por Hernán Espinosa

MIRAMAR (Corresponsal).- Habían pasado 25 años de la creación oficial de la ciudad de Miramar en 1888, cuando comenzó a gestarse el proyecto para construir un muelle de pescadores al sur de la ciudad con el propósito de fomentar la pesca artesanal y soñar con una actividad económica que redundara en beneficios importantes para la en ese entonces pequeña comunidad balnearia.

Hoy en día ese histórico sitio es uno de los principales valores turísticos patrimoniales de la ciudad, pero sin duda cuenta con una historia particular de obras, caídas y hasta un proyecto trunco de un puerto anexo que terminó frustrándose.

Según relata el libro “Historia de la ciudad y el Partido de General Alvarado”, de Mariana y Daniel Boh, todo se remonta al 18 de mayo de 1914.

Un vecino, Antonio Giunti, solicitó la concesión para construir un muelle de madera con planos realizados por Bartolomé Gianoni, pero debido a problemas económicos no se pudo terminar y el 23 de octubre de 1920 el gobierno provincial declaró la caducidad de ese derecho.

Sin caer en la desesperanza, esta situación obligó a un nuevo pedido de las autoridades políticas locales al entonces gobernador Monteverde quien se comprometió a entregar a la comuna de forma gratuita 40.000 toneladas de granito colorado de Sierra Chica, mediante un convenio con el Ferrocarril del Sud, que se depositarían en la estación local a condición que se destinaran al muelle.

Pero nuevamente aparecieron los inconvenientes ya que sólo arribaron 450 toneladas de granito porque el resto no se había retirado de la playa de descarga y la empresa protestó a la gobernación, por lo que se suspendió la remesa. Para ese entonces el incentivador inicial había fallecido y posiblemente no hubo decisión de continuar el emprendimiento.

Entre 1923 y 1924, se ordenaron tareas de relevamiento por parte del agrimensor José Debenedetti para construir un muelle de hormigón armado, cuyo proyecto incluía una dársena para barcos de pesca, carga y yates.

Por esa época se consideraba que tales construcciones tenían gran importancia para el desarrollo urbano, a pesar que Miramar era aún una comunidad incipiente de 3.000 personas se estimó como muy necesario cristalizar la obra. Los medios de vida eran escasos durante eso años, por lo que la actividad pesquera y comercial se proponía como una solución a los problemas económicos de este destino de la costa atlántica argentina.

Obras, caídas y actualidad

La obra que fue autorizada el 21 de mayo de 1926, comenzó el 31 de agosto y el proyecto original tenía 180 metros de largo con un ensanchamiento en el medio. Una empresa alemana estuvo a cargo de los trabajos pero tuvo que abandonar prematuramente el mismo debido a dificultades técnicas.

En mayo de 1929, un violento temporal destruyó unos 60 metros y luego, el 6 de mayo de 1931 el oleaje derribó otros 20 metros, por lo que en 1934 quedó con la longitud que cuenta actualmente.

A pesar que no se pudo concretar el anhelado puerto, continuaron gestiones para el mismo desde 1935 hasta 1965.

Al muelle de pescadores de Miramar se le fueron implementando diversas refacciones y refuerzos durante décadas: por ejemplo en 1999 se reemplazó toda la pasarela.

Por último, en 2010 se emprendió una mejora de todo ese paseo y dos años después la provincia de Buenos Aires, encabezó todo el arreglo a fondo del extremo de esta construcción (morro y reemplazo de pilotes) por lo que la estructura original fue completamente sustituida.

Fotos históricas: Museo Municipal “Punta Hermengo”.