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Opinión 30 de septiembre de 2018

El juego de las diferencias

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por Pablo Sieira

El alejamiento de la ex presidenta Cristina Kirchner es el único punto en común que tienen los peronistas Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey, Miguel Pichetto y Juan Schiaretti, que buscan armar un espacio donde las diferencias ya empezaron a manifestarse y seguirán viéndose en la vidriera del Congreso.

Puertas adentro del Congreso el acercamiento entre estos cuatro dirigentes no sorprende a nadie: hace ya bastante que el massismo y los legisladores del peronismo salteño y cordobés juegan en equipo con Pichetto, con quien suelen dialogar sobre la letra chica de algún proyecto o coordinar las negociaciones con el oficialismo.

Desde afuera, lo que se percibe es que el único punto en común entre los que posaron para la foto el último jueves es el deseo de construir algo separado del kirchnerismo, dado que las diferencias respecto del posicionamiento político de cada uno son notables desde hace tiempo.

Urtubey y Schiaretti figuran en la lista de los gobernadores favoritos del presidente Mauricio Macri y no suelen tener ningún reparo en mostrarse junto a él e incluso respaldarlo públicamente, como lo hicieron durante el debate sobre el congelamiento de tarifas, cuando siguieron la línea discursiva del Gobierno.

Pichetto, por su rol de senador nacional y jefe del Bloque Justicialista, se alinea con estos mandatarios y hace equilibrio para no ganarse la enemistad de los más críticos hacia Cambiemos: suele aprovechar las sesiones del Senado para repartir caricias y cachetazos al Gobierno.

En cambio, Massa supo exhibir una buena relación con Macri en el inicio de su Gobierno (lo acompañó al Foro de Davos como máximo referente del peronismo) pero rápidamente afloraron los cortocircuitos entre ambos; en el ambiente político se sabe que es una cuestión de piel: a Macri, Massa le cae mal, igual que al jefe de Gabinete, Marcos Peña.

No ocurre lo mismo con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, amigo del líder del Frente Renovador, y con la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, que supo arribar rápidamente a un entendimiento político con el tigrense en la Provincia.

Sin embargo, en el orden nacional, el perfil de Massa es mucho más opositor a Macri (por retroalimentación) que el de Urtubey, que no suele expresar críticas duras a la Casa Rosada, como tampoco lo hace Schiaretti.

Las diferencias ya empezaron a manifestarse: el diputado del Frente Renovador Facundo Moyano expresó que a Urtubey lo ve “más como candidato a vicepresidente de Macri” que como “opción opositora” y el sindicalista Héctor Daer dijo que “no” lo “entusiasma” la foto de los cuatro dirigentes.

Los dichos de Moyano pueden ser un anticipo de la interna para definir la candidatura presidencial de ese nuevo espacio, que según dejan trascender fuentes de ese entorno, será entre Massa y Urtubey, pero las de Daer, en cambio, muestran los reparos que tienen otros sectores del peronismo.

El primer ejemplo lo dio el gobernador de Tucumán, Juan Manzur, a quien Pichetto esperaba para la foto pero finalmente faltó a la cita y, en su lugar, se juntó con el ex ministro de Transporte Florencio Randazzo, el otro ausente en aquella reunión.

Manzur se convirtió en los últimos meses en un referente importante de los gobernadores, especialmente de aquellos dispuestos a dialogar y negociar con todos los sectores: los K, los no K y el Gobierno nacional.

El entorno de Randazzo, en tanto, deslizó que tiene “matices” con el nuevo grupo peronista y les apuntó: “Nosotros hemos sido coherentes y no viajamos con Macri al exterior, ni votamos a favor de ningún ajuste”.

La vidriera

El debate del Presupuesto 2019 es un escenario en el que no solo se ven los posicionamientos políticos de cada sector frente al año electoral que se aproxima, sino que también exhibirá las diferencias del nuevo espacio.

Massa carece de senadores pero tiene un bloque propio de Diputados que se muestra muy crítico del proyecto de presupuesto y evalúan abstenerse, como postura intermedia entre votar a favor (que para los opositores duros sería “apoyar el ajuste”) y en contra (que para el oficialismo sería “obstaculizar”).

Los alfiles de Urtubey y Schiaretti en las dos Cámaras del Congreso se encaminan a diferenciarse del massismo y votar a favor del Presupuesto 2019 y Pichetto seguirá ese mismo camino.

No se trata de un detalle menor, dado que en el contexto actual, el debate presupuestario es visto en la oposición como una forma de definir qué tipo de oposición es cada uno y cuál será la relación con el Gobierno de aquí al año próximo.

Así, la discusión comenzará a darle forma a la interna del nuevo espacio peronista y también a mostrar cómo juegan el resto de los gobernadores, que muestran reservas respecto de todos: del Gobierno, de los K y de los no K.

(*): Especial para NA.



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