera de ese sistema y es mediante la conveniencia de las partes. Según trascendió, tanto Vicente como Solari buscarían que comience antes, pero los jueces aún no establecieron si esa opción es posible.

La definición, seguramente, se conocerá en los próximos días. En conclusión, Matías Farías llegará al juicio detenido -fue capturado días después del hecho- imputado por “abuso sexual con acceso carnal agravado por el resultado muerte y el suministro de estupefacientes en concurso ideal con femicidio”; mientras que Offidani -detenido desde el mismo momento que Farías- será juzgado como “partícipe secundario” por esos delitos.

Además, en el juicio también se determinará si Farías y Offidani son responsables del delito de “tenencia ilegítima de estupefacientes con fines de comercialización agravado por ser en perjuicio de menores de edad”, y si Alejandro Maciel incurrió en “encubrimiento agravado”.

El hecho

Matáis Farías y Lucía Pérez (16) se habían conocido el 7 de octubre de 2016 en las adyacencias de la escuela a la que asistía la menor, en Juan B. Justo al 700. Allí Farías, junto a Offidani, le vendió marihuana a la menor y siguieron en contacto telefónico a la noche y a la madrugada ya del sábado. Finalmente en horas de la mañana Farías y Offidani pasaron a buscar a Lucía por su casa y se fueron hacia la vivienda del primero, en Racedo al 4500 del barrio Alfar.

La investigación comprobó que Offidani solo ofició de chofer y que recién reapareció a las 14.30, acompañado por Maciel. En esas circunstancias Farías les pidió ayuda porque Lucía se había desmayado -las pericias y la declaración de él confirmaron que hubo relaciones sexuales violentas y consumo de drogas.

Para la fiscal María Isabel Sánchez -quien pidió licencia psiquiátrica y fue apartada de la causa-, en base a un informe inicial preliminar, el cuerpo fue lavado y acondicionado con el fin de borrar rastros. Luego fue llevado a una sala de salud de Playa Serena donde, pese a los esfuerzos médicos, se constató el fallecimiento de la menor.

Con el paso de los meses la hipótesis fiscal se fue debilitando, al menos en términos probatorios, ya que no pudo respaldar en la ciencia forense aquella horrorosa versión oficial. Farías, al declarar, aseguró que tuvo relaciones consentidas con Lucía y que consumieron drogas. Que Lucía Pérez se higienizó y sufrió un desmayo.

La causa se elevó a juicio para resolver en ese ámbito los interrogantes no aclarados durante la instrucción como la causa de la muerte de Lucía, las características de las relaciones sexuales (puede ser considerado un abuso por el solo hecho de intermediar una provisión de drogas previa) y la manipulación del cuerpo de la menor en el momento del traslado a la sala de salud.