por Sebastián Plaza

BALCARCE (Corresponsalía).- El investigador del Grupo de trabajo en Poscosecha de Granos, del área de Investigación en Agronomía del INTA Balcarce, Ricardo Bartosik, habló de las regulaciones que existen en el almacenaje de granos para cuidar su inocuidad. El investigador explicó que, en líneas generales, se cuenta con una batería de insecticidas químicos que utilizados de manera correcta y en el marco de un programa de control integrado de plagas, son una herramienta fundamental, dado que en la actualidad no se puede lograr un control 100% efectivo sin el uso de estas herramientas químicas.

“En Argentina tenemos regulaciones que nos indican que se debe hacer control de insectos, y a su vez nos exigen que los residuos de insecticidas en los granos no deben superar ciertos límites”, explicó Bartosik.

Diferencia entre países

Por otro lado, habló de los conflictos entre los límites máximos de residuos de insecticidas en los granos entre la legislación nacional e internacional. “Cuando salimos al mercado externo tenemos que tener en cuenta que los límites máximos de residuo de insecticidas aceptados por Argentina en su legislación pueden ser mayores a los reglamentados para los países compradores”, sostuvo.

El profesional reconoció que se puede dar la situación de hacer un control de plagas totalmente legal para lo que es nuestra legislación que luego no alcance para lo exigido por compradores internacionales y se generan tensiones en los mercados por el rechazo de mercadería y problemas logísticos.

Por ello, para garantizar un eficiente control de las plagas manteniendo la inocuidad de los granos, existen una serie de herramientas que utilizadas en conjunto y de manera sistematizada. “El control integrado de plagas se basa en prevenir o minimizar el desarrollo de la plaga mediante prácticas de limpieza de granos e instalaciones y aireación de granos, utilizando el control químico como un complemento de estas, contó.

Este tema se tratará en la Unidad Integrada Balcarce, del 31 de octubre al 2 de noviembre, en el IV Curso Internacional de Actualización Técnica en Poscosecha de Granos.

Métodos químicos

El investigador apuntó que “la industria mundial de granos basa el control de plagas en métodos químicos, y una de sus principales preocupaciones es realizar dichas prácticas de control de manera adecuada para evitar poner en riesgo la inocuidad de los granos, la salud de los trabajadores y del medio ambiente”.

En tanto, su par Diego De La Torre expresó que “la aireación se realiza con el objetivo de reducir la temperatura de ese ambiente y hacerlo lo menos propicio posible para el desarrollo de insectos”.

Factores a tener en cuenta

El especialista apuntó esta técnica que se utiliza desde hace mucho tiempo “requiere el conocimiento de algunos factores importantes para su uso correcto: enfriar el grano en un tiempo razonable y prudencial para no permitir el desarrollo de insectos, hacerlo con un bajo consumo de energía eléctrica y plantear objetivos razonables de temperatura según el grano, lugar y la época del año”.

El profesional explicó que, ante un contexto global de mayor demanda de alimentos de alta calidad, sobretodo que no afecten la salud de los consumidores (inocuos) y con un bajo impacto ambiental, esta herramienta de manejo del grano toma mayor importancia.

“La presión de los consumidores, los mercados y las regulaciones hacen que esta herramienta sea muy efectiva para prevenir el ataque de insectos dado que no tiene ningún riesgo de contaminar o generar problemas de salud en los potenciales consumidores”, consideró de La Torre.

Por último, aseguró que “la aireación de granos en poscosecha es una técnica que nos permite el control de insectos a bajo costo, con bajo impacto ambiental, con bajo riesgo de afectar la comercialización y promoviendo un uso razonable de insecticidas”.