El secretario de Economía y Hacienda, Hernán Mourelle, le marcó claramente al Ente Municipal de Servicios Urbanos (Emsur) los lineamientos del proyecto de presupuesto 2018. La administración central no asignará nuevas remesas para financiar el presupuesto, debe disminuirse el gasto en personal en $ 19 millones y las obras proyectadas deberán reducirse a $ 10 millones. Esas fueron algunas de las premisas. Pero la contadora del ente, María Laura Maraschini, advirtió que algunas metas no se pueden lograr, según surge del informe que forma parte del cálculo de gastos y recursos de la dependencia enviado al Concejo Deliberante.

Ese escrito revela fuertes discrepancias internas en cuanto al armado del presupuesto del ente que debe velar por la higiene urbana del partido, y que quedó bajo la lupa a partir del conflicto de principios de mes, que dejó sin recolección de residuos a la ciudad durante dos días en plena temporada.

Nada más gráfico para exhibir esas diferencias que las copias de los correos electrónicos que también integran el expediente, así como los borradores con partidas tachadas o disminuidas.

El informe salió a la luz a partir de la exposición que hizo el jueves la concejal de Unidad Ciudadana (UC) Virginia Sívori en el recinto, en el marco de la sesión extraordinaria por la basura.

“Con respecto a la disminución de los gastos previstos en personal, esta contaduría informa que no es posible lograr la disminución sugerida por el secretario (se refiere a Mourelle) ya que los cálculos fueron realizados de acuerdo al personal ocupado actualmente, con el actual nivel salarial y con las previsiones de reducción de horas extras vigente. La disminución propuesta sería arbitraria”, asegura Maraschini en un escrito del 28 de noviembre.

Entre las pautas que marcó, Mourelle incluyó la de financiar la diferencia entre recursos y gastos “con incremento de la deuda”. Maraschini se mostró en desacuerdo: “Con respecto a la forma de financiar la diferencia entre recursos y gastos, esta contaduría no comparte el criterio señalado, ya que el incremento de pasivos a cierto plazo debería utilizarse exclusivamente para los gastos imputables al ejercicio 2018 y que no fueran exigibles”.

La funcionaria admite que debió elaborar el presupuesto “con un criterio restrictivo” en cuanto a los gastos de funcionamiento del ente. Advierte que contempló “únicamente lo destinado a provisión de energía, comunicaciones y los demás necesarios para el cumplimiento de las obligaciones impuestas por la LOM (Ley Orgánica de Municipalidades) y el Reglamento de Contabilidad”.

“Con respecto a los gastos de personal –escribió– han sido calculados teniendo en cuenta únicamente los cargos ocupados a octubre del año 2017 y con el actual (es decir, el que regía ese mes) nivel remunerativo, tanto en sueldos básicos como en bonificaciones. No se prevé incorporación de nuevas bonificaciones. Tampoco se prevé financiación para nuevos ingresos de personal, los que, de producirse, deberán ser financiadas con las bajas que se produzcan e partir del mes de diciembre de 2017”. Y agregó: “No se contempla ningún incremento salarial”.

Del escrito surge, además, que el Emsur tiene una deuda que supera los $ 75 millones con el Instituto de Previsión Social (IPS), pero que, como “no ha sido refinanciada”, resultará “exigible en su totalidad durante el ejercicio 2018”. Según el informe, en el presupuesto del ente no se incluyen obras en el playón de contingencia del predio de disposición final de residuos, prometidas por el presidente del ente, Eduardo Leitao, a los recuperadores informales. Pero eso no quiere decir que no vaya a destinarse un centavo para mejorar las condiciones del lugar: la propia Maraschini señala que esas obras tendrán “otra fuente de financiamiento”.