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Policiales 3 de junio de 2019

El joven ejecutado por la espalda había sido condenado por asesinar a su hermano

Nahuel Fernández (22), cuando era menor de edad, acribilló de siete disparos a su hermano, Nicolás (27). Por el crimen estuvo preso cuatro años, aunque en el medio se fugó de un Instituto de Menores y terminó la condena en la Unidad Penal 15 de Batán.

El joven de 22 años que fue ejecutado de varios disparos por la espalda en las afueras de la ciudad había sido condenado cuando era menor de edad por haber asesinado a su hermano.

Nahuel Fernández tenía las manos manchadas con sangre y un pasado vinculado al mundo del delito. A pocas horas de que la policía hallara su cuerpo, ni dudan que su muerte esté vinculada con un ajuste de cuentas.

El nombre de Nahuel Fernández circulaba por el Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil es que, de adolescente, había tenido numerosas entradas a las comisarías por robos y hechos de violencia.

El 29 de agosto de 2013, Nahuel Fernández salió armado en busca de su hermano, Nicolás (27) que había salido de la cárcel en una salida transitoria y que, según aseguraba el adolescente, le debía plata de un robo que habían cometido juntos. Los Fernández se encontraron en un rincón de la Villa Gascón y el menor de ellos no dudó, apuntó con su arma y vació su cargador.

En total disparó 13 veces y 7 balas impactaron en Nicolás Fernández, quien murió a los pocos segundos. Luego, el asesino, subió a la moto de un amigo que lo esperaba en el lugar y ambos huyeron.

Nahuel Fernández fue capturado el 30 de diciembre de 2013 cuando se hallaba con un grupo de amigos en el parque acuático Aquópolis. En octubre del 2014 el fiscal de Menores, Marcelo Yáñez Urrutia, solicitó la pena de 8 años de prisión en acuerdo con la defensa, pero recién cuando Fernández cumplió los 18 años una jueza le redujo la condena a 4 años, porque los informes desde su lugar de alojamiento eran favorables.

Esos “informes favorables”,  cambiaron con el tiempo y Fernández comenzó a tener problemas de conducta en Batán, por lo que lo trasladaron a un instituto de La Plata y, luego, fue llevado a un instituto de régimen semiabierto en Dolores.

En enero de 2016, Fernández se aprovechó de las “bondades” del régimen semiabierto: una joven con la que tenía una relación sentimental lo fue a visitar al instituto y al retirarse la acompañó a la parada de colectivo. El adolescente condenado por matar a su hermano no respetó las reglas y, al no estar vigilado por nadie, se subió al colectivo y se fue.

Días después Fernández fue detenido en Mar del Plata y fue trasladado a la Unidad Penal 15 de Batán, donde terminó de cumplir su condena.